Cómo reconocer a un niño grave.


Los niños pueden padecer diferentes enfermedades o traumatismos, que pueden estar relacionadas con sus características propias del desarrollo de su sistema de defensas orgánicas, exposición ambiental, función de su propio desarrollo o bien de acuerdo a la relativa configuración anatómica de su cuerpo, y el comportamiento habitual exploratorio de ellos.
La mayoría de las enfermedades o lesiones de los niños, suelen tener una evolución progresiva, que en la medida que sean atendidas de forma temprana, evitaran su desarrollo a complicaciones posteriores. De forma contraria, el hecho de no darle atención temprana, los expone a desarrollar una enfermedad que lo dañe de forma más importante, pudiendo amenazar su propia vida o la integridad orgánica adecuada futura.
En cuanto al pronóstico que buscamos siempre favorable para la mejoría de los niños, no dejaremos de insistir que la atención temprana y adecuada nos ofrecerá la tranquilidad de la recuperación de la salud de forma sencilla y relativamente rápida.
En algunas ocasiones, la alteración de la salud del niño se presenta de forma súbita o muy rápida en su evolución y es causa de inquietud en los familiares, para reconocer la urgencia en su atención. En esta ocasión, aprovechamos el espacio para señalar las prioridades en identificar las características de un niño que puedan permitir su atención de forma inmediata y conocer en base a las urgencias, el motivo por el cual, algunos padecimientos son emplazados a una relativa espera en las salas de urgencias médicas.
Es de entender, que las amenazas a la vida, siempre serán motivo de prioridad en la atención de urgencias, no debiendo de transcurrir más que los segundos apropiados para conocerla, y de inmediato darle la atención necesaria; y las condiciones sin mucha alteración en la estabilidad general del paciente, podrán en el extremo del tiempo, tener un margen máximo de espera de hasta dos horas en su atención correspondiente.
Para el familiar del niño enfermo, siempre será de su consideración que el suyo es el que requiere de atención inmediata al llegar a urgencias; pero en ese momento de angustia, no considera que puede haber otro niño con mayor importancia en su atención, que puede estar peligrando su vida o su pronóstico futuro de calidad de vida, en incertidumbre por la calidad de atención que recibe en esos momentos, y por el cual deberá de esperar el tiempo prudente. De esta forma para facilitar el reconocimiento en la necesidad de atención médica inmediata (o de la urgencia), se presenta la siguiente clasificación.
Paciente en riesgo de muerte: Requiere atención inmediata y por múltiples médicos, además de aparatos diversos para comprobar sus funciones orgánicas y estudios urgentes de laboratorio o de gabinete a fin de comprobar su estado de ingreso y su progresión en el tiempo. Son pacientes que por diferentes situaciones se ve amenazada su vida en tiempo breve y entre ellos se puede mencionar en primer lugar los pacientes que han dejado de tener su función respiratoria o cardiaca asociada con pérdida del conocimiento reciente como los más significativos y continúan aquellos que pueden llegar a esta situación por sufrir de severa dificultad para poder respirar manifestando ansiedad y coloración morada de la piel, o dolor de pecho intenso; quienes han tenido algún tipo de traumatismo o accidente en donde tenga lesión del tórax o sus vías de entrada que cause angustia respiratoria; o aquellos con golpes en la cabeza que condicionen pérdida de la conciencia profunda y/o convulsiones prolongadas. También amputaciones de extremidades o lesiones por heridas internas o externas que causen hemorragias con pérdida importante de volumen sanguíneo que lo hagan tener palidez de piel marcada y alteración de su conciencia (condiciones de shock). Quemados en superficie mayor de la cuarta parte de su cuerpo; reacciones alérgicas en donde se comprometa la respiración de forma importante además de la presencia de ronchas y edema (hinchazón corporal) de evolución muy rápida. Diabéticos con alteración de la conciencia, o intoxicados con afección cardiaca o de su estado neurológico, y en especial todo niño recién nacido con alteración importante respiratoria, digestivo, y/o neurológico (convulsiones y alteraciones de conciencia). Este tipo de pacientes en caso de no ser atendidos de forma inmediata pueden perder la vida o quedar con daño importante y por ello justifican su atención inmediata para su estabilización temprana.
Pacientes en situaciones de emergencia: Son todas aquellas alteraciones que requieren de atención cuidadosa para evitar que se caiga en la posibilidad de riesgo de muerte o compromiso mayor de la función orgánica alterada. Entre ellas se incluyen:  Asmáticos graves, aspiración de cuerpos extraños con dificultad respiratoria, inhalación de sustancias tóxicas, traumatismo en la cabeza con variantes del estado consciente, dolor de cabeza intenso de inicio brusco, deshidratación grave por vómitos, diarreas o sangrados incontrolables, alteraciones del funcionamiento cardiaco, fracturas con exposición del hueso, o con alteración de vasos sanguíneos o nervios, quemaduras en extensión mayor de la decima parte del cuerpo y menor de una cuarta parte. Dolor abdominal intenso con alteración de los signos vitales (frecuencia cardiaca, presión, temperatura, oxigenación, respiración). Dolor testicular intenso, embarazo ectópico, retención urinaria mayor de 24 horas, inflamación aguda del prepucio sin poder colocarlo en su posición normal, sangrado nasal incontrolable, trastornos de la deglución, sobredosificación de medicamentos, herida penetrante ocular, niño muy dormido, lactantes menores de tres meses con fiebre o aspecto de toxicidad durante el primer año de vida y dolor corporal muy intenso. Su tiempo de espera para su atención deseable es de quince minutos o menos, dependiendo de la capacidad y recursos humanos en el servicio de urgencias médicas.
Pacientes de atención urgente. Son cuadros que se inician de forma súbita y requieren de atención oportuna para evitar su avance a una condición complicada y por su evolución es compatible para justificar su observación en la mejoría en promedio de las siguientes 12 a 24 hrs siguientes, con internamiento en el servicio de urgencias. Se incluyen: asma moderada, cuerpo extraño en vías respiratorias sin dificultad para respirar, tos o dificultad respiratoria constantes, sospecha de cuadros de influenza en especial con dificultad respiratoria inicial o síntomas generales muy intensos (fiebre, dolor corporal, vómitos, mal estado general),  golpes en la cabeza de intensidad leve con duda de pérdida de conocimiento o alteraciones neurológicas, dolor de cabeza, convulsiones, deshidratación moderada, hemorragias escasas poco controlables, fracturas cerradas o sin alteración de vasos sanguíneos o nervios, yesos apretados, dolor de las articulaciones con fiebre, quemaduras en menos de la decima parte de la superficie del cuerpo, vómitos persistentes o cuadros diarreicos frecuentes en menores de dos años, apendicitis, dolor o tumefacción testicular moderados, retención urinaria por más de 8 horas, infección en la garganta con dificultad para tragar, tos seca o ronquera con dificultad respiratoria, alteraciones súbitas de la visión, lactante inconsolable, o que no ingiere alimentos, lactante menor de 3 años de edad con fiebre, dolor en alguna parte corporal de intensidad moderada. Su tiempo de espera para su evaluación deseado es hasta de 30 minutos.
Pacientes delicados. Que padecen alguna alteración con poca afectación a sus condiciones generales y son meritorios de observación por breve tiempo, o bien de recomendaciones específicas para su vigilancia y control domiciliario, con instrucciones precisas de acudir nuevamente si hay ausencia de mejoría en máximo de tres días posteriores. Asmáticos leves, golpes en el pecho sin dificultad respiratoria, dolor de cabeza crónico, alteraciones de la conciencia, dolor de pecho en intensidad leve, tumefacción de una extremidad, esguince o torsión, quemaduras leves, estreñimiento, vómitos y diarrea en niños mayores de dos años, traumatismo genital, infección urinaria (ardor a la micción), secreción auditiva, dolor de oído, desgarro de córnea, reacción alérgica local, niños con irritabilidad pero consolables o con conducta anormal, niños mayores de 3 años con fiebre, dolor corporal específico de intensidad leve. El tiempo de espera para su atención en ellos deseable puede ser de 60 minutos.
Pacientes sin urgencia. Requieren de valoración para confirmar su estabilidad orgánica y recomendación para tener seguimiento por su médico familiar. No tiene alteraciones recientes de conducta o afectación importante en sus signos vitales. Cuadros de gastroenteritis sin deshidratación, Dolor a la deglución, fiebre y manifestaciones respiratorias superiores (gripas o infecciones faríngeas), picaduras leves de insectos, quemadura superficial, ulceras bucales, congestión nasal, secreción ocular (conjuntivitis). Su tiempo de atención establecido como deseable es hasta de 120 minutos.
La identificación de la gravedad del paciente que acude al servicio de urgencias, en la actualidad, lo realiza personal médico capacitado, para dar prioridad en la atención al paciente que lo requiere, en un servicio dinámico en donde el orden está condicionado por la gravedad del cuadro del paciente y no por el momento de acudir al servicio, como algunas personas lo llegan a considerar y se decepcionan cuando su turno se ve desplazado constantemente por otros pacientes.
Le pido amable lector tome en cuenta esta clasificación para entender la forma cómo funciona el servicio de urgencias de un hospital o sanatorio y tenga la paciencia necesaria para la atención de su hijo, al considerar que el tiempo es dedicado a alguien quien tiene riesgo de perder la vida o quedar con daño significativo para su futuro.