Tatuajes

Es común entre la población de adolescentes que en la búsqueda de su afirmación para demostrar su identidad individual, se recurra a modificar su aspecto externo mediante maniobras variadas, que en general, establecen modificar el aspecto externo corporal. Para lograrlo se recurre a alternativas múltiples que incluyen el uso específico de ropa, peinados, joyas o accesorios y en algunos casos menos comunes: la modificación corporal mediante mutilaciones o perforaciones realizadas con incrustaciones (piercings), y en otras, agregando leyendas o imágenes especificas a la superficie de la piel, mediante la aplicación de tatuajes.
La palabra tatuaje en su origen polinésico, está relacionada con el sonido que se genera en su proceso de aplicación (tau-tau), que se produce al estar aplicando el tatuaje mediante el golpeteo en la piel. En el latín la palabra asociada para el tatuaje es el estigma, que desde el punto de vista religioso, hace referencia a las marcas que aparecen de forma milagrosa en forma de llagas o de heridas, similares a las infligidas sobre Jesús durante su crucifixión.
Un tatuaje es una decoración artificial de la piel, que se realiza con la introducción de pigmentos por medio de punciones, en la segunda capa de la piel más profunda que es la dermis (aproximadamente de 2-3 mm de profundidad), donde las células son muy estables y permiten almacenar tintas de colores en forma prolongada.
Los tatuajes en su variante rudimentaria se pueden realizar de forma manual, mediante la inyección de tinta a través de una aguja que realiza punciones múltiples. En la actualidad, ya se cuenta con dispositivos electrónicos en los talleres de tatuaje, que son máquinas especiales a base de un instrumento eléctrico parecido al torno de un dentista, que en su extremo tiene a la aguja esterilizada, conectada a tubos que contienen tinta, y mediante el empleo de un pedal, se mueve la aguja hacia adentro y afuera para depositar la tinta una distancia de 2 a 3 mm debajo de la piel.   
Los tatuajes clásicos son los permanentes, aunque en las últimas décadas se han hecho más populares los “tatuajes temporales”, que en realidad son pseudotatuajes, porque  son grabados superficialmente y no se perfora la piel al hacerlos. Estos tatuajes temporales se hacen con henna, un  pigmento natural obtenido de la planta Lawsonia inermis que tiñe la piel de color marrón-rojizo y se elimina después de dos o tres semanas con el lavado sucesivo.
Esta práctica de marcar el cuerpo tiene mucho tiempo de llevarse a cabo, ya que se han encontrado restos humanos en glaciares, con antigüedad de hasta cinco mil años que tienen partes corporales pigmentadas.
Su empleo ha tenido relación con situaciones de tipo religioso y de posición social. En ocasiones aprobado y apreciado por los grupos humanos en donde el concepto religioso, mágico y social lo definía en sus características de diseños; pero, en otros lugares y épocas también ha estado relacionado con condiciones de humillación (nazis y judíos), o bien, con relación a actitud pecaminosa o delictiva.
Tuvo un resurgimiento en los años 60 y 70, con la presencia de los hippies que lo elevaron a la categoría de arte, logrando diseños coloridos de acorde con su época. A partir de los años 80 con el nacimiento de una cultura alternativa, se considera este arte como una forma de extravagancia; y bajo el impulso de la cultura punk, heavy, rocker y con la influencia de medios de comunicación y globalización, se explica de nueva cuenta el interés actual de algunos jóvenes por esta práctica en busca de su identidad.
La imagen o diseño impreso en la piel de la persona, puede dar lugar a interpretar su comportamiento o actitud. Así algunas personas con carga importante de tipo religioso por condición de devoción o sentimientos de culpa podrá portar imágenes de cruces, figuras de Cristo, santos y vírgenes. Los ateos y/o pacíficos ocuparán palomas, flores o estrellas. Para confirmar su identidad, es muy común que anoten su nombre entero o sus iniciales, al igual que la condición de posesión o pertenencia al grabarse el nombre de otra persona. De tipo afectivo, algunos estampan algún recuerdo particular de su vida. Generalmente quienes tienen mentalidad agresiva, o tratan de poner en evidencia su condición violenta graban figuras con aves de rapiña, armas, animales feroces o signos de muerte. Hay quienes tratan de reafirmar su virilidad y tienen imágenes con figuras o símbolos del sexo opuesto con formas atrevidas. De forma habitual entre homosexuales el dibujo más común son dos mariposas juntas. Por medio del análisis de cada figura establecida en el cuerpo humano es posible relacionar alguna condición emocional en particular.
La parte corporal donde se realiza el tatuaje en el adolescente, puede orientar sobre la relación con los familiares: como evidencia de la propiedad corporal será visible en zonas expuestas, y cuando se encuentra en zonas reservadas o íntimas podrá orientar a la condición de haberlo realizado sin su consentimiento.
La realización del tatuaje involucra un procedimiento doloroso, al considerar que es un procedimiento en donde se es picado con una aguja en múltiples ocasiones, quizás comparado con ser picado varias veces por hormigas o múltiples vacunas. La intensidad puede variar en relación a la sensibilidad que tenga la persona y la técnica de quien realiza el procedimiento.
Cuando algún joven o adolescente considere la realización de un tatuaje, debe tomar en cuenta que no se trata de cualquier raspada o herida de la piel, ya que en realidad es una herida amplia que tiene riesgos de infectarse o de provocar una enfermedad, al ser vía de entrada a microorganismos que pueden ser contagiados, con material contaminado como el virus de la inmunodeficiencia, hepatitis y tétanos que puede generar enfermedades progresivas y la muerte.
No es conveniente que se sometan a este procedimiento muchachos con antecedentes de problemas alérgicos, infecciones o enfermedades crónicas, desnutridos, diabéticos, obesos, enfermedades cutáneas (de la piel), y mucho menos quienes tienen tendencia a cicatrizar en forma anormal con cicatrices queloides (crecimientos excesivos de piel en la cicatriz de una herida).
En nuestro país, existe desde 2002 una ley que regula esta actividad y establece en forma apropiada el empleo de material estéril, por personal adecuadamente capacitado, en locales con características particulares, señalando que la aplicación de estos grabados en menores de edad, deberá contar con  aprobación de su familiar cercano responsable.
Una vez realizado el tatuaje, se deberá de someter a cuidados médicos específicos que conviene sean establecidos por el profesional correspondiente, para evitar la contaminación o desarrollo de infecciones específicas.
Si al paso del tiempo se desea la eliminación del tatuaje, se deberá de realizar con el especialista correspondiente mediante una técnica con láser que será prolongada o en varias sesiones de acuerdo a las características del diseño tatuado, con posibilidad alguna que la zona tratada pueda quedar con aspecto más claro o ligeramente más obscuro que el resto de la piel.
Antes de considerar si te conviene hacerte un tatuaje, trata de establecer que tan necesario es para darte seguridad en tu autoestima y si en algún momento posterior pueda dar evidencia de tu problema emocional en esa época. Por otra parte, toma en cuenta que es una vía de entrada potencial para alguna enfermedad y que su localización particular puede generar daño permanente en la parte aplicada, y finalmente que ante el deseo futuro de eliminarlo por no convenir al desempeño laboral o imagen familiar, involucrará nuevamente otros gastos y riesgos. Piénsalo bien antes de actuar… 

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