Nariz Tapada

Es una alteración muy común que se presenta como sensación de obstrucción total o parcial al paso del aire por la nariz. Se le identifica también, como congestión nasal y es una variante de expresión, de las diversas anormalidades que pueden afectar la función de la parte alta del sistema respiratorio.
En la mayoría de las ocasiones, la obstrucción nasal no se trata de un problema grave, es una incomodidad persistente, que se manifiesta en cada momento que se realiza la mecánica de la respiración, generando esta sensación consciente de la dificultad en forma prolongada.
En forma común, se le considera relacionada a la cantidad excesiva en la producción y acumulación, de las secreciones respiratorias (moco) dentro de los espacios nasales, por lo que las primeras medidas adoptadas para mejorar esta sensación, incluyen: aspiración de secreciones con perillas, introducción de papel higiénico para facilitar su limpieza o “sonarse” la nariz para expulsar las secreciones, con lo que se obtiene una mejoría relativa y transitoria; ya que el principal fenómeno que influye en esta sensación, se genera por el aumento de volumen que manifiesta el tejido respiratorio, que en cavidades muy estrechas o cortas –de acuerdo a la menor edad de los niños-,  es capaz de mantener limitado el flujo habitual del aire.
Sus causas son muy diversas, pero en la mayoría de las ocasiones son debidas a infecciones por virus, para producir el clásico cuadro de catarro o gripe. El incremento en su aparición, tiene relación con el momento en que los niños empiezan su convivencia por tiempos prolongados fuera de su hogar. Bajo esta condición, es posible que la incidencia anual oscile entre tres a seis episodios, pudiendo triplicarse en el segundo y tercer año de vida o en el primero de la guardería, lo que se traduce en gran inquietud familiar. El ofrecer estos datos al conocimiento de la comunidad general, sirve para poder establecer “límites de normalidad” antes de que los integrantes de algunas familias, lleguen a considerar que su niño padece de cuadros crónicos, por posibles deficiencias orgánicas o de vitaminas específicas.
Los cuadros gripales, no son tan difíciles de identificar al relacionar la obstrucción nasal con estornudos frecuentes, molestias oculares y de garganta, acompañados de síntomas generales como fiebre, malestar general y falta de apetito; y por sus características de respuesta orgánica, el cuadro se autolimita y desaparece en lapso de tres a cinco días, ameritando solo medidas conservadoras, como: control (no desaparición) de la fiebre, hidratación suficiente, reposo y paciencia.
Otros cuadros que pueden manifestar obstrucción nasal clásicamente, pueden ser: atresia, adaptación neonatal, virosis sistémicas, hipertrofia adenoidea, alergia nasal, hipertrofia de cornetes, cuerpos extraños, sinusitis, desviación de tabique, traumatismo, inhalación de partículas nocivas y respuestas vasomotoras.
Al nacimiento la más común es por adaptación al ambiente. Se identifica en los primeros dos días del nacimiento y es secundaria a la adaptación de la mucosa nasal al aire ambiental, después de estar en contacto con el líquido del vientre materno. Mejora evitando respirar aire frío y humedeciendo la mucosa nasal con agua pura. No requieren de empleo de medicamentos específicos. En el caso de la atresia, el cuadro es dramático, ya que hay angustia por ausencia respiratoria al momento de alimentar al niño, porque en ausencia de permeabilidad nasal, la respiración la realiza el niño mientras tiene la boca abierta. Su manejo, requiere de dispositivos especiales en la boquita al inicio y tratamiento con cirugía.
Cuando el problema son virosis sistémicas, el cuadro es muy parecido al de un catarro común, por realizar ahí su primera multiplicación viral, con la diferencia que en los siguientes días el virus se disemina y afecta otras estructuras corporales, ejemplo: los casos de hepatitis o varicela.
La palabra hipertrofia relaciona crecimiento excesivo y su complemento señalará el tejido excedido (adenoides o cornetes). En estos cuadros la obstrucción nasal es constante y el niño tiene la boca abierta todo el tiempo. Este crecimiento excesivo requiere tratamiento especializado por el otorrinolaringólogo.
La alergia nasal, se manifiesta con obstrucción de la nariz y datos inflamatorios de aparición súbita, que incluye ojos y garganta con sensación de comezón, lagrimeo, estornudos repetitivos, escurrimiento nasal, nariz tapada y ardor o carraspeo de la garganta, luego que se inhala la partícula a la que es sensible el paciente. Debe ser valorado por el alergólogo para definir y tratar la causa específica. Para su control se pueden emplear medicamentos contra alergia general (antihistamínicos), que solo en estos casos, tienen un efecto notorio de mejoría en la sensación de obstrucción nasal; y obvio, cuando se emplean para catarros comunes no mejoran nada la obstrucción nasal.
La sinusitis por retener liquido en espacios relacionados con la nariz, condiciona además: accesos de tos predominante al acostarse y levantarse, escurrimiento frecuente de secreción nasal y los niños tienen mal olor en su aliento.
Las obstrucciones posteriores a un evento de traumatismo directo en la nariz, puede ser motivada por el acumulo de sangre en el tabique que puede comprometer su vitalidad; y bajo esa circunstancia, requiere de intervención quirúrgica inmediata a fin de evitar destrucción del cartílago por falta de circulación sanguínea. La obstrucción ante un tabique desviado, solo genera dificultad respiratoria al momento de estar acostado de un lado en especial, cuenta con antecedente de iniciarse posterior a un golpe en la nariz.
Cuando un niño se introduce un cuerpo extraño (juguetes, semillas, etc.) al interior de la fosa nasal, manifiesta dificultad para poder respirar cuando se le tapa el lado libre de la obstrucción, abriendo de inmediato la boca. Al paso de los días habrá respiración ruidosa y de forma inevitable un olor desagradable intenso. Estos tres últimos cuadros deben valorarse por el especialista en otorrinolaringología.
En otros casos, algunos niños o adolescentes que se exponen a la inhalación de solventes o drogas, tienen esta alteración que se sospechará con cambios de comportamiento además de la obstrucción nasal y ameritan atención hospitalaria.
Por último, hay niños que bajo estimulación emocional tendrán acumulación de secreciones o congestión mucosa, puede ser secundario a exposición a frío, sesiones de llanto y esos cuadros corresponden a la obstrucción por reflejo vasomotor.  

Los intentos de mejorar la obstrucción con empleo de perillas de aspiración o cotonetes, son contraproducentes al funcionar como cuerpos extraños que tocan y lastiman el tejido inflamado para incrementar su engrosamiento. Con el empleo de gotas para disminuir la circulación sanguínea en la nariz, en forma inicial disminuyen el grosor de la mucosa, pero los vasos sanguíneos ante ese efecto, responden con un mayor aumento de volumen al terminar el efecto del medicamento y la obstrucción empeora; y por otra parte, puede dañar el tejido del olfato de forma irreversible y causar grados variables de disminución en capacidad olfatoria. El empleo de medicamentos antihistamínicos solo da efecto adecuado en los casos de fondo alérgico. El empleo de soluciones con sal, tiene mayor beneficio en niños con problemas congénitos de secreciones (fibrosis quística); y en niños normales puede formar cristales que se confunden con moco seco. El empleo de vitamina C ante problemas respiratorios, solo interviene para ayudar a la reparación de los tejidos en un tiempo menor durante su convalecencia, pero no influyen en su prevención. De forma natural se puede obtener en frutos cítricos o en sus jugos de recién extracción sin exposición prolongada a la luz solar. Se sugiere de preferencia que ante la molestia, no se tomen remedios caseros y se realice una adecuada valoración….    

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