Enterocolitis necrotizante

Es una enfermedad grave que afecta a los recién nacidos, muy en especial prematuros, que en caso de atención deficiente, pueden tener complicaciones serias o llegar a morir.
A pesar de ser la enfermedad digestiva más frecuente durante la etapa de recién nacido, la causa específica aún no se define y su prevención en ocasiones falla. Participan como factores significativos: la falta de maduración intestinal, la deficiencia en la adaptación respiratoria del nacimiento, persistencia de alteraciones que afecten a la circulación de sangre a nivel intestinal; y también, el tipo de alimento y desarrollo bacteriano en el interior de los intestinos, sobre la capacidad de respuesta inflamatoria que llega a generar el niño afectado.
Su incidencia, se establece en diferentes estimaciones con una variación de uno a tres casos por cada mil recién nacidos. Como enfermos en las unidades de atención de recién nacidos, ocupan del 5 al 10% de sus enfermedades registradas. Es una enfermedad que afecta más frecuentemente a los niños que nacen antes de tiempo, pero pueden afectar a al grupo de los niños nacidos a tiempo, hasta en un diez por ciento de las ocasiones.
Su mortalidad se relaciona en forma inversa, con el tiempo de prematurez y el peso al nacimiento. Los de menor peso y más prematuros, son los que tienen un porcentaje mayor de defunción, con la ventaja particular de ir disminuyendo la proporción, en la medida que se cuente con la atención especializada (neonatal) y equipo técnico de mayor desarrollo tecnológico; que al paso del tiempo, han disminuido la mortalidad de un 25% a 9% en los últimos 25 años. La población con mayor índice de mortalidad, son los que nacen con un peso menor de 1500g. De forma general, más de la mitad de los casos, puede tener antecedente de lactancia mixta desde el nacimiento.
La mayoría de los casos de esta enfermedad, se presenta en los menores de 34 semanas de embarazo, que en especial reciben alimento diferente a la leche materna. Los factores adicionales, llevan a desencadenar una respuesta inflamatoria en el intestino, que al final favorecen a la fermentación del alimento no digerido, causando acumulo intestinal de aire excesivo, que al distenderlo, dificulta la circulación sanguínea que lo nutre en su pared intestinal, comprometiendo de forma progresiva la vitalidad y puede causar en evolución inmediata: perforación intestinal o muerte del tejido intestinal, con una mayor respuesta inflamatoria generalizada, que puede terminar por afectar la función de órganos vitales y causar la muerte del recién nacido.
La enfermedad progresa con diferentes estadios de evolución, manifestando alteraciones de tipo digestivo y de condiciones sistémicas. En forma inicial, el recién nacido a nivel digestivo tiene disminución en el interés y la cantidad ingesta, notando que luce aumento de volumen abdominal, eliminando en forma irregular algunos vómitos de coloración verdosa; y en sus evacuaciones, se notan trazas o rayitas de sangre. En forma sistémica, manifiesta: irritabilidad con llanto recurrente, piel con cambio de aspecto habitual para notarse en aspecto como de un encaje, por alternar zonas de circulación aumentada con zonas de cierre circulatorio. Su evolución al paso de tiempo variable, incluye rechazo al alimento, mayor incremento de volumen abdominal   con   dolor   a   su   presión,   persistencia   de   vómitos   y   diarrea,   agregando   en  manifestaciones adicionales: alteraciones en su estado de conciencia, con tendencia a la somnolencia o irritabilidad, alteraciones del ritmo respiratorio (sin respirar en ocasiones), con aparición de coloración morada en algunas partes alejadas del cuerpo.
La existencia en todo recién nacido de distensión abdominal, sangre en las evacuaciones y vómitos de color verde, justifica   asistir   a   la   brevedad   posible, a una evaluación médica especializada (neonatólogo-pediatra) para identificar la enfermedad y establecer su manejo en forma apropiada, de preferencia en unidades de atención especial para recién nacidos, por la condición de contar con equipo técnico adecuado para poder vigilar la presencia de complicaciones graves.
Para la evaluación de la enfermedad -en la mayoría de las ocasiones-, es necesario realizar estudios de rayos x, que en conjunto con los hallazgos de la exploración, permiten ubicar la enfermedad en un nivel   especial   de   progreso,   que   de   acuerdo   al   mismo, permite establecer el tratamiento más adecuado.
En forma posterior, es necesario efectuar estudios de sangre para valorar la respuesta inflamatoria, que nos permita establecer parámetros de referencia en forma comparativa, para definir la respuesta del tratamiento, así como otros estudios de imagen.
Como se trata de una enfermedad progresiva con manifestaciones variables, es necesario que para su tratamiento, se interne en ambiente hospitalario, a fin de contar con vigilancia continua tanto humana, como con monitores automatizados, para poder ofrecer datos objetivos y de forma inmediata ante cualquier alteración programada.  
Para su tratamiento, se disponen de condiciones elementales y otras adicionales. Como parte de las elementales, tomando en cuenta que la acumulación de aire en el tubo digestivo es perjudicial, como primera medida a considerar, se justifica dejar colocada una sonda a su estómago e intestinos, para evitar que la acumulación de aire, pueda comprometer aún más la circulación sanguínea al tubo digestivo. Dar reposo a los intestinos, indicando ayuno para no introducir material que pueda ser fermentado a nivel intestinal; aplicar soluciones a través de la vena, para introducir los líquidos y nutrientes sencillos que el ayuno limita. Empleo de antibióticos para evitar o inhibir el desarrollo de la infección agregada. Ya como tratamientos variables, se aplicarán otros medicamentos para cumplir efectos específicos por alteraciones adicionales.
Puede impresionar al acudir de visita a este servicio, el notar al paciente conectado a una cantidad variable de cables, conectados en la superficie del cuerpo o en extremidades, que se justifican para documentar en forma objetiva (numérica) los   signos vitales y otros parámetros   especiales, que permiten advertir   en  forma   precisa   si   hay respuesta adecuada o si manifiesta complicaciones. Es inevitable la sensación de pesar al momento de ver a un recién nacido con todo ese tipo de dispositivos, pero se justifican para poder establecer una buena vigilancia continua.
Cuando la enfermedad en etapa siguiente manifiesta mayor deterioro, habrá de considerar la opinión del cirujano (pediatra), cuando ya se tenga sospecha de tejido intestinal deficiente de circulación o de perforación intestinal, para su resección o reparación, a fin de evitar mayor daño por perdida intestinal, contaminación de la cavidad abdominal o mayor incremento de respuesta inflamatoria.
Con intención de evitar la existencia de esta enfermedad, se establece en especial conseguir de preferencia llegar a una edad aceptable de embarazo, recibir una atención de parto o cesárea adecuada, en donde no haya compromiso de adaptación respiratoria. Atender problemas o enfermedades en forma anticipada, que puedan influir sobre la circulación sanguínea del recién nacido y de forma muy importante, establecer la alimentación en el momento mejor recomendado por el médico presente al nacimiento (neonatólogo o pediatra), de preferencia con leche humana.
Tome en consideración que en esta enfermedad, tiene mucha influencia el tipo de alimento que recibe el recién nacido en sus primeros días. No es conveniente que por cualquier circunstancia especial, se le ofrezca una fórmula industrial que pueda iniciar esta penosa enfermedad.

Todo niño que en sus primeros días del nacimiento, manifiesta alteraciones de cualquier naturaleza, deberá ser valorado por un médico especialista (de preferencia neonatólogo o pediatra) ya que su respuesta orgánica inestable, puede favorecer la presencia de complicaciones de evolución muy rápidas y quizás con malas consecuencias…   

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