Infarto

El infarto se establece cuando el tejido de un órgano pierde su vitalidad, por falta de oxígeno ante una circulación sanguínea ausente en forma súbita. Así nuestro organismo puede tener este tipo de lesiones en diferentes órganos. Los más conocidos son a nivel cardíaco, cerebral, pulmonar, intestinal y renal, que por su importancia funcional son capaces de causar la muerte o establecer una gravedad significativa, potencial de causar la muerte si su causa específica no es manejada de forma inmediata.
En forma habitual, cuando se menciona la palabra infarto sin asociar algún órgano específico afectado (ej. Infarto cerebral), se da por entendido que el infarto se relaciona con el daño a nivel del músculo cardíaco.
Es muy raro que los niños lleguen a padecer este tipo de cuadro, pero hay enfermedades que lo pueden condicionar en etapas muy tempranas, con resultado fatal cuando no son detectadas y establecidos su manejos preventivos. En ocasiones, su desenlace súbito no permite siquiera establecer su asociación. De esta forma, los registros estadísticos lo reportan en cifras muy bajas, calculándose en forma aproximada como causa de muerte en 2 individuos, por cada millón de personas en edades menores de veinticuatro años.
En cuanto a su pronóstico a diferencia de los adultos, los niños con infarto que sobreviven, tienen menos probabilidades de tener una enfermedad o discapacidad prolongada significativa, con registros de mortalidad inmediata posterior menor del 1%.
En condiciones normales, el corazón se nutre con una circulación especial que se origina en el interior del mecanismo (válvula aórtica) que controla el flujo de sangre del corazón hacia su vaso sanguíneo principal (aorta que lleva la sangre al resto del cuerpo), por medio de dos vasos que salen por la parte derecha e izquierda (al rodear el corazón en forma de corona se llaman coronarias), asegurando en cada impulso de volumen sanguíneo la entrega de nutrientes en primer lugar al músculo cardiaco, para mantener su vitalidad.   
La causa de esta enfermedad se establece por la suspensión súbita del flujo de sangre arterial (rica en nutrientes y oxígeno), al músculo cardíaco por las arterias coronarias.
Las enfermedades que pueden causar émbolos obstructivos durante la infancia incluyen: alteraciones de la coagulación con formación de trombos (coágulos). Estos pacientes pueden tener como manifestaciones previas: dolores variados de localización, pero de forma especial de intensidad importante por las sustancias especiales que se liberan ante la ausencia de oxígeno en los tejidos; y a nivel cerebral, por desmayos (por falta de oxígeno) o dolores de cabeza recurrentes. Se diagnostican con pruebas especiales de coagulación; y su tratamiento, debe ser establecido de acuerdo a su causa específica por el hematólogo pediatra. Menos frecuente es la existencia de trombos con material ajeno a la sangre como: émbolos aire, grasa o tumores que se presentan como complicación por operaciones de vasos sanguíneos, fracturas, cánceres, empleo de soluciones o medicamentos intravenosos.
Las enfermedades que afectan las estructuras vasculares pueden ser inflamaciones que modifican su calibre, como: la enfermedad de Kawasaki, que en etapa inicial causa fiebre intensa, acompañada de alteraciones en la piel (manchas o ronchas), crecimientos ganglionares, ojos enrojecidos al igual que la lengua, fisuras en comisuras labiales y descamación; ya en forma tardía (dos a cinco años), altera la arquitectura de los vasos coronarios con opción a causar el infarto. Con ventaja que el daño coronario se puede evitar, al efectuar el tratamiento adecuado en los primeros días de la enfermedad. Otra vasculitis (muy rara) se conoce como enfermedad de Takayasu, que se caracteriza por inflamación (engrosamiento) de los vasos sanguíneos generando falta de circulación sanguínea, con dolor variado de localización, frialdad superficial, ausencia de pulsos y síntomas generales como fiebre y sudoración intensa. En esta enfermedad se producen bloqueos sanguíneos y coágulos de forma secundaria, que pueden fluir hacia la circulación coronaria para obstruir el flujo al corazón.
Otra causa especial de infarto son los estrechamientos u obstrucciones de la circulación coronaria, que muy frecuente son motivos de aborto al afectar la función cardiaca dentro del vientre materno.
Una alteración especial de señalar es la emergencia anómala de la coronaria izquierda a partir del conducto que lleva la sangre del corazón a los pulmones (arteria pulmonar), que por la condición de llenar con aire los pulmones al nacimiento, permite que la sangre no fluya hacia el corazón en forma eficiente, incluso puede tener un retorno hacia el vaso pulmonar. Al momento de necesitar mayor función el corazón como al alimentarse o llorar, la falta de oxígeno suficiente causa daño al musculo cardíaco generando dolor; en consecuencia, el lactante llora cuando se alimenta, asociando datos de insuficiencia cardiaca con sudoración y disminución de peso. Este dato suele confundirse como cólico y puede ser descuidado; a excepción de que se tome en cuenta que se relaciona con el momento de la alimentación, para considerar esta posibilidad con evaluación por el cardiólogo, que puede ser la diferencia para un tratamiento temprano adecuado que evite su muerte súbita. Su frecuencia es baja ya que de todas las cardiopatías congénitas esta alteración representa el 0.25%. Sin tratamiento, su mortalidad es 90% en el primer año. 
 Por otra parte, también existen algunos factores que pueden predisponer o condicionar de forma inducida la alteración a la circulación coronaria, entre los que se incluyen: cirugías cardíacas y en especial las realizadas en la válvula aórtica, que puedan modificar el calibre de salida de las arterias coronarias. Los trasplantes y cirugías en donde se tenga posibilidad de agregar a la circulación sanguínea otros elementos, en forma de cúmulos celulares, gotas de grasa, burbujas de aire que son potenciales émbolos obstructivos. Enfermedades con alteración del metabolismo, que cause incremento de las grasas corporales y en forma temprana acúmulos anormales de grasas en las paredes coronarias. Algunos tratamientos para cáncer, que pueden modificar o afectar el desarrollo de los vasos sanguíneos, con alteración ocasional a los vasos coronarios. El uso de cocaína y otros tóxicos que, por liberación de algunas sustancias en concentraciones no habituales, pueden generar estos efectos secundarios, con espasmos vasculares que además de dolores muy fuertes de la cabeza o del abdomen, también pueden desarrollar infartos en los jóvenes que los consumen. Las enfermedades como la diabetes juvenil y el lupus eritematoso pueden condicionar cambios vasculares con obstrucción progresiva. El tabaquismo (activo o pasivo) es otro factor adverso para el desarrollo de un infarto.
El infarto cuando se presenta manifiesta: dolor de pecho intenso, palpitaciones, confusión mental o irritabilidad, dificultad respiratoria, debilidad, mareo y desvanecimiento. Este cuadro requiere de atención urgente en unidad de cuidados intensivos. 
Con la sospecha, se puede tomar un electrocardiograma y sustancias en la sangre que lo confirmen; y por estudio de ecocardiografía y doppler a color, completar su diagnóstico.  
Esta patología no es frecuente en la población pediátrica, pero habrá que considerar cuando las alteraciones se manifiesten con los datos compatibles en sus diferentes causas, para sospechar y tratar en forma temprana, con vigilancia posterior adecuada.
… a todo paciente con datos iniciales de sospecha, de preferencia debe ser valorado por el cardiólogo pediatra, para manejo preventivo o tratamiento específico.  

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