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Estreñimiento en niños.


Clásicamente, se le considera como una disminución en la frecuencia de la emisión de las evacuaciones cualquiera que sea su consistencia o su volumen, pero a fin de precisar la alteración, se incluyen otras características en la actualidad, como son: menos de tres deposiciones por semana, episodios de incontinencia fecal, presencia de posturas o actitudes de retención para evitar la defecación, evacuaciones dolorosas, ó de gran tamaño que tapan el inodoro,  retención abdominal con dolor.
En estas consideraciones, se debe tomar en cuenta la frecuencia como un factor incluyente, pero este parámetro es variable en los niños a diferentes edades, y se establece como normal, la existencia en los recién nacidos de al menos de dos deposiciones por día  y en los menores de dos años de tres evacuaciones por semana. Los niños mayores podrán tener como variante normal hasta tres evacuaciones por semana.
Cuando un niño está estreñido por un tiempo prolongado, puede comenzar a ensuciar su ropa interior. El término médico utilizado para describir este síntoma que ocurre en niños con estreñimiento crónico es encopresis. Generalmente sucede como un escape involuntario de heces en niños mayores  de cuatro años de edad.
De forma natural, se presenta una condición parecida en el momento de la maduración intestinal, en el periodo de los primeros dos a tres meses de vida, sin que sea una alteración en la función. En estos lactantes, antes de este periodo, la materia contenida en el intestino, se vacía de forma inmediata al momento de recibir leche en el estomago en forma refleja por estimulación de los movimientos intestinales, y posteriormente el intestino grueso va desarrollando la capacidad para no eliminarlo de forma refleja y empieza a tener sus funciones correspondientes de almacenamiento y absorción de agua, ante lo cual es posible que los padres consideren un “posible estreñimiento” al ver disminuida la frecuencia de evacuaciones de ocho a diez que tenía el niño a solo una cada dos a tres días. Se incluye también en su presencia la existencia de músculos intestinales inmaduros.
El estreñimiento como enfermedad, se presenta cuando en la dieta del niño no se incluye una cantidad adecuada de líquidos y fibra incluida en alimentos tales como cereales, granos, frutas y vegetales. Si el niño tiene en su dieta un alto contenido de grasa y azucares refinados como caramelos, refrescos y postres, no estará obteniendo la cantidad suficiente de fibra lo que puede causar el estreñimiento.
Se puede presentar durante la etapa del entrenamiento para el empleo del inodoro, después de un viaje, durante una enfermedad viral, o cuando el niño no tiene confianza al baño fuera de su casa, puede retener las evacuaciones de forma voluntaria, y el momento o ganas de evacuar puede pasar sin ser atendido, con lo cual, las heces retenidas van incrementando progresivamente de volumen e ir llenando el intestino causando su distensión. En esa condición, ya un intestino con distensión excesiva puede no funcionar de forma adecuada, por lo tanto, puede seguir reteniendo mas heces fecales. Entonces, eliminar una gran masa de heces endurecidas pasa a ser una experiencia dolorosa para el niño, que naturalmente evita ir entonces al baño, manifestando entonces movimientos o conductas retentivas: cruza las piernas, se encoge, camina despacio o disminuye movimientos como ejemplos.
Otras situaciones que pueden favorecer al desarrollo del estreñimiento son: las tensiones escolares al inicio del ciclo escolar o el cambio de colegio. Algún acontecimiento familiar de tipo traumático para un niño como luto familiar, cambio de casa o de ciudad, nacimiento de un nuevo miembro en la familia. El desorden en los horarios de alimentación, el consumo de alimentos que condicionan heces duras como manzana, pera, guayaba, arroz, chayote, papa, zanahoria y carne de pollo; y se incluye también la temporada de verano en donde el exceso de calor disminuye el contenido de agua corporal y puede predisponer a esta condición.   
Este problema se le dará aún más importancia para acudir a valoración médica, cuando se note que el niño tiene deposiciones pequeñas o duras que le salen con dificultad, si pasa varios días sin tener evacuaciones normales, o si hay eliminación de evacuaciones dolorosas o de gran tamaño, o bien si existen manifestaciones adicionales como dolor abdominal, falta de apetito o periodos de irritabilidad con llanto frecuente en niños menores.
En la mayoría de las ocasiones, no se requieren de exámenes previos al tratamiento del estreñimiento a reserva posible de alguna radiografía del abdomen cuando no se relaciona de forma inmediata con esta causa.