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Estudios de laboratorio en la consulta pediátrica


En la revisión de alguna enfermedad al niño, el médico puede encontrar en ocasiones, la necesidad de recurrir a la realización de algunos estudios adicionales para identificar de forma mas específica la causa de una enfermedad; o bien, tener la alternativa de poder cuantificar de alguna forma mas objetiva la condición de una alteración, con el propósito posterior de poder establecer una comparación inducida por el tratamiento que se lleve a cabo.
Estos estudios en la mayoría de los casos, toman muestras orgánicas de los niños para ser evaluados por diferentes métodos.
Así de ser necesarios, se pueden tomar muestras desde diferentes partes corporales y por mencionar algunos estudios señalamos los más comunes: de garganta, nariz, sangre, orina y evacuaciones.
En otras ocasiones, los estudios deben valorar condiciones  anatómicas mediante métodos visuales como las radiografías, ultrasonido, tomografías y resonancia magnética.
Hay otros estudios que evalúan las funciones de alguna parte corporal, como el electrocardiograma al corazón, electroencefalograma al cerebro, estudio de potenciales a la conducción nerviosa, miografías para funciones musculares y otros menos frecuentes.
Cada uno de los estudios, es inevitable que causan ansiedad en el niño, en particular por darse cuenta que se enfrenta a situaciones no habituales. Es ahí donde se deberá de contar con la compañía del familiar que le explique sin mentiras la forma como se llevará a cabo el procedimiento.
Cada uno de ellos en la actualidad, ya dispone de alternativas para disminuir la situación de angustia para el niño.
Para la toma de sangre, se puede aplicar un anestésico sobre la superficie de la piel, con un tiempo previo a la punción para disminuir la sensación dolorosa al niño.
En los estudios en donde se requiere de mantenerse en una postura establecida, es conveniente en ocasiones, evitar que duerma durante las últimas horas de la madrugada, para que al momento de tomar el estudio; ya dormido, se pueda colocar en la posición más aceptable. Si el caso lo requiere, se podrá administrar una sustancia anestésica con vigilancia especializada para inducir el sueño y mantenerlo quieto.
Ahora de la utilidad de cada uno de ellos, es necesario que se establezca de forma conveniente el beneficio posterior, al representar un proceso que puede inquietar al niño y traerle trauma posterior en su vida futura para su atención en salud; y por otra parte, puede ser un factor de riesgo potencial cuando en particular se introduce una aguja en la circulación sanguínea, al darle alternativa de poder introducir microorganismos si las medidas higiénicas no son bien realizadas, o la aplicación de radiación que se deposita en sus tejidos.
Es común, que al ingreso del niño a una guardería se solicitan de forma rutinaria a todos una serie de estudios como requisito; que en el ideal de las circunstancias, debería promoverse por el médico solicitante sustentado luego de un buen interrogatorio, para obtener datos que orienten a encontrar alguna alteración, y complementado con una revisión física que  hagan justificar los estudios a llevarse a cabo.
Del estudio general de orina, se pude considerar conveniente su realización, ya que después de las infecciones digestivas y respiratorias, son las infecciones que se presentan con mayor frecuencia en la infancia, pero en muchas ocasiones por el tiempo que tienen de evolución crónica, no hacen manifiesta su existencia mediante el interrogatorio y exploración. Otra utilidad del examen de orina radica en la interpretación adecuada de sus valores para poder detectar alteraciones en la función excretora del riñón así como del metabolismo que por esa vía elimina desechos. Como su nombre lo establece: general, hace referencia a la posibilidad de orientar a diferentes enfermedades como diabetes, hipertensión, cálculos, infecciones y otras.
Estudio de evacuaciones (coproparasitoscópico), tiene su utilidad al existir parásitos intestinales que puedan dar síntomas digestivos muy vagos, como irregularidad de apetito, dolor abdominal de intensidad leve a moderada recurrente, nauseas, y desnutrición. Se solicitan tres muestras para incrementar las posibilidades de hallazgos anormales y el microorganismo reportado será valorado por el médico si corresponde a un verdadero parásito, ya que en ocasiones reportan microorganismos que no causan daño al niño y de forma equivocada se indica un tratamiento que no esta justificado.
Otros estudios que se piden de forma habitual, pueden ser cuestionados en su realización al tomar en cuenta que sus resultados en muchas ocasiones no están vinculados a enfermedades específicas, y como tales los describimos a continuación:
Cultivo de exudado faríngeo. Se solicita en posibilidad de llegar a detectar la existencia de bacterias que puedan ser dañinas a un niño bajo circunstancias especiales. La mayoría de los niños menores de cinco años de edad, padecen con mayor frecuencia en vías respiratorias superiores, infecciones virales de las cuales cuando las padezcan,  se quejaran por molestias de la inflamación, y solo deben requerir de tratamiento sintomático.
En especial, es de tomar en consideración que la muestra tomada de la garganta de un niño toma microorganismos que ahí se encuentran, y son llevados a condiciones que favorecen su desarrollo en el laboratorio, que no son similares en la garganta del niño, en donde existen medios de defensa que evitan su proliferación, de ahí que cuando se reporte un resultado positivo, se deberá revisar si hay cambios inflamatorios y de tipo bacteriano para justificar de esa forma el tratamiento antibiótico en el niño. Es necesario insistir que el médico deberá valorar al paciente en relación al reporte del estudio y no equivocarse dando tratamiento al reporte de laboratorio.
Estudio de sangre (biometría hemática). Es un estudio que su justificación no se establece para evaluar la condición general de un niño. Si se solicita por sospecha de anemia, se deberá de justificar por datos correspondientes; y de acuerdo a los valores reportados, se deberá de clasificar al tipo de anemia para su tratamiento más correcto. Otras enfermedades que puedan ser detectadas por este estudio son procesos de infecciones que antes originan fiebre y otros datos para justificar la realización del estudio y relacionar el tipo e intensidad. De preferencia en su interpretación se deberá de considerar que los cambios inmediatos ocurren en respuesta a una condición inflamatoria aguda y no necesariamente por sus propios valores en los elementos sanguíneos justifican por sí solos el empleo de un antibiótico en particular. La definición de un tratamiento se hace considerando los datos del interrogatorio y exploración física, asociados a los valores reportados con los estudios, posterior a un verdadero análisis clínico efectuado por el médico. 
El mensaje final es referir que cuando un niño sea señalado de realizarse estudios, debe existir una duda diagnostica justificada para realizar el estudio o un plan para establecer comparaciones en el seguimiento de una determinada enfermedad. No se admite que cada año a miles de niños se les hagan punciones innecesarias, lágrimas sin justificación y en especial falta de criterio prudente para solo solicitar los estudios "necesarios", solo por ser requisito de ingreso a alguna institución escolar que a alguien se le ha ocurrió.
Revisar estos procedimientos como requisitos administrativos se justifica en relación a los tiempos de cambio que tanto se han señalado, para beneficio de nuestra infancia.