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Medicamentos de la televisión


Desde meses anteriores hemos sido testigos de la cantidad de anuncios en la televisión, a favor de promocionar diferentes marcas de medicamentos, de una forma intensa en horario de predominio vespertino, con la intención de “informar” a la población de productos que tienen efectos similares a los producidos por laboratorios de patente, con un costo menor a fin de beneficiar la economía de nuestra población.
La patente de un medicamento, avala la investigación para encontrar una sustancia química que carezca en la menor cantidad de efectos secundarios, y tenga de forma más apropiada una mejoría en la remisión de un síntoma o el alivio en una enfermedad, o la sustitución del efecto de una sustancia carente en nuestro organismo.
Estos laboratorios se encargan de realizar investigación para la búsqueda y purificación de las sustancias a conseguir efectos específicos. Por cuestiones oficiales y de reglamentación, tienen que cumplir con la exigencia estricta y muy particular que el método científico establece para el hallazgo de una sustancia y continúa de forma muy detallada su experimentación, en primer lugar en animales compatibles en comportamiento o respuesta parecida al ser humano, y finalmente con una fase de experimentación en seres humanos. Todo este proceso se sigue en la obtención de un medicamento y finalmente de la calidad de esta sustancia, se tiene que tener un control estricto para ponerla disponible a la comunidad, previa información por revistas médicas de reconocida calidad en donde se describe su forma de hallazgo y los resultados experimentales además de la autorización correspondiente, para que el médico la contemple como posibilidad terapéutica innovadora o mejorada de medicamentos previos.
Por cuestiones financieras, todo producto farmacológico queda en condición de ser manejado en forma exclusiva por el laboratorio fabricante (de origen), durante un determinado periodo de tiempo para manejarlo como patente exclusiva y posterior al mismo, deberá de darlo a conocer para que otras empresas o laboratorios puedan elaborar la sustancia de forma similar (similares), pero que es muy posible tenga alguna carencia en especial por su control de calidad diferente. Un ejemplo evidente lo podemos poner en la producción de refrescos de cola, que en un principio fue exclusivo de una sola empresa y a continuación en el tiempo, puso disponible la elaboración a los demás pero su control de calidad difiere y por tanto, las preferencias son diversas (similares y  original).
Actualmente se informa que existen disponibles medicamentos similares que son fabricados por laboratorios de menor jerarquía, que  al no tener participación en la investigación o estudios experimentales, son prácticamente maquiladores en la elaboración de sustancias farmacológicas y como consecuencia, buscan conseguir un producto parecido o similar al original pero sin un control de calidad adecuado y a un menor costo.
Se agrega a esto en nuestro país, un consorcio establecido por la asociación de una empresa especialista en encuestas, con un laboratorio procesador de  productos farmacológicos y una empresa publicitaria para originar el bombardeo actual de los medicamentos, en donde se destacan las acciones especiales de cada una de ellas. La empresa especialista en encuestas define las necesidades de salud y preocupación de beneficios que desea la población en general. El laboratorio fabricante se encarga de adquirir los productos similares en otros laboratorios para empaquetarlos en cajas atractivas para promocionar a continuación por televisión con imágenes de personas famosas (artistas, conductores de noticieros, deportistas, etc.) y con ello buscan promocionar sus productos para que se incrementen sus ventas, a través de un medio masivo de distribución para estar disponibles en diferentes farmacias o centros comerciales.
Nuestro sistema de salud, tiene reglamentado entre sus diferentes artículos, un apartado -Ley General de Salud (LGS) (última reforma publicada DOF 30-12-2009) en el Artículo 225- para señalar que no se deberá de promover los productos comerciales para fines fuera de la realidad, pero es de suponer que la violación a este articulo es merecedor de una sanción que seguramente es menor al de las utilidades y por esta razón se puede aplicar, pero se justificará en las ganancias para el consorcio y también la situación política podrá tener su influencia al estar involucrado un sistema de salud gubernamental y un medio masivo de comunicación, además de empresarios poderosos.
También en otro comercial, se avisa a las personas que el médico tiene la obligación de anotar el principio activo de un medicamento original, para que a decisión del familiar se pueda obtener un producto similar si lo considera conveniente en relación al costo.
Como médico, no representa ningún problema el anotar el principio activo en una receta y firmarla. El inconveniente se puede generar en el momento que la persona enferma no tenga una evolución adecuada o bien tenga una reacción adversa derivada del producto elegido por el paciente o su familiar. Se hace necesario entonces advertir con anticipación a quien toma esta decisión; que con ello, es responsabilidad propia a partir de ese momento, el empleo de ese producto seleccionado y las consecuencias derivadas dejaran entonces sin responsabilidad al médico que previamente anotó el nombre comercial y producto de un laboratorio a quien él tenga la confianza de su control de calidad y con ello la respuesta a su padecimiento. El médico al final lo único que pretende al prescribir un medicamento es recuperar la salud de su paciente, y no obtiene algún beneficio en especial al seleccionar un nombre comercial particular.
Sabemos que en las farmacias se ofrece consulta médica a un costo muy accesible, pero este ejercicio médico no muy honesto, ya que la farmacia da la oportunidad laboral a una persona con escasa preparación o experiencia deficiente que se ve obligado a prescribir medicamentos que la misma farmacia surte y con ello es un empleado mas de ese negocio. aunque de forma escasa, aún en otros lugares las personas optan por dar sus síntomas al encargado de atender las farmacias y estas personas sin responsabilidad adecuada, solo recomiendan tratamientos empíricos y sintomáticos para hacer sentir bien al paciente por un rato, pero desconociendo el origen dan oportunidad a que la enfermedad avance y se complique, causando posteriormente mayor daño y mayores gastos.
Un capítulo aparte, son los productos naturistas que desde su empaque ya tienen incluida la leyenda, que su empleo es responsabilidad de quien lo consume y lo prescribe, y en el área pediátrica la dosificación en relación a edad y peso del niño, pueden condicionar con este tipo de productos, intoxicaciones o reacciones secundarias.  
Estimable lector, queremos con esta información, sepa usted lo que tiene que hacer al momento de tener presente una enfermedad, y no menosprecie su salud o la de los suyos. La salud vale mucho y la responsabilidad por recuperarla solo puede estar en manos de profesionales y no de comerciantes de la medicina.