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Valoración pre quirúrgica


Todo niño que requiere de una intervención quirúrgica como medida de tratamiento, a fin de reestablecer alguna alteración morfológica o funcional en su cuerpo, necesita siempre de una evaluación anticipada, para identificar y considerar riesgos posibles que amenacen las condiciones especiales durante la cirugía y/o posteriores a ese tratamiento. Esta evaluación de riesgos antes de la operación, se le llama valoración pre quirúrgica.
Cada niño enfermo que se tiene que operar, tiene sus particularidades especiales en relación a diferentes factores. Así bajo esas circunstancias, los pacientes con mayor riesgo de respuesta orgánica lo representan quienes se encuentran en el extremo inicial de la vida, por maduración progresiva de órganos que van adquiriendo funciones especiales al paso del tiempo, donde una condición que en el evento quirúrgico afecte de forma significativa su vitalidad, pueda dejar un daño permanente o incluso causar su muerte; y por otra parte, la inmadurez funcional también puede ser factor de riesgo para una mala respuesta durante la intervención.
Como segundo factor adicional a considerar debe incluirse de forma muy importante, el conocimiento y certeza de forma integral, de las posibles alteraciones adicionales que se cuenten además de la enfermedad, que puedan causar descompensaciones y daños secundarios al momento de no tomarse en cuenta.
Otro factor que contemplar involucra por edad del paciente, su aspecto emocional que pueda desencadenarse, teniendo presente que la primera sensación que experimenta tiene que ver con un sentimiento de temor, el cual será diferente según la edad. El niño desde recién nacido hasta los tres años aproximadamente sufre especialmente por la separación de sus padres y de su medio familiar. El preescolar y escolar tiene miedo del dolor y daño físico que puedan sufrir durante la cirugía y de enfrentarse con un medio ambiente desconocido. El adolescente, teme especialmente por la pérdida de su auto control, autonomía y sobre todo de su privacidad. Para esta condición, el médico deberá de ofrecer la confianza suficiente para disminuir su tensión emocional que pueda afectar el evento quirúrgico.
Por el riesgo que el alimento contenido en el estómago pueda causar ahogo o aspiración respiratoria, el tiempo de ayuno deberá permitir el menor tiempo posible y el más seguro. Así los niños que se alimentan cada tres o cuatro horas pueden recibir su penúltima toma normal y la última con líquidos claros (3-4) horas antes. Los niños que reciben tres comidas al día, seis horas de ayuno. El recién nacido, debe cumplir con un ayuno de dos horas para los líquidos claros y cuatro para leche. No debe olvidarse que, en condiciones especiales, se impone iniciar líquidos por la vena para minimizar los déficits por ayuno.
El proceso invasivo de la cirugía y la respuesta inflamatoria por la enfermedad primaria, pueden interactuar también para generar complicaciones que deben modificarse durante el proceso quirúrgico, con un conocimiento adecuado de sus condiciones previas.
En especial, los órganos vitales (corazón, cerebro, riñones y glándulas suprarrenales) en los niños ante el compromiso de su función normal, pueden causar descompensación súbita durante un acto quirúrgico bajo la influencia de la postura y los medicamentos que modifican su funcionalidad.
Para una intervención quirúrgica con menor existencia de riesgos, es vital realizar su valoración previa de la forma más completa y mejor anticipada para tener oportunidad en su caso, de resolver riesgos detectados o al menos tenerlos presentes para poder atender al momento de manifestarse durante la intervención. Así de entrada, podemos señalar que el riesgo quirúrgico ya es diferente del paciente que tiene una condición grave, que no permite el tiempo mínimo para analizar su evaluación previa; de otro paciente, que tenga solo la enfermedad de resolución quirúrgica sin la presencia de alguna alteración funcional y se haya dispuesto del tiempo suficiente, para revisar de forma amplia con los estudios más completos. Su pronóstico en ellos es muy diferente.
La evaluación pre quirúrgica puede irse integrando con los datos recabados a partir de la atención periódica desde el nacimiento, que proporciona datos del estado de salud de cada niño. Se complementa con la búsqueda de enfermedades especiales por influencias hereditarias con interrogatorio, exploración y estudios de laboratorio de las alteraciones específicas que puedan modificar el desarrollo de una cirugía; y de forma adicional, deberá de incorporar estudios complementarios para tomar en cuenta un posible evento adverso durante la cirugía.
De forma habitual, antes de toda intervención quirúrgica planeada en niños se lleva a cabo la valoración por el cirujano pediatra, anestesiólogo y/o pediatra.
La evaluación en general se integra por diferentes procesos. En el primero de ellos, mediante interrogatorio con el familiar responsable del paciente, se recaban datos complementarios sobre la enfermedad actual, enfermedades que haya sufrido el niño y síntomas que puedan indicar alguna alteración específica, que pueda influir durante la intervención quirúrgica, padecimientos que se refieran de los familiares colaterales y ascendientes. Se investigan también antecedentes de intervenciones quirúrgicas pasadas, efectos anestésicos, transfusiones y reacciones especiales por algunos medicamentos.
En la exploración física, se realiza la revisión del niño en forma minuciosa desde la cabeza hasta la punta de los pies, tratando de encontrar anormalidades que indiquen la presencia de un trastorno no señalado en su evolución, o datos asociados a alguna alteración que se haya referido o sospechado con el interrogatorio.
Basado en el análisis del interrogatorio y hallazgos de la exploración física, se procede a solicitar los estudios de laboratorio y gabinete que sean necesarios, para corroborar o descartar las afecciones que puedan influir durante la realización de la cirugía.
De forma elemental la evaluación pre quirúrgica deberá de calificar en todo paciente la integridad y funcionalidad específica de los sistemas: respiratorio, cardiovascular, renal neurológico, de preferencia asociando los datos de interrogatorio y exploración física con los estudios que sean adecuados para comprobar su funcionamiento normal durante la intervención. Así en forma habitual, en toda evaluación pre operatoria se incluyen estudios de sangre, para comprobar condiciones de nutrición celular y eliminación de desechos sin alteraciones, la radiografía de tórax para evidenciar la anatomía y función adecuada de corazón y pulmones. El electrocardiograma, para comprobar la función cardíaca. La escala de desarrollo neuromotor deberá incluirse en niños menores de cinco años para definir su etapa de desarrollo, ante posible alteración posterior a cirugía.
Para condiciones especiales, se podrá complementar la exploración y estudios de laboratorio para descartar eventos factibles que puedan presentarse y complicar la cirugía, que incluyen: reacción a medicamentos, alergias, efectos anestésicos (fiebre). 
En base a datos definidos, se procede a dar una puntuación concreta de acuerdo a reportes actualizados, para establecer de forma objetiva un número específico que, en relación a escalas estandarizadas, podrá ubicar el riesgo quirúrgico en diferentes niveles; y se podrá establecer al final, las recomendaciones necesarias a tomar en cuenta para la reparación y/o vigilancia previa, durante y posterior a la cirugía, con el objetivo de mejorar algún factor adverso y/o evitar una evolución complicada.
Todo evento quirúrgico aún con evaluación y estudios completos no puede asegurar el curso de la cirugía sin alteraciones, ya que todo depende de la forma como el cuerpo reacciona ante las condiciones especiales de la cirugía. Cada paciente tendrá sus particulares señalamientos.
Considerando que el riesgo quirúrgico es mayor cuando no se cuente con el tiempo suficiente y estudios clínicos adecuados, ante alguna enfermedad de urgencia o riesgo vital, se considera prudente recomendar a los padres de familia contar con evaluaciones periódicas de salud, que permitan identificar enfermedades o alteraciones en forma anticipada; o bien, contar con una evaluación pre operatoria aún sin tener cirugía programada como medida preventiva…