De nueva cuenta
con el reinicio de las actividades escolares, se vuelven a establecer los
intercambios de gérmenes entre los integrantes de los grupos escolares, y ante
las condiciones actuales de temperatura ambiental, estos microorganismos tienen
oportunidad de concentrarse en mayor proporción en los espacios cerrados
(salones), dando paso de nueva cuenta al brote de enfermedades que pueden tener
su origen a nivel escolar y afectar a los demás integrantes del grupo o bien de
la escuela extenderse al resto de la comunidad.
Más susceptibles
aún son los niños de menor edad, al tener deficiencia en su desarrollo de
defensas orgánicas (inmunológico) que los predispone a sufrir las enfermedades
de forma más fácil.
Son varios tipos
de enfermedades que se pueden presentar en los grupos escolares, pero las más
frecuentes en nuestro medio, son: varicela, hepatitis, catarro e influenza,
gastroenteritis, conjuntivitis, mononucleosis, anginas (faringoamigdalitis),
sarna (escabiasis) y piojos.
Cada una de
estas enfermedades es de suponer que tienen su origen en una primera persona
que se encarga de diseminar la infección a los restantes, ante la falta de
higiene adecuada de toda esa comunidad.
Las enfermedades
más frecuentes, se pueden dividir de acuerdo a su localización y tipo de
agentes que las producen en formas diferentes para poder combatirlas de forma
específica. Así tenemos que algunas son producidas por microbios que incluyen a
los virus y bacterias que son estructuras biológicas muy pequeñas que solo son
visibles con el microscopio y en la mayoría de las ocasiones se transmiten por
las secreciones respiratorias o bien por eliminación de residuos intestinales
(evacuación). Otras enfermedades son producidas por parásitos que son
animalitos pequeños, que pueden ser en ocasiones visibles a simple vista como
el piojo o bien mediante una lupa como el de la sarna, y en ellos el mecanismo
de transmisión elemental es el contacto directo o mediante el empleo de
dispositivos de uso común entre las personas (sombreros, ropa, peines, etc.).
Para evitar que
una enfermedad se extienda entre el grupo escolar, se deben tomar diferentes
medidas de cuidado, que son dependientes tanto del grupo familiar como de la
organización humana en la sección escolar para su detección y atención
oportuna.
Debe llamar la
atención entre los familiares, el cambio de comportamiento o signos anormales
que manifiesta en etapa primaria un niño, cuando inicia con alguna enfermedad
de tipo contagioso, para poner en alerta sobre su evolución y de preferencia
motivar en ese momento a su evaluación y atención temprana, para evitar que la
enfermedad progrese y tenga oportunidad de afectar a otros susceptibles. Pero
lamentablemente, la preocupación mayor de los adultos o padres de familia al
parecer está con sus propias actividades laborales; y ante eso, optan por enviar
al niño a la escuela o guardería sin referir de forma directa que se encuentra
afectado para no ser suspendido de su asistencia y con ello, tener que ausentarse
de su trabajo o pedir permiso laboral para darle su atención correspondiente.
Así terminan enviándolo en espera que con un remedio casero proporcionado, o
algún medicamento empíricamente empleado, el niño tenga un comportamiento
aparente normal. Con este planteamiento el niño llega al grupo escolar y
empieza a distribuir sus gérmenes por medio de sus secreciones respiratorias y
al tener sus compañeritos contacto cercano con él, terminan contagiándose para
desarrollar ellos después las enfermedades virales o bacterianas de forma
similar.
Los maestros por
su parte tienen dificultad para poder detectar estas alteraciones por no tener
la preparación adecuada para poder identificar en ocasiones las manifestaciones
en etapa temprana, y es ahí donde se establece la importancia de personal
médico que a temprana hora, hiciera una evaluación diaria de las condiciones de
los niños para detectarlos y con el aislamiento en la sala de enfermería,
evitar que se contagien los demás, vigilar su enfermedad durante su estancia
del día, para que al entregarlo a su familiar le pueda proporcionar la
información suficiente para la atención integral con su médico de confianza.
Pero en la mayoría de las escuelas no hay personal médico o el que ahí se
encuentra no realiza estas acciones de forma ordinaria.
En cuanto a las
enfermedades contagiosas por parásitos, es significativo el contacto cercano
que tienen los niños afectados por la enfermedad para contagiar a los demás
compañeros con el intercambio de peines o prendas de vestir para poner en
contacto con la piel o cabello de los restantes a los parásitos. De los parásitos
intestinales, se refiere la técnica deficiente en el cambiado de pañales a los
niños y la preparación de alimentos con manos contaminadas como el mecanismo
más común para generar estos contagios.
En forma
importante, para evitar que estas enfermedades se puedan transmitir, se pueden
establecer reglas básicas, a cumplir en forma estricta por diferentes
integrantes de la sociedad, y se mencionan a continuación:
-Todo niño que
se note en su casa con alteraciones de comportamiento, no se deberá de enviar a
la escuela, para poder ser revisado de forma temprana por el médico y dejar en
reposo en su casa para evitar deterioro biológico en sus primeros días de la
enfermedad, que muy frecuente influyen para condicionar su complicación, y de
preferencia con atención cercana de sus necesidades elementales entre las que
son básicas mantener una hidratación y nutrición aceptable de forma frecuente
en pequeños volúmenes.
-Recomendar a
los niños que no están enfermos, evitar el intercambio o manipulación de
objetos de otros niños, pero en especial y de preferencia, realizar lavado de
manos de forma muy frecuente en la escuela para evitar contagios, al igual que
la manipulación de sus deditos con la nariz o boca de ellos para no
introducirse gérmenes a su cuerpo. El lavado de las manos elimina la mayor
cantidad de gérmenes en la superficie. El empleo de desinfectantes no es
suficiente si no está precedido de un lavado adecuado y frecuente de manos,
para la eliminación de microorganismos.
-Las escuelas de
preferencia contar con un servicio médico que detecte en forma temprana a los
niños con posible enfermedad para mantenerlos en aislamiento físico o bien
notificar a sus padres o familiares para su atención y vigilancia domiciliaria.
-Los servicios
de limpieza escolar emplear los medios necesarios para realizar higiene,
desinfección y esterilización adecuada de lugares o partes físicas de salones
en donde pueda haber mayor contaminación.
-Ante un caso de
piojos o de sarna realizar juntas con los padres de familia para tomar acciones
específicas que den oportunidad de contar con un resultado efectivo para
erradicar los parásitos.
Para concluir,
se insiste en que puede ser suficiente con tener la responsabilidad adecuada
para la identificación de un niño potencialmente enfermo, para que en primer
lugar no se envíe al centro escolar, y de forma muy justificada se podrá
considerar su ausencia escolar, en beneficio de la salud individual y del grupo
escolar también.
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