Son
pequeños gusanos que tienen la capacidad de poder introducirse a través de la
piel, para completar su ciclo de vida, causando respuesta inflamatoria y
síntomas variados de acuerdo con la edad del paciente y los órganos que
afecten. Así clásicamente se conocen dos tipos de infección: una que afecta
exclusivamente a la piel y otra que puede invadir a órganos específicos, como:
hígado, intestino, pulmones, ojos como los más frecuentes.
Estas
larvas pertenecer a un número de especies parásitas del hombre y animales. Deben
recorrer un camino por tejidos y órganos del hospedador para alcanzar su
localización definitiva y hacerse adultas. Cuando se trata de parásitos que no
son específicamente de humanos, pueden realizar estas migraciones en el hombre,
aunque nunca alcanzarán la forma adulta ni completarán su ciclo vital, muriendo
en alguna parte de su trayectoria. Los parásitos que completan su ciclo normal
en el ser humano, generalmente se ubican en el primer segmento intestinal
causando anemia por la ingesta de sangre que realizan en ese lugar, además de
otras alteraciones por la inflamación intestinal secundaria, con posibilidad de
sobrevivencia prolongada que se ha descrito hasta por quince años.
Llamamos
larva migrans cutánea a una parasitosis de la piel, adquirida por la exposición
cutánea a larvas muy pequeñas y delgadas que generalmente son parásitos de perros,
gatos y bovinos que, en el ser humano por causas no conocidas, la larva es
incapaz de penetrar en la profundidad de la piel y solo se desplaza debajo de su
superficie.
La
forma cutánea, es una erupción en la piel con aspecto de una trayectoria serpenteante
enrojecida, generalmente confinada a los pies, las rodillas, nalgas o el
abdomen, como manifestación de sensibilidad incrementada a los gusanos o a sus
productos.
Esta
enfermedad suele aparecer en forma más frecuente en zonas de clima tropical o
subtropical, en zonas templadas durante los meses más cálidos y en lugares
donde las personas descuiden el empleo de calzado (como en las playas). El
parásito de esta variedad cutánea generalmente es depositado por las
evacuaciones del gato, perro o ganado. Estos huevos eclosionan de manera óptima
en suelos cálidos, sombreados, húmedos y arenosos, liberando un pequeño gusano
muy delgado, que penetra de forma rápida en la piel del ser humano al entrar en
su contacto. Las playas son el reservorio más común de estas larvas; sin
embargo, la infección puede ocurrir en las cajas o depósitos de arena, en el
suelo debajo de las casas o en los sitios de construcción. La prohibición
de perros y gatos en las playas se justifica, como una forma de limitar la
transmisión de la infección. En la población infantil de estos lugares, más de
la mitad pueden tener antecedente de esta enfermedad y los afectados que no
viven en esos lugares, pueden tener como antecedente importante, el haber
acudido a alguna playa.
El
desarrollo de la enfermedad no establece gravedad alguna en el paciente. La
mayoría de los episodios se resuelven con o sin tratamiento y sin consecuencias
adversas a largo plazo. La molestia de la enfermedad se relaciona con la
aparición particular del trayecto enrojecido de la piel, acompañado de
sensación de comezón intensa que, en forma secundaria por contaminación, puede
cambiar de aspecto formando costras superficiales amarillentas y/o por
inflamación excesiva la piel cercana, tendrá aumento de volumen asociado con
enrojecimiento y dolor variable de intensidad.
Al
momento de introducirse el parásito, el niño afectado puede percibir alguna
sensación de escozor en el momento que tiene su penetración inicial la larva.
Es posible en ese momento que se pueda notar un punto enrojecido en la zona
señalada de escozor. Posteriormente de acuerdo con la velocidad de avance, se
podrá ir distinguiendo la trayectoria generalmente de forma serpenteante,
delgada (2-4 mm de ancho), enrojecida, que aparece en forma progresiva debajo
de la piel afectada con aspecto discreto de sobreelevación. La localización
depende de la zona cutánea expuesta, siendo común en adultos: en los pies por
pasear descalzos sin protección y, en los niños: a nivel de manos, rodillas,
pies y/o nalgas por efectuar actividades recreativas en la arena.
La
migración de las larvas a través de la piel, ocurre desde una semana hasta
varios meses después de la penetración inicial, dependiendo del tipo de larva. La
tasa de migración de las larvas es de 2 mm a 2 cm por día, dependiendo de la
especie. A diferencia de los animales, las larvas no pueden penetrar la
parte inferior de la piel humana; por lo tanto, las larvas deambulan al
azar por dentro de la piel y no pueden completar su ciclo de vida. La ubicación
real de las larvas suele ser de 1 a 2 cm más allá del aparente final del
trayecto enrojecido. Las lesiones no tratadas se resuelven después de que
mueren las larvas (es decir, en semanas o 3-4 meses), quedando solo algunas
manchas como evidencia de su existencia, con desaparición final a largo plazo.
Otras
personas además de los niños, que pueden estar expuestos a esta enfermedad,
incluyen: pescadores, jardineros, bañistas, trabajadores de la construcción. La
persona que padece la alteración en la piel no puede contagiar su enfermedad a
sus cercanos.
La
atención para la valoración y establecer el tratamiento adecuado, debe ser por
parte del médico general, pediatra, dermatólogo o dermatólogo pediatra, que en
ese orden tendrá la mejor experiencia.
La
otra forma de afectación, conocida como visceral tiene la particularidad de ser
causada por parásitos que desarrollan su ciclo biológico en el ser humano y por
algunos parásitos de perros y gatos que tienen probabilidad de alcanzar órganos
específicos.
Los
parásitos de los humanos, luego de penetrar por la piel, tienen capacidad de
poder pasar a la circulación sanguínea, llegando a los pulmones, donde suben
por el trayecto de los bronquios, para entrar al sistema digestivo por su parte
superior (esófago) y quedar sujetos de la mucosa del primer segmento (duodeno)
del intestino delgado, en donde se alimentarán con cantidades pequeñas y
diarias de sangre, que ante invasión de múltiples parásitos y al paso del
tiempo, es capaz de producir anemia en grados variados además de alteraciones
digestivas como falta de apetito, sensación de llenado rápido al inicio de los
alimentos, dolor leve a moderado en la parte superior y central del abdomen,
cuadros de diarrea, sensación de náuseas y/o vómitos asociados. Este tipo de
larvas, pueden persistir por periodos prolongados en años, sin el tratamiento
específico.
Durante
su paso por los pulmones, pueden causar respuesta inflamatoria que puede
confundirse con cuadro de asma bronquial o solo algunos accesos de tos. La toma
de radiografía mostrará respuesta inflamatoria asociada. Las manifestaciones
por la anemia suelen asociar palidez de la piel y mucosas, cansancio,
respiración aumentada, desmayo. Por la pérdida de proteínas y deficiencia de
absorción de nutrientes, se podrá notar que hay hinchazón de párpados, pies y/o
manos.
Las
larvas que no realizan su ciclo biológico en el ser humano, para causar la
forma visceral, deben ser ingeridas por la boca, que establece en forma
específica. que el niño debió tener ingesta directa del material contaminante
del suelo (con excremento de gatos y/o perros) para pasar a la circulación
sanguínea a través del intestino y de ahí, pueden alcanzar al hígado, corazón o
pulmones donde quedarán confinados con posibles manifestaciones de inflamación.
Cuando afectan los ojos, pueden ser causa de ceguera.
Por
la existencia de alteraciones más evidentes, esta variante de afectación
visceral requiere de realizar estudios de sangre, radiografías o algunos muy
especiales de los ojos para poder definirla. La reacción inflamatoria en los
órganos afectados establece su pronóstico posterior, con probabilidad de formar
abscesos por contaminación asociada.
El
control adecuado de la salud de las mascotas, la recolección apropiada de sus
excretas cuando salen a pasear a lugares públicos y el no darles acceso a zonas
de playa, son medidas preventivas para evitar este tipo de enfermedades. Es importante
la evaluación periódica del veterinario a las mascotas, para evitar este riesgo
en casa.
Una vez hecho el Dx. Cuál es el tratamiento de elección. Hace muchos años se recomendaba tiabendazol. Pero ya no se encuentra en el mercado. Cuáles son las alternativas actuales?
ResponderEliminar