Con el
nacimiento de un hijo, se inicia una serie de actitudes responsables que
repercuten en el desarrollo de un bienestar físico y emocional del individuo en
el futuro, y corresponde a los familiares directamente relacionados, como son
los padres, el contar con una información apropiada para tomar las mejores
decisiones que beneficien en forma progresiva a su hijo.
Es natural que
la presencia de un niño en la integración de una familia motive muchas dudas en
sus cuidados y atenciones. La mayoría de las personas no tienen los mejores
conocimientos y destrezas para ofrecer en la atención del niño, y entonces se
hace muy natural el recurrir a la orientación médica relacionada con la
especialidad en la atención de estos niños que es la orientación pediátrica.
Tratándose de un
niño sin alguna enfermedad desde el nacimiento, el ejercicio de la medicina preventiva
lleva el propósito de evitar la presencia de enfermedades a las que pueda
exponerse en el futuro el niño y otras anormalidades que pueden originarse en
su desarrollo ante prácticas mal establecidas en su higiene, alimentación y
formación de la personalidad.
Un aspecto muy
significativo para la definición de la salud en el niño, está influido por la
alimentación ya que constituye la base a partir de la cual, su organismo se irá
estableciendo con las características relacionadas en el desarrollo de sus
diferentes órganos y sistemas.
La lactancia
materna, es una función establecida durante la historia de las especies
mamíferas, que garantiza la oportunidad de adquirir los nutrientes mas
apropiados durante la etapa inicial de desarrollo, de cualquier individuo
perteneciente a esta especie, permitiendo ofrecer el aporte de sustancias
múltiples esenciales, para la adquisición de las funciones elementales en la
etapa siguiente al nacimiento, que es el incremento de los tejidos, y la
adquisición de habilidades particulares de cada uno de ellos para el desarrollo
de funciones específicas, que se conocen de forma respectiva como crecimiento y
desarrollo.
Cada especie
produce leche exclusiva para el desarrollo y crecimiento favorable de sus
propias criaturas, ya que la información para su producción viene establecida a
través de los genes que se transmiten de forma hereditaria a la madre de cada
uno de ellos. Es de suponer entonces que la leche de una vaca contendrá
nutrientes mas propicios para el desarrollo de los individuos correspondientes
a su especie de forma natural y la humana será el alimento más favorable para
la nutrición de los niños recién nacidos.
En la practica,
hay dudas variadas ante la poca información que pueda tener una pareja reciente
de padres, y que puede condicionar la aplicación de prácticas empleadas como
costumbres, que se han hecho habituales en el paso del tiempo, y ser ofrecidas
con la mejor voluntad de ayuda por personal sin conocimientos médicos
apropiados, por lo que en esta ocasión, se hará referencia a algunas cuestiones
que puedan ser modificadas en beneficio de una mejor alimentación para el
crecimiento y desarrollo de los niños, desde un punto de vista mejor
fundamentado en la especialidad de la pediatría.
Una vez terminada la gestación del producto,
que ha condicionado su crecimiento y desarrollo por la alimentación
placentaria, es necesario darle continuidad en su nutrición de la forma más
natural por medio de la leche materna. Por tal consideración, es visto como
normal el hecho de ofrecer de forma inmediata al nacimiento la estimulación de
succión al seno materno por el recién nacido, para favorecer la participación de hormonas; en ese momento,
para la estimulación en la producción de leche en la madre de forma mas natural
e inmediata. Contrario a la creencia,
que todos los niños necesitan de algún lavado de estómago previo (eso lo
justifican casos muy particulares por alguna anomalía previa al nacimiento), y
la aplicación de sondas (se efectuará de forma similar en algunos niños que se
tenga sospecha de tener alteración en la integridad de su esófago).
Durante el
momento del parto, al producirse la expulsión de la placenta, participa una
hormona que tiene como fin el de favorecer el cierre de los vasos sanguíneos
que se conectaban a la placenta, y si coincide en ese instante la estimulación
al pezón, se favorece a su mejor eliminación y efecto en la matriz, y además,
se estimula el funcionamiento de los millones de glándulas presentes en cada
seno de la madre, favoreciendo así a la eliminación de la leche inicial
conocida como calostro, que a diferencia de la leche normal contiene nutrientes
de alto valor calórico para los primeros días del recién nacido.
Es posible, que
durante los primeros tres días, y en ocasiones hasta un máximo de cinco días,
la cantidad en la producción de leche materna se encuentra tan disminuida que
solo es posible obtener hasta 25 a 30 ml (el equivalente a una onza) de leche
materna al día, pero eso no justifica en nada que se deberá de complementar la
alimentación del niño con leche industrial o bien con tés, ya que este
organismo recién nacido cuenta con reservas formadas durante la ultima parte
del embarazo para poder soportar la falta de líquidos y el aporte de
nutrientes, a través de la cantidad aumentada de agua que cuenta al momento del
nacimiento, recordando con esto que todos los niños nacen con aspecto hinchado
(mas notorio en sus ojitos que no los pueden abrir al nacer), y al paso de los
siguientes 3 a 5 días se distribuye ese líquido en exceso, y se mejora en
apariencia su aspecto, pero con esto se cubre la necesidad de agua que no pudo
ser proporcionado por la cantidad de leche liberada en esos primeros días. Por
otra parte, el aporte calórico se cubre con la modificación de una grasa
particular, que se encuentra incrementada en su espalda en la parte superior
(en posición de mochila), y que tiene mucha semejanza, en sus características,
como la grasa que acumulan algunas especies, que por tiempo de hibernación no
pueden alimentarse durante la temporada de invierno y se conoce como grasa
parda, y su desaparición progresiva ofrece también el aporte calórico que le pudiera
faltar por la relativa deficiencia de leche materna.
La succión
constante en los primeros días, estimula algunas células especiales en el pezón,
que envían la información al cerebro para la liberación de hormonas
relacionadas con la síntesis de la leche, y el estado nutricional e hídrico que
guarda la madre en estos días, será otro factor adicional que influya a la
formación de leche en cantidades variables. Es de suponer entonces que algunas
mujeres que perdieron volumen de sangre mayor, y no tienen una ingesta de
alimentos suficiente en los primeros días del nacimiento, condicionan que sus
pechos tengan una menor producción de leche. De ahí que se recomienda la
nutrición completa y satisfactoria a mejorar la salud de la madre para influir
en una lactancia mas adecuada.
El empleo de tés
o agua pura en los primeros días del recién nacido, es una práctica que deberá
ser desechada como hábito, tomando en consideración, de saber que el efecto de
un té preparado de forma similar a un adulto, condiciona en el mismo algunos
efectos digestivos y neurológicos (algunos adultos lo toman para alteraciones
neurológicas o para disminuir molestias digestivas), en el recién nacido que
tiene un peso y volumen de distribución menor, la concentración de dichas
sustancias causan siempre datos de intoxicación que pasan desapercibidos por
los padres como son el incremento en la frecuencia de su corazón, disminución o
parálisis relativa de sus movimientos intestinales, llanto constante,
irritabilidad, dificultad al sueño, como los mas significativos y aunque menos
frecuentes por fortuna. Ante la ingesta excesiva de tés, es posible la
presencia de convulsiones o incluso la muerte por intoxicación del alcaloide
contenido en los tés.
Por su parte el
agua pura, es un líquido carente de cualquier aporte calórico, que ofrece
únicamente las opciones potenciales de infectar al niño o bien quitarle la
sensación de hambre sin aportarle calorías necesarias para su crecimiento y
desarrollo, y así su aporte frecuente predispone a infecciones digestivas o
bien desnutrición.
La disminución
de peso en los primeros quince días del recién nacido, tiene su explicada
justificación en el hecho que al nacimiento fué registrado su peso integrando
la cantidad de agua adicional y la presencia del tejido de grasa parda
existente en su espalda, y al ser aprovechado en esos días, hace que el niño en
promedio de forma normal tenga una deficiencia hasta de 15% menos del peso
registrado al nacimiento. Lo anterior no justifica el aporte de leche adicional
ya que es un proceso totalmente normal en su desarrollo, y a partir de esa
fecha aproximada ya existe una producción de leche aceptable, para favorecer el
incremento de forma conveniente en el niño, para aumentar hasta 750 gramos en
los siguientes quince días (¡la cuarta parte de lo que tenía al nacimiento en
solo dos semanas!) a condición de ofrecer el seno a libre demanda en esos
primeros quince días, y posteriormente para establecer hábitos de alimentación,
en frecuencia de cada dos horas. Con finalidad en evitar el incremento excesivo
de peso, se justifica a partir de ese momento (30 días de nacido) darle en
frecuencia de cada 3 hrs.
Las sustancias
que contiene la leche materna, son múltiples y cada una de ellas tiene su
acción y aparición en momentos propicios a su particular función. Por señalar
algunas en especial, existe la que se encarga de estimular una mayor cantidad
de conexiones entre las células del cerebro (neuronas), que le permitirá al
niño en etapas posteriores, tener una función más hábil para transmitir y
recibir información. Otras actúan para estimular el desarrollo de huesos y
músculos, otras por su parte interfieren con algunas enfermedades y ellas
también tienen su formación a partir de las enfermedades padecidas por la mamá
o sus antecesores. Ninguna leche artificial tendrá esas ventajas.
La idea que la
mayoría de las personas tienen sobre leches industriales, es que se trata de
productos sintetizados en laboratorios muy sofisticados, en donde se elabora de
forma artificial a base de químicos muy complejos y algunos inventados, la
leche industrial. Pero la desilusión es evidente cuando se informa que se trata
solo de leche de vaca modificada en algunas sustancias, para adecuarla a la
digestión del niño y algunos complementos que se le agregan, se basan en
funciones similares a algunas sustancias que existen en la leche humana, pero
por no ser selectiva y específica, su expresión será diferente. Por especie, la leche mas parecida a
la humana es la leche de los primates (changos, gorilas, monos, etc), pero es
de suponer la dificultad que pueda existir el tratar de extraer la leche a uno
de esos animales (ej. Gorila), y de ahí que se ha optado por escoger a la vaca
como una especie dócil y capaz de poder explotarla para fines comerciales, pero
no en beneficio de la alimentación humana.
El utilizar la
leche humana favorece al desarrollo normal del intestino y de la captación
apropiada de los nutrientes para el desarrollo del niño. Se conoce incluso que
parte de los alimentos que dan el sabor particular a cada alimento, puede ser
liberado con la leche materna lo cual le dará opción al niño de conocer el
sabor de algunos nutrientes, que en el futuro lo consumirá de forma natural por
haberlo conocido durante la etapa de lactación, y de forma similar algún
alimento que la madre no hubiera ingerido durante la lactancia, podrá
considerarlo el niño como novedad posteriormente. La dieta de la madre no
deberá de tener restricciones a reserva únicamente de la ingesta de alcohol y
consumo de tabaco que darán efectos nocivos al niño.
Existen mas
puntos a conocer de la lactancia humana que en su oportunidad podremos seguir
explicando.
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