Dolor de cabeza (cefalea)


Invariablemente de la forma como lo exprese el niño, el dolor de cabeza es una molestia que señala alteración en sus condiciones generales. En la mayoría de las veces, es producido por causas simples o lógicas, como falta de sueño o un golpe reciente; pero en otras ocasiones, pueden ser la primera manifestación de un problema quizás importante.
La mayoría de los dolores de cabeza tienen su origen fuera del cráneo, en los nervios, los vasos sanguíneos y los músculos que recubren la cabeza y el cuello. Los músculos o vasos sanguíneos se pueden inflamar o pueden experimentar otros cambios que estimulan o ejercen presión sobre los nervios circundantes. Estos nervios envían un bombardeo de mensajes de dolor al cerebro, lo que provoca el dolor de cabeza; y contrario a lo habitual a pensar, el tejido cerebral como tal no genera dolor, y solo en su interior las sustancias que se estimulan por la información de los nervios se interpretan como sensación de dolor.
Los dolores de cabeza pueden ser divididos en dos formas. Las cefaleas primarias cuando se conserva la integridad de la anatomía relacionada y ejemplos de este tipo son los dolores por exposición al sol o por no haber dormido bien. Y en cambio, las de tipo secundario son las que tienen una anormalidad que justifica la existencia del dolor, como ejemplo infección del cerebro, tumores, sangrados.
Las causas más comunes de dolor de cabeza en la infancia incluyen: falta de sueño o cambios en los hábitos de sueño, deshidratación, golpes en la cabeza, atender o ver la televisión por tiempo prolongado, cambios hormonales, menstruación, oler sustancias de intensidad particular, ingesta excesiva de cafeína, consumo de conservadores (glutamato monosódico) en algunos productos, tabaquismo, viajes prolongados, alteración de horario de alimentación, oír música en volumen excesivo, exposición al sol, y durante la mayoría de las enfermedades por su asociación con la fiebre, o por afecciones bien localizadas como infección de oídos, sinusitis, meningitis, etc.
Luego entonces, es importante saber distinguir cuándo un dolor de cabeza no es más que una molestia pasajera y cuándo puede ser algo más y requiere tratamiento médico.
Usted debería llevar a su hijo al médico, si tiene dolores de cabeza inexplicables o recurrentes durante un período de tiempo breve o con regularidad.
Llame al médico si el dolor de cabeza que tiene su hijo: ocurre una vez al mes o con mayor asiduidad, no remite fácilmente y es particularmente fuerte.
Otro factor a considerar es si el niño presenta otros síntomas aparte del dolor de cabeza. Si su hijo se encuentra perfectamente bien entre los episodios de dolor de cabeza, no hay demasiado motivo para preocuparse. Pero, en caso contrario, habrá mayor motivo para hacerlo -los síntomas que acompañan al dolor de cabeza pueden ayudar al médico a identificar qué puede estarlo provocando.
En relación a la frecuencia de dolores de cabeza importantes en la infancia, tenemos a la llamada cefalea tensional y a la migraña.
La cefalea tensional (también conocida como cefalea por contracción muscular), está provocada por la tensión existente en los músculos del cuello y la cabeza, que puede deberse a diversos factores estresantes tanto de tipo psicológico como físico.  
El dolor se suele describir como: una presión constante alrededor de las partes frontal, superior y laterales de la cabeza, casi como si se tuviera una cinta de goma apretada alrededor de la cabeza
Una de las principales diferencias existentes entre las cefaleas de tensión y las migrañas es que las cefaleas tensiónales típicamente no van acompañadas de náuseas o vómitos, y generalmente no empeoran con la actividad física, lo que sí suele ocurrir con las migrañas.
Migrañas. Aproximadamente el 5% de los niños en edad escolar y hasta el 10% de los adolescentes padecen migrañas, dolores de cabeza recurrentes que van acompañados de otros síntomas. A menudo desencadenados por factores como el estrés, la falta de sueño y determinados alimentos y bebidas. Las migrañas pueden ser de duración variable, de  treinta minutos a seis  horas, pero en ocasiones puede durar hasta un par de días.
Las migrañas se acompañan de anormalidades que las preceden y se llaman auras, que son una especie de aviso del dolor que se tendrá que soportar luego, y generalmente aparecen de 10 a 30 minutos antes del episodio de migraña. Puede afectar a un solo ojo con visión borrosa, puntos negros, luces brillantes o en el olfato para detectar olores particulares. En ocasiones se puede percibir como: sensación de tener cerca ya su migraña, antojo por alimentos, sed, irritabilidad, o poseer gran energía.
Con la migraña desarrollada el dolor se inicia en un lado especial de la cabeza, de tipo pulsante y martillante, y entre las variantes de comportamiento es posible que la luz, olores y sonidos les pueden molestar en exceso, si continúan las actividades pueden tener ganas de vomitar o vomitan, hay debilidad muscular, tropiezos o dificultad para hablar, pero cuando el niño es muy pequeño solo podrá ponerse llorón y acompañarse de cambios de color en la piel con palidez.
Aparte de las náuseas, que son habituales en la migraña y la cefalea tensional, el dolor de cabeza puede ir acompañado de otros síntomas. Usted deberá acudir al médico de su hijo si éste presenta cualquiera de los siguientes síntomas asociados al dolor de cabeza: disminución de alerta, vómitos, ó dolores que se presenten al despertarse o que despierta al niño, consecuente a una lesión en la cabeza o pérdida de conciencia, acompañado de ataques epilépticos, cambios en su vista, sensación de hormigueo, debilidad, manchas en la piel,  dificultad para hablar o ponerse de pie, rigidez de cuello y/o nuca, fiebre u otros síntomas de infección, y/o no poder participar en las actividades cotidianas a consecuencia del dolor de cabeza.
Durante la consulta, la información que se obtiene con el interrogatorio por parte del médico, permite ir relacionando el comportamiento y la causa del dolor de cabeza, y seguido de una exploración completa al niño, podrá considerar la causa o relacionar con ella, por lo que en ocasiones se hace necesario realizar otro tipo de estudios como análisis de sangre o pruebas de diagnóstico por la imagen, tales como una TAC (tomografía axial computarizada) o una RM (resonancia magnética) del cerebro, a fin de descartar posibles alteraciones anatómicas internas como tumores, ó alteraciones de vasos sanguíneos (aneurismas, que pueden ir creciendo y de repente romperse), que podrían estar provocando el dolor de cabeza, y finalmente a todo este proceso de investigación, luego de asegurar el diagnóstico, ofrecer un buen tratamiento, que en ocasiones cuando se realiza de forma oportuna puede salvar la vida al niño, evitar que desarrolle alguna limitación para el resto de su vida, controlar de forma eficiente la recurrencia de los dolores futuros y en el mejor de los casos eliminar la causa que lo genere y ofrecer al paciente una vida feliz

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