Mostrando entradas con la etiqueta BURSITIS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta BURSITIS. Mostrar todas las entradas

Bursitis

Durante fines de semana y temporada de vacaciones, es probable que una buena cantidad de niños y jóvenes asistan a actividades recreativas, cursos específicos para algún deporte en particular, o realicen actividades domésticas diferentes (pintar, podar, etc.), y por exceso de confianza y/o malas prácticas, pueden resultar con lesiones corporales dolorosas.
Como consecuencia de una actividad física inadecuada, se pueden presentar alteraciones en los músculos, tendones, huesos y articulaciones.
Son las articulaciones, que bajo una actividad intensa y en ocasiones con exageraciones en: soporte de peso, movimientos bruscos o tiempo de empleo prolongado, responden con alteración inflamatoria en grados variables, que pueden ir desde molestia mínima, hasta la limitación excesiva de movimiento articular por el dolor asociado.  
La bursitis es la inflamación de la bolsa o saco, que en su interior contiene un  líquido espeso, cuya función -en condiciones normales- es actuar como colchón o amortiguador de los golpes, que puedan presentarse entre un tendón y un hueso. Cuando se somete a golpes o actividad constante, es posible que la bolsa (bursa) se inflame, produciendo en consecuencia mayor cantidad de líquido, y ante esta tensión generada ahora, produce el dolor y la limitación de los movimientos. La bursitis puede producirse como consecuencia de un golpe directo, movimientos bruscos, presión constante o como consecuencia de algunas enfermedades infecciosas o de daño articular.
La actividad física poco habitual o la práctica deportiva sin una orientación adecuada, condicionan a la presencia de esta alteración. Relacionado al tipo específico de deporte, se pueden encontrar bolsas articulares inflamadas en zonas corporales específicas: el codo en tenis, golf, basquetbol. Hombro en beisbol, voleibol y basquetbol. Cadera en caminata y corredores. Rodilla en futbol, atletismo, ciclismo, voleibol y basquetbol. Tobillo y tendón de Aquiles en tenis, futbol, escalada. Esto por el tipo de actividad relacionada, pero cualquier niño o adolescente queda expuesto en cualquier parte articular cuando no haya alguna asesoría experimentada.
Se identifica en primer lugar la posibilidad de una bursitis, con la referencia del paciente de experimentar en alguna zona articular: dolor y sensibilidad de intensidad variable, dificultad para poder realizar movimientos habituales, aumento de volumen por incremento del líquido sinovial en su interior, cambio de color en la piel manifestando una apariencia enrojecida, y asociar la sensación quemante en la región afectada.
Con los datos previos el médico realiza la revisión de la zona afectada, y en ocasiones valiéndose de auxiliares de laboratorio o de imagen, podrá confirmar esta alteración descartando otro tipo de enfermedades que sean similares en sus síntomas y signos.
En el tratamiento, el médico empleará en forma específica algunos medicamentos de acuerdo a la causa e intensidad de la reacción inflamatoria. Son condiciones especiales la aspiración o la infiltración de medicamentos mediante punción en el tejido inflamado.
Por otra parte, se podrán efectuar medidas generales con objeto de limitar la respuesta inflamatoria, y disminuir  molestias adicionales o complicaciones.
Entre las medidas generales se recomienda el reposo, aplicación de hielo, compresión y elevación de la zona afectada. El reposo tiene como objetivo, evitar mayor estimulación sobre la bolsa articular afectada para no generar mayor formación de líquido articular, y condicionar que las estructuras comprometidas remitan en su reacción inflamatoria.
La aplicación de hielo, se deberá de utilizar en los primeros dos o hasta tres días (según la severidad de inflamación), para condicionar que los vasos sanguíneos que se relacionan con la parte afectada, disminuyan de calibre y disminuyan la inflamación. La forma de aplicarla es: formando hielo picado, se coloca en una bolsa de plástico que a su vez, se envuelve en alguna tela y se aplica en la zona afectada por periodos de 15 a 20 minutos, en tres o cuatro ocasiones al día. Otra alternativa, es dar masaje con algún segmento de hielo en la zona afectada por tiempos similares. No es conveniente dejar la aplicación de hielo por tiempo prolongado, por riesgo de comprometer en forma mayor la circulación sanguínea de los tejidos afectados. Se empleará mientras la articulación se perciba caliente a la palpación.
Empleo de compresión. Para evitar que la inflamación sea progresiva, se aplica un vendaje compresivo elástico, que deberá de aflojarse en caso de empezar a percibir -por el paciente- una sensación de hormigueo en la parte lejana al vendaje; o bien, si se nota cambio de coloración con tendencia al aspecto azul o morado.
Elevación. Cuando la articulación afectada se encuentra por debajo del nivel del corazón, tiene la posibilidad de “cargarse” de un mayor volumen. En forma contraria al estar por un nivel superior al corazón, hay mejor limitación a la inflamación excesiva.
Luego de notar que la zona afectada ya no se encuentra caliente a la palpación (quizás, dos o tres días de estar empleando temperatura fría local para evitar mayor contenido de líquido en la bolsa articular), es conveniente emplear ahora calor local, con e l propósito de evitar la rigidez de los tejidos y disminuir el dolor existente. Se puede aplicar mediante una bolsa de agua caliente, lámpara o compresa caliente y húmeda. De preferencia, la bolsa de agua caliente se envolverá con alguna compresa para evitar quemaduras. La compresa húmeda y caliente se prepara empapando una toallita en agua caliente, exprimiendo de forma total para aplicar por periodos de tolerancia individual, hasta completar un promedio de 15 a 20 minutos de aplicación, para repetir de tres a cuatro ocasiones al día.
A fin de prevenir el desarrollo de esta inflamación articular, se podrán seguir las siguientes sugerencias:
Cuando haya la posibilidad de mantener por tiempo prolongado, alguna parte corporal bajo presión con alguna superficie dura, el niño o adolescente deberá de efectuar cambios posturales frecuentes, y de ser posible utilizar medios que disminuyan esa presión como cojines en las sillas, rodilleras o coderas.
El ejercicio se deberá realizar de forma regular a fin de fortalecer músculos y tendones de forma adecuada, sin excederse y de preferencia bajo una supervisión adecuada.
Cuidar la presión aplicada en las articulaciones con pesos excesivos y prolongados. De preferencia, se deberá de realizar ejercicios en forma inicial con pesos mínimos e incrementos progresivos, al igual que la duración de cada ejercicio. No es conveniente el exceso en presión, fuerza y tiempo ya que pueden precipitar las bursitis.
Toda actividad física deberá de incluir una sesión previa de calentamiento, a fin de permitir una adaptación progresiva al ejercicio a efectuar, y de igual forma no deberá de ser suspendido en forma súbita, ya que los procesos graduales permiten a las estructuras articulares conservarse en mejor función. Ante la presencia de dolor bajo alguna actividad poco habitual, se suspenderá su continuidad.  
Durante los entrenamientos, se deberán de combinar actividades para evitar que haya demanda física excesiva sobre estructuras articulares especificas. Como ejemplo, que no se hagan demasiados ejercicios de extremidades superiores; de preferencia, combinar con otros de extremidades inferiores, columna, y/o abdomen, por periodos cortos.
Se deberá buscar nueva atención médica si se nota: recurrencia de la alteración, mayor inflamación y dolor que el cuadro previo, afección en otras articulaciones, presencia de síntomas adicionales como fiebre, malestar general o alteraciones de peso.
El desarrollo de actividades recreativas o la participación en trabajos especiales, deberán tener el propósito de motivar actividades diferentes en niños y adolescentes. No se trata de desarrollar una estrella deportiva o un peón más, ya que solo se podrá generar dolor, molestia y frustración, como consecuencia de una actividad física mal orientada.