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Dolores articulares

Las articulaciones son lugares del cuerpo en donde se juntan dos o más huesos. En su mayoría permiten movilidad variable a los segmentos donde se encuentran incluidos. En forma normal, tienen desplazamientos sobre sus superficies sin presencia de dolor, y por su anatomía conservada tienen una movilidad específica.
Las alteraciones a las articulaciones se pueden presentar desde el nacimiento (congénitas), o bien por enfermedades que se desarrollan en el transcurso de la vida en condiciones de tipo transitorias o bien progresivas; y las de origen traumático, que se presentan en forma secundarias a una condición súbita o violenta.
Estas alteraciones se manifiestan con molestias elementales a base de: dolor, limitación de la movilidad de la articulación afectada, y deformidad de la región por incremento de volumen a partir de la inflamación asociada.
La alteración articular más común que se puede presentar al momento del nacimiento, se le conoce como luxación congénita de cadera (o también: displasia de cadera). En esta alteración, durante el embarazo no se llega a formar una cavidad adecuada en la cadera, para contener la cabeza del hueso del muslo (fémur), y como consecuencia no podrá tener una fijación adecuada cuando el niño inicie su marcha. Es importante identificarla desde el nacimiento, para facilitar un tratamiento relativamente muy sencillo en etapa temprana, comparado a la  necesaria cirugía en etapa tardía. No produce dolor al no haber tejidos inflamados o raíces nerviosas comprometidas. La maniobra para diagnosticarla se realiza de forma obligatoria en la revisión general del recién nacido o en su primer valoración de control.
Fuera de la anterior condición, todas las demás alteraciones articulares tendrán las características señaladas: dolor, inflamación y limitación de los movimientos.
Las artritis sépticas, son reacciones inflamatorias articulares generadas por la presencia de un microorganismo o de alguna de sus toxinas, que se acompañan de variedad de síntomas o signos asociados de acuerdo a la edad, la articulación afectada y la causa específica. El termino particular de sépticas, queda asociado a la presencia de bacterias con capacidad de formar material purulento en el interior de la articulación, en donde la expansión articular por la pus, puede comprometer la circulación sanguínea y en cuestión de horas, puede condicionar la destrucción del tejido articular con limitación del crecimiento del hueso afectado. Si la deficiencia en atención es de varios días, puede comprometer la integridad de la articulación, con posibilidad de causar la muerte.
Algunas enfermedades producidas por virus pueden causar molestias articulares, principalmente con dolor y limitación de movimientos, de forma transitoria por la eficiencia en los mecanismos de respuesta inflamatoria que finalmente eliminan al virus y sus efectos secundarios. Como ejemplo de ellos, tenemos las infecciones por dengue que causan dolores articulares variables o algunos tipos de influenza.
Otra alteración que no es muy común en nuestro medio, está condicionada a la picadura de una garrapata que introduce una bacteria, que se disemina por la sangre a diferentes órganos causando alteraciones generales, musculares, neurológicas y articulares. Destacando en especial la sensación de fatiga extrema, con alteraciones en función cardíaca, parálisis facial y dolores de rodillas. Se puede evitar retirando las garrapatas prendidas a la piel de forma inmediata. En caso de padecer la enfermedad se requiere de tratamiento antibiótico especial para evitar su progresión.  
Hay otro tipo de alteraciones articulares que pueden causar dolor, como algunas enfermedades vasculares en donde la inflamación y/o sangrados de estas estructuras, generan dolores articulares. Entre ellas, los pacientes de hemofilia pueden tener dolor por la acumulación de sangre dentro de la articulación, posterior a un golpe que hayan recibido, o al impacto de su propio peso del cuerpo ante alguna caída o salto. Las púrpuras relacionadas con problemas de fondo alérgico, también pueden causar dolor articular, junto con los datos de la enfermedad: manchas violáceas en las extremidades inferiores y dolores abdominales.
Se desarrolla también en las enfermedades por alteraciones del sistema inmunológico (autoinmunes), en donde un anticuerpo formado para protegernos de sustancias o estructuras extrañas, termina atacando componentes de nuestro mismo cuerpo, de estas enfermedades se cita al lupus eritematoso sistémico, que más frecuentemente afecta a mujeres en etapa adolescente, dañando al tejido de sostén de muchos órganos (colágena); y por tanto, generando variedad de signos y síntomas: fiebre, pérdida de peso, alteraciones digestivas, cutáneas, neurológicas, renales y articulares.
Otra enfermedad autoinmune que afecta más frecuentemente a los hombres durante su adolescencia es la artritis idiopática juvenil (o artritis reumatoide juvenil), que de acuerdo a sus múltiples variedades se clasifica en diferentes formas de acuerdo a la cantidad y tipos de articulaciones que llegue a involucrar. En esta enfermedad es posible notar que la deformidad de las articulaciones puede ser progresiva y bastante limitante en cuanto a sus funciones habituales, por lo que requiere de atención especializada por médicos reumatólogos para su manejo, empleando tratamientos con antiinflamatorios potentes, e incluso en ocasiones hasta con medicamentos que suprimen la respuesta inmunológica para evitar más daño, además de evaluaciones por rehabilitación.
Entre las alteraciones articulares derivadas de una condición accidental, los niños manifiestan cuadros particulares asociados a sus cuidados y actividades recreativas.
El codo de niñera se produce cuando al ir tomando a un niño de la mano, de repente ante un tropiezo o caída del niño, su acompañante realiza un levantamiento brusco, causando desplazamiento de las estructuras articulares del codo; que de forma inmediata, genera en el niño dolor intenso y dificultad a su movilidad. El tratamiento es relativamente fácil de conseguir, con una maniobra especial que el médico puede efectuar, restableciendo de manera inmediata el alivio a su dolor y permitir que recupere la función normal del codo.
La luxación de hombro se produce ante una caída con apoyo del brazo en extensión, o cuando se haya lanzado algún objeto con fuerza, en el saque de tenis o el mate de voleibol. El afectado de forma inmediato acusa dolor intenso y se le nota un abultamiento anormal. De forma inmediata requiere la valoración por el médico que en caso de duda justificará tomar una radiografía para descartar fractura, y al descartarla, podrá establecer alguna maniobra especial para acomodar el hombro a su posición.
La luxación del codo se produce al caer sobre la mano o sobre el brazo en extensión completa, generando dolor intenso, inmovilidad y deformidad evidente con proyección del codo fuera de su posición normal, requiere también de la valoración inmediata para su colocación normal. La rodilla también se puede luxar, y puede ser grave si se rompe la arteria que está en la parte posterior, asociando a la perdida de la extremidad en un alto porcentaje. Su reducción también se efectúa en ambiente hospitalario a la brevedad.
En el tobillo, la lesión más frecuente es el esguince que se nota en niños mayores por la elasticidad menor de los tendones. Ocurre al momento de torcer en forma súbita el pie hacia abajo y adentro tensando los ligamentos. Debe valorarse su grado de lesión de forma inmediata para definir de forma adecuada su tratamiento más adecuado.
Ante la presencia de dolor referido en cualquier articulación, es conveniente acudir a la brevedad a valoración médica, para poder establecer su causa y mejor tratamiento, evitando el empleo de remedios caseros, que pueden llegar a complicar los cuadros.