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Lesiones de las extremidades


En la población infantil, las lesiones de los huesos y articulaciones ocurren con frecuencia, estas son dolorosas pero pocas veces mortales; sin embargo, si no son atendidas de manera adecuada pueden causar problemas.
Las lesiones más importantes que afectan las extremidades son las fracturas, luxaciones esguinces y desgarros. A veces es difícil distinguir cada una de sus características.
Fractura. Ocurre cuando un hueso se rompe total o parcialmente. Puede causarla una caída, un golpe fuerte y en ocasiones un movimiento de torsión. La mayoría de las veces, se requiere de una fuerza considerable para que un hueso se rompa, pero en niños los huesos son más frágiles, razón por la cual se pueden presentar estas lesiones.
Solo pondrían en peligro la vida si se acompañan de rotura de vasos sanguíneos con sangrado adicional, o si comprometen el sistema nervioso, lo que produce parálisis como en las fracturas de la columna vertebral.
Se consideran cerradas, aquellas donde el hueso se rompe pero la piel y sus cubiertas quedan intactas;  y las abiertas, establecen la rotura del hueso y salida del mismo a través de la piel. Pueden ser además múltiples o conminuta; cuando el hueso se rompe en varias fracciones, denominadas esquirlas; incompleta ó fisura cuando la rotura del hueso no es total.
Luxaciones. Estas son por lo general más notorias que las fracturas. Una luxación se nota cuando un hueso se ha desplazado de su articulación. Se produce generalmente por una fuerza violenta que desgarra los ligamentos que mantienen los huesos en su sitio.
Cuando un hueso se sale de su sitio la articulación es dolorosa y deja de funcionar. El hueso desplazado generalmente forma una prominencia, o una depresión, que de manera normal no estaba presente.
Esguinces. Cuando una persona sufre la torsión de una articulación, los músculos y tendones que están bajo la piel se lesionan. La sangre y los fluidos se filtran a través de los vasos sanguíneos desgarrados y ocasionan inflamación y dolor en el área de a lesión. Un esguince serio puede incluir una fractura o luxación de los huesos de la articulación. Una condición particular que tienen algunos niños es la lesión conocida como codo de niñera, que la desarrollan por la tracción que efectúa un adulto de su brazo, al momento de impedir una caída del niño, que causa desplazamiento de tendones en el codo. Se manifiesta por dolor a la movilización del brazo, con llanto recurrente y falta de movilidad y su tratamiento requiere de la valoración médica para acomodar nuevamente el tendón desplazado.
Desgarros musculares. Ocurre cuando los músculos y tendones se estiran y rasgan. Las distensiones a menudo son causadas al levantar algo pesado o al forzar demasiado un músculo. Por lo regular afectan a los grupos musculares de la parte posterior de la pierna,  cuello y espalda.
En los casos de fracturas y luxaciones la determinación del tipo de lesión y su gravedad, por lo general se efectúan por estudios radiográficos.
Atención general. Si se sospecha de una lesión grave de un músculo, hueso o articulación, inmovilice (entablille), la parte lesionada, mientras el paciente es trasladado a valoración médica. Para realizar la inmovilización del área lesionada es necesario contar con lo siguiente: férulas rígidas, tablas cartón; férulas blandas, manta doblada, almohada, vendas triangulares, o elementos para amarrar o sostener como tiras de tela, pañuelos o pañoletas. El cabestrillo es un elemento fundamental para la inmovilización de miembros superiores cuando existe fractura, luxación o esguince; además de inmovilizar, es muy útil para elevar la zona lesionada disminuyendo la inflamación y el dolor. Generalmente se elabora de tela.
Recomendaciones para el tratamiento. Al inmovilizar cualquier tipo de lesión que comprometa hueso, articulación o músculo, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones.
Retire al paciente del lugar del accidente, si hay peligro; realice una valoración inicial identificando si el niño está consciente o inconsciente, si respira y tiene pulso o está sangrando. Estas lesiones pueden ocasionar pérdida de conocimiento como consecuencia del dolor y la posible hemorragia que las acompaña.
Comprobar si hay sensibilidad en el miembro afectado, temperatura y coloración de la piel. Evite retirar el calzado, al tratar de hacerlo se producen movimientos incensarios que pueden causar más lesión y dolor. Si hay fractura abierta controle la hemorragia, cubra la herida sin hacer presión sobre ella, luego haga la inmovilización y eleve el área lesionada. Si lo anterior no logra controlar la hemorragia, haga presión sobre la cara interna en el tercio medio del brazo o en la ingle, según se trata de extremidad superior o inferior. Inmovilice y eleve el área lesionada. Si existen otras lesiones más graves como quemaduras o dificultad para respirar atiéndalas primero antes de inmovilizar.
Acolchone el material rígido, utilizando toallas, algodón o espuma, para evitar lesiones en las articulaciones. Al inmovilizar, sostenga el área lesionada por ambos lados del sitio de la lesión. No trate de colocar el hueso en la posición original. Las férulas (tabla, cartones), se colocan abarcando las articulaciones que están por encima y debajo de la fractura. Ejemplo. Cuando se sospeche fractura de codo, inmovilice hombro y muñeca. No amarre sobre el sitio de la fractura, los nudos deben quedar hacia un mismo lado. Vuelva a verificar si hay sensibilidad, la temperatura y la coloración de la piel y el llenado capilar, si el calzado impide esta verificación retírelo con sumo cuidado. No de masajes ni aplique ungüentos, ó trate otras posibles complicaciones y lleve al paciente al centro de urgencias más rápido y cercano.
Es necesario hacer una labor preventiva por la importancia que alcanzan los aspectos humanitarios, psicológicos y económicos, en los accidentes infantiles.