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Paludismo

Es una enfermedad infecciosa, causado por la presencia de un parásito (plasmodium) en la sangre que destruye a los glóbulos rojos; y por sus complicaciones, puede causar la muerte principalmente en niños menores de cinco años o con compromiso inmunológico.
Esta enfermedad, se adquiere por la introducción del parásito mediante la picadura de  un zancudo. Se presenta en forma más habitual: al final de la temporada de lluvias o tormentas, en zonas de clima cálido, ambiente húmedo, relacionadas al nivel del mar o menores de 1500 metros de altitud; en virtud, que son las condiciones en las que se desarrolla el mosquito (Anopheles), que lo transmite en forma posterior a su ingesta de las formas sexuadas del parásito, de una persona enferma. También puede transmitirse de una madre enferma a su hijo durante el nacimiento, por trasfusión de sangre contaminada o por punción accidental con objetos contaminados con sangre afectada.
Así el paludismo dentro de los grupos humanos, se puede considerar como: autóctono cuando su origen se genera dentro de una zona endémica. Importado, cuando se adquiere por asistir o viajar a una zona endémica y se retorna a una comunidad donde no es común. Inducido, cuando se transmite por trasplante de órganos, trasfusión o picaduras con objetos contaminados por sangre infectada; y la forma críptica, cuando no se identifica su origen de la enfermedad.  
El plasmodium tiene cuatro especies diferentes principales, que pueden condicionar esta enfermedad en el humano, con características clínicas especiales para cada una de ellas. Del mosquito (Anopheles), existen también variaciones de su especie (cerca de 430), pero solo 30 a 40 que existen en diferentes partes del mundo, son capaces de transmitir la enfermedad.
El ciclo del parásito inicia, con la aspiración de sangre que realiza el zancudo de una persona enferma, que lleva en su contenido formas sexuadas del parásito. Dentro del zancudo se unen para formar nuevas estructuras infectantes para el ser humano, que se introducen al momento del piquete a otro humano susceptible. Esta parte del ciclo puede durar en promedio diez días.
Las formas infectantes introducidas al ser humano, llegan al hígado en donde se modifican a una forma intermedia que se libera y madura en la sangre. En cuestión de segundos, se introduce al glóbulo rojo y terminar por destruirlo. Puede repetir la invasión, o bien se transforma a su fase sexuada, para poder ser aspirado nuevamente por otra picadura de mosquito y continuar el ciclo. Algunas formas presentes en el hígado, pueden quedar en etapa latente para activarse en tiempos posteriores.
El tiempo que tarda en desarrollarse la enfermedad posterior a la picadura del zancudo, se le conoce como periodo de incubación y varía en una a dos semanas. En los últimos días de este periodo, pueden desarrollarse manifestaciones inespecíficas en el niño, como: irritabilidad por dolores musculares o de cabeza, molestia a la luz, disminución del apetito, náuseas y vómitos.
De acuerdo al tipo de plasmodio, se podrán tener consecuencias especiales. Uno de ellos (falciparum) tiene gran capacidad para invadir a un número mayor de glóbulos rojos circulantes (cerca del 10%) y la destrucción de los mismos, genera cuadros con mayores complicaciones. Otro tipo (malariae) afecta de preferencia a los glóbulos rojos más viejos y los dos restantes (vivax y ovale) tienen preferencia a glóbulos más jóvenes.
Por su presencia en el interior, se rompen los glóbulos y se liberan sustancias que actúan como estimulantes de reacción inflamatoria, generando las manifestaciones asociadas a la enfermedad, que en forma general se le conoce como crisis palúdica, que incluye clásicamente tres fases: de frio, fiebre y sudoración.
Durante la fase de frío (generalmente por las mañanas), el niño reporta escalofrío, tiembla y se sacude intensamente. Está pálido, con coloración morada en algunas partes del cuerpo, le castañean los dientes y la sensación del frío lo obliga a buscar cubrirse con ropa de cama. Este periodo puede tener una duración promedio de 40 minutos.
La fase de fiebre continúa a la fase anterior, manifestando ahora sensación de calor intenso, hay registro de temperatura hasta de 40 grados, la cara se nota enrojecida, la respiración se acelera y puede haber convulsiones. Esta fase puede tener duración promedio de 4 horas.
La última fase es de sudoración, en donde el niño prácticamente humedece las prendas corporales. Manifiesta sensación de alivio y tranquilidad, pero luce débil y con sueño. Tiene un tiempo de duración de dos a siete horas.
Por el tipo de parásito específico que produce el cuadro, se puede presentar la destrucción de glóbulos en periodos de cada 48 o de cada 72 horas, por lo que la recurrencia de esta crisis palúdica, podrá tener aparición cada dos o cada tres días. Pero si el enfermo se encuentra invadido por dos tipos diferentes de plasmodio, puede tener manifestación de una fiebre continua.
Por la destrucción de los glóbulos rojos podremos notar en consecuencia, que estos niños se notan con palidez ante la anemia desarrollada, con tendencia a coloración variable amarilla por la liberación de un pigmento que se acumula en su cuerpo. La orina, puede tener coloración obscura por eliminación de ese pigmento en esa vía y también, puede tener dolor o crecimiento del abdomen, por aumentar de tamaño el bazo e hígado, que son tejidos involucrados en el desarrollo de esta enfermedad.
En forma adicional, se pueden presentar otro tipo de complicaciones de acuerdo al tipo particular de parásito y de las condiciones del niño enfermo. Las complicaciones son más frecuentes y agresivas con el tipo falciparum que pueden llevar a la muerte del paciente de forma rápida.
Entre las complicaciones, se describen obstrucción de la circulación sanguínea con los glóbulos rojos, alteraciones en el funcionamiento del riñón, alteraciones del equilibrio hormonal con desarrollo de insuficiencia circulatoria, alteraciones metabólicas, neurológicas, hemorrágicas o respiratorias, como las más significativas para poder causar la muerte del paciente, que será más susceptible a menor edad y menor eficiencia de sus mecanismos inmunológicos por otras enfermedades o desnutrición.
El diagnostico se confirma con la revisión al microscopio de los glóbulos rojos con el parásito que lo invade en su interior; y también, con otros métodos especiales para distinguir al tipo de parásito en particular, para ofrecer un tratamiento más eficiente.
Su tratamiento generalmente eficiente, se proporciona con las instituciones de salud al ser una enfermedad de notificación epidemiológica, para tener un control adecuado del lugar en donde aparecen, la supervisión en la administración del tratamiento y control de nuevos brotes a fin de controlar su diseminación a otros grupos humanos.
Para prevenir esta enfermedad, se podrá tomar un medicamento específico al viajar a las comunidades endémicas, que por no tener un 100% de seguridad, habrá de considerar la enfermedad si desarrolla fiebre en los primeros dos meses después de acudir a lugares endémicos. Evitar las picaduras mediantes repelentes, prendas largas, de color blanco, pabellones; y evitar actividad al aire libre al anochecer. En especial baño frecuente diario, ya que el sudor humano atrae por olfato a los zancudos La lucha contra el vector (zancudo) es el medio principal para disminuir la transmisión del paludismo, justificando desechar los medios que favorezcan la reproducción del mosco y colaborar con las sugerencias de los grupos especializados de salubridad.  Solo los niños cuyas mamás hayan padecido el cuadro, podrán estar protegidos en sus primeros tres meses de vida, el resto se encontrarán en riesgo, cada vez que se asistan a sitios endémicos