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Salud en comunidades rurales

Generalmente el tema es poco detallado y menos apoyado en la realidad, cuando se describen las condiciones de salud en las comunidades rurales por diferentes medios.
Se describe en grandes rasgos que todas las comunidades, aún las más aisladas disponen de los servicios médicos básicos para su atención y desarrollo de salud.
No es necesario insistir que por las características geográficas de nuestro estado, algunas prácticamente se encuentran incomunicadas por diferentes vías y se desarrollan en un aislamiento ya tradicional. Es loable la construcción de centros de atención a la salud, en cada una de ellas para poder ofrecer una atención médica, y es en este punto donde en esta ocasión señalaremos algunas deficiencias, no en fin de crítica destructiva, sino más bien en plan de reflexión para las autoridades correspondientes, interesadas en un cambio social y mejoría de condiciones también para estas comunidades.
Se establece que una de las prioridades en el fomento a la salud, es la atención preventiva y las acciones elementales en este renglón, que se aplican en las comunidades rurales se encuentran limitadas al encontrar en ellas algunas deficiencias, y como ejemplo en este aspecto señalaremos a dos significativas:
En nutrición, la mayoría de población infantil de estas comunidades se encuentra en grados variables de desnutrición, influida no por enfermedades crónicas, ya que la disponibilidad de los nutrientes básicos se encuentra disminuido o ausentes. Mucho se habla de los desayunos escolares (incluso vertidos dentro de las peticiones magisteriales), que de manera esporádica se ha ofrecido solo a comunidades quizás de interés estratégico político en tiempos particulares, pero se carece en especial de un plan verdadero nutricional para comunidades aisladas, que involucre la supervisión especifica. Es lamentable que los centros de salud de estas comunidades no cuenten con programas de evaluación y con básculas de funcionamiento adecuado.
Por otra parte se conoce que existen programas y normas oficiales para la supervisión de esta condición; pero en la práctica real, poco se aplican y menos se supervisan quizás por su aislamiento geográfico, y nuestra población infantil desnutrida queda en riesgo de sufrir otras enfermedades que puedan ir complicando su evolución y amenazar su vida; y en otros casos, se ubican en sobrepeso desde edades tempranas.
En cuanto la aplicación de vacunas, es de considerar que si en la actualidad existe un desabasto de las elementales en los principales centros de salud del estado, es menos posible que en las comunidades rurales estén disponibles esas mismas vacunas. Ahora en caso de contar con ellas, por la fecha en que fueron adquiridas ya pueden hacer dudar de su eficiencia en la actividad biológica a desarrollar. En este aspecto preventivo, es más delicado hacer el señalamiento que estos productos biológicos se sintetizan con algunas estructuras biológicas de los microorganismos, capaces de desarrollar la formación de defensas en el vacunado, pero para mantenerlo en esa potencial actividad biológica, requieren de mantener una temperatura estable específica para cada vacuna, que solo se consigue con el empleo de refrigeradores llamados biológicos, que son capaces de mantener en forma constante la temperatura en todos sus espacios donde se almacenan las vacunas o medicamentos necesarios de refrigeración. Pero en cambio, en nuestros centros de salud de atención rural, se tienen disponibles para esta función refrigeradores de cocina, donde las vacunas están guardadas junto con los alimentos del médico de la comunidad. En ninguna parte de este refrigerador se obtiene la temperatura adecuada para la mayoría de los productos biológicos, y es para considerar la posibilidad que desde hace muchos años, a las comunidades solo se les ha aplicado en lugar de un biológico activo, solo un líquido modificado que en la mayoría de las ocasiones no consigue su propósito, con la ventaja geográfica que no se desarrollan algunas epidemias por las distancias y la inaccesibilidad a partir de otras comunidades, pero en las estadísticas y datos de salubridad, ahí están empezando a aparecer algunas enfermedades que se supone ya estaban controladas como es quizás la tosferina y ni hablar de los datos de la tuberculosis. Para este punto, la propuesta es dotar de refrigeradores biológicos; que si es cierto, son más caros, pero la salud de las comunidades lo justifica, además de tener recursos administrativos y financieros eficaces que garanticen la obtención y distribución adecuada de vacunas.
Como consideración adicional al aspecto preventivo, en cuanto a la atención curativa, es de tomar en cuenta al equipo humano que proporciona la atención medica en esas comunidades, y los medicamentos en abasto insuficiente.  
El personal médico, se trata en especial de mano de obra barata que dispone el sector salud, aprovechando el carácter obligatorio que imponen los planes académicos a las escuelas de medicina, para conseguir la titulación de sus alumnos en esta profesión. Habría que reflexionar sobre la oportunidad que en otras carreras (arquitectura, leyes, contaduría, etc.), se pudiera delegar la misma responsabilidad profesional de sus pasantes, con las secretarías relacionadas: obras públicas, ministerios públicos, hacienda, etc.
Posterior a la culminación de los estudios teóricos y algunos escasos prácticos, se realiza un año de internado en hospitales en donde la mayoría de los alumnos, tienen funciones en gran proporción de tipo administrativas, que carecen de programas de enseñanza adecuados en su preparación como médicos generales o capacitación suficiente para el siguiente año de servicio social en las comunidades.
La vocación por la atención al más necesitado, es poco promovida durante la etapa escolar, y durante el internado se enfrenta al trato poco afectivo del médico hospitalario (salvo honrosas excepciones), para sus pacientes o incluso para ellos como médicos internos, por lo que no es de extrañar que algunos imiten estas actitudes posteriormente.
Una vez obtenido una calificación numérica de su preparación en años previos, viene la clásica distribución de plazas para el servicio social; y a manera de “premio” para el alumno, y sin importar las verdaderas necesidades de salud de las comunidades más abandonadas, los mejor calificados son los primeros en elegir plazas, y los deficientes en calificación académica serán de manera habitual destinados a cubrir la atención medica de las comunidades más necesitadas, remotas y poco accesibles (¿castigo?).   
Es vergonzoso notar la falta de verdadera vocación médica que existe entre los alumnos, ya que clásicamente aquellos alumnos con alta calificación académica no gustan de seleccionar a las comunidades más necesitadas, quizás por el velado temor de ponerse en evidencia que su calificación teórica no está relacionada con su desempeño practico; y de esta forma, se condena a las comunidades más marginadas a seguir siempre atendida por los pasantes menos calificados, con lo que es natural su habitual falta de confianza al médico de su comunidad.
Una alternativa conveniente para las comunidades, seria la elección al revés de lo habitual, y que empezaran eligiendo los que tienen peor calificación,  para que los mejor calificados demuestren su vocación médica y asistan a comunidades donde valoren mejor su alta calificación; o simplemente, que el proceso de selección se diera al azar.
Se insiste, no se hacen señalamientos para criticar, deben ser valorados para mejorar, y beneficiar a la salud de nuestras comunidades rurales más alejadas. Tenemos un gobierno y personas en salud con actitud abierta al cambio, solo esperamos sus acciones, en beneficio de los más necesitados