Hace
treinta años, se empezó a recomendar que los bebés debieran de dormir en
postura boca-arriba a fin de disminuir la recurrencia de la muerte súbita del
lactante, que se asociaba al dejarlos dormir boca-abajo, comprobando que
posterior a esta medida hubo una disminución del 40% en la incidencia de esa
alteración. Sin embargo, junto con este propósito conseguido, se empezó a notar
que esos niños empezaron a tener un logro más lento en el desarrollo de
habilidades motoras y una mayor incidencia de anomalías en la forma de la
cabeza.
Para
contrarrestar esos efectos, se animó a los padres -de otra generación de niños-
a proporcionar momentos de postura boca abajo a sus bebés, durante sus primeros
seis meses de vida, para distinguir que la adquisición de habilidades
neuromotoras en su desarrollo, ahora se podrían manifestar a una edad más
temprana.
A
partir de estos resultados, se recomienda colocar al bebé boca abajo, como una
forma de actividad física de estimulación neuromotora gruesa, recomendada para
los menores de seis meses, mientras se encuentran despiertos, sobre una
superficie lisa, alentado y supervisado por un adulto.
Por
sus beneficios demostrados con esta actividad, varios países lo han adoptado
como componente de estimulación al desarrollo neuromotor, hasta ser incluido en
las pautas globales de la OMS para la actividad física, el comportamiento
sedentario y el sueño para niños menores de cinco años. Se recomiendan treinta
minutos de tiempo boca abajo repartido en un periodo de 24 horas, para
optimizar crecimiento y desarrollo saludables.
Se
han realizado otros estudios en donde valoran la utilidad de esta estimulación,
notando beneficios en evitar deformidades en la forma de la cabeza,
alteraciones de los músculos del cuello, disminución en la tendencia de
sobrepeso y/u obesidad, mejoría en el desarrollo de habilidades motoras finas,
capacidad cardiovascular y densidad ósea.
Desafortunadamente
la cantidad de padres de familia que lo practican es muy escasa, y la
recomendación para su empleo por parte del personal relacionado con la atención
infantil, también es pobre durante las consultas médicas habituales. Mientras
que los especialistas en terapia infantil lo tienen considerado como un
parámetro muy importante a divulgar, entre todos sus pacientes que evalúan y
controlan.
La
posición boca-abajo consisten en dejar a los niños apoyados sobre su abdomen,
durante breves periodos de tiempo, mientras están despiertos. Es una forma
importante de ayudar a los bebés a fortalecer los músculos del cuello y tronco,
a mejorar sus habilidades motrices, previene la aparición de zonas planas en la
parte posterior de la cabeza y estimula para un desarrollo muscular del tronco,
necesario para que el bebé adquiera la capacidad posterior de darse la vuelta,
sentarse y gatear por si mismo.
Esta
actividad (tummy time) también involucra a toda condición, que: evite que el
bebé permanezca acostado y permanentemente en la misma posición. Momentos en
los que se le sostenga, cambie de posición o juego con él, estando boca-abajo o
en otra posición adaptable, que permita modificarse a medida que e bebé crezca
y se fortalezca. Fácil, divertido y supervisado para asegurar su vigilancia de
actividades. Excelente oportunidad para incrementar los lazos de unión con su
bebé; y será más agradable, si se ameniza con música o si se atrae el interés
con juguetes para interactuar con ellos.
Cuando
se trata de recién nacidos, pueden ser colocados boca abajo sobre el pecho de
alguno de los padres o atravesado en sus piernas (cuando alguno de los padres
está sentado) durante algunos minutos, en intervalos de tres a cinco veces al
día que en la medida que el bebé se adapte, podrá justificar aumentar la duración
y repeticiones. Es probable que el bebé se muestre molesto y se sienta incómodo
en esa posición.
A
los niños recién nacidos que tienen una afección en el cuello llamada
tortícolis, esta postura anima al bebé a mirar a su alrededor y con los
ejercicios de rotación, se puede lograr relajar la tensión de los músculos
afectados. También evita que los niños tengan aplanamiento de algunas partes de
su cabeza, por disminuir los periodos de tiempo que establece, la presión
constante sobre la superficie redonda de la cabeza.
La
posición boca-abajo es buena para los recién nacidos y bebés de uno a tres
meses que están desarrollando el control del cuello. Permanezca siempre con su
bebé cuando esté en esta posición ante su probable dificultad para respirar,
mientras quedan con la cabeza sobre la superficie de apoyo. Si espera demasiado
tiempo para empezar a poner a su bebé a jugar boca abajo, será más difícil para
su bebé acostumbrarse. A medida que la cabeza de su bebé sea más grande, los
músculos en el cuello tendrán que trabajar más para sostener la cabeza y será
más difícil para su bebé sostenerla. Si espera más tiempo, va a ser más
probable que su bebé llore cuando lo ponga boca abajo para jugar. Empiece con
sólo unos segundos. Aumente poco a poco el tiempo y la cantidad de veces que
pone a su bebé a jugar boca abajo. Cuando su bebé tenga 3 o 4 meses, ya podrá
pasar por lo menos 20 minutos al día jugando boca abajo en una superficie lisa
seleccionada.
Los
bebés mayores de cuatro a siete meses, aunque pueden darse vuelta y sentarse
con algo de ayuda, aun deben pasar algo de tiempo supervisado en posición
boca-abajo. El tiempo que pasan en esa postura los ayuda a practicar levantar
la cabeza y el pecho, fortaleciendo los brazos, pecho y espalda.
Los
niños mayores podrán ser colocados sobre una manta acolchada en una zona
despejada del piso, durante tres a cinco minutos, varias veces al día. A medida
que el bebé se acostumbre, colóquelo boca-abajo con mas frecuencia y durante
más tiempo. Es probable que pueda durar aproximadamente una hora para cuando
llegue a los tres meses de edad. Haga ruido o sacuda un sonajero para que su
hijo mire hacia arriba y se esfuerce por erguir la cabeza. Coloque su juguete
favorito frente al bebé para animarlo a alcanzarlo con un movimiento hacia
delante.
Evite
colocar al bebé en muebles o cama, donde pueden caerse o sofocarse con alguna
prenda blanda o almohadas. Cuando aparente no disfrutar de esa postura, puede
hablar, cantarle o colocar juguetes llamativos cerca, recuéstese en el piso y
establezca contacto visual con el bebé o invite a otros a unirse a ese momento.
Otras
posturas diferentes a la posición boca arriba también se incluyen en este tipo
de estimulación. Para cargar al bebé tenemos diferentes alternativas:
Lateral,
pasamos un brazo (del adulto) por su espalda y con la mano tomamos su cadera,
fijando su tronco con su hombro incrustado en el espacio axilar del adulto.
Sobre
el hombro del adulto. Con una mano sostenemos su espalda y con la otra lo
apoyamos en su cadera, para dejar apoyada su cabeza sobre un hombro.
Sentado.
El pecho del adulto en contacto con la espalda del bebé, un brazo del adulto
rodea el pecho del bebé y el otro brazo sirve de apoyo (o base) a su pelvis.
Boca
abajo. En recién nacidos, se apoya la cabeza con la mano, y el brazo (adulto)
da apoyo a la parte del pecho y abdomen del bebé. El otro brazo podrá colocarse
arriba o al frente del bebé acostado.
De
espaldas. Hay contacto de la espalda del niño con el pecho del adulto. Se fija
el cuerpo al sostener con el brazo del adulto por delante del pecho del niño y
la otra mano del adulto sostiene el muslo del niño lo más cercano a la pelvis.
Considerando
los efectos benéficos de este tipo de estimulación para los niños a partir de
sus primeros años de vida, se justifica la información para el público en
general, recomendando en especial se complemente la evaluación individualizada
por los especialistas en fisioterapia y rehabilitación infantil, a fin de
definir la mejor estrategia de estimulación para cada niño con su evaluación
previa.
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