Resulta inevitable que durante este periodo vacacional
los niños busquen algunas distracciones a sus actividades escolares cotidianas;
o bien, que se incrementen aquellas que en sus momentos de ocio, les parezcan
entretenidas.
Los videojuegos en estos tiempos son la atracción
particular para muchos niños y adolescentes ante la diversidad de opciones que
en su contenido ofrecen.
Como es de suponerse entre los padres de familia y
ellos, podrá existir la diferencia generacional, que los haga entrar en
conflictos sobre su empleo como medios de diversión o de entretenimiento.
Si recordamos: también a nosotros, durante nuestra
infancia o adolescencia nos reclamaban -nuestros padres-, que abandonáramos
algunos juegos clásicos de sus propias épocas infantiles, quedando siempre la
nostalgia en ellos, de no haber obligado o condicionado los medios para que
disfrutáramos de la diversión de los juegos pretéritos.
Los tiempos cambian con el desarrollo de las culturas
y con el avance de las sociedades. Es muy natural que cada generación tenga la
influencia de diversos juegos que guardan pocas similitudes con generaciones
anteriores, y ahora con la facilidad de comunicación en la diversidad de los
medios, resulta posible que nuestros niños puedan tener juego y diversión en
compañía de otros en cualquier parte del mundo por medio de los videojuegos.
En forma general, los juegos en los niños no solo
cumplen el objetivo de mantenerlos entretenidos en alguna actividad, ya que
cumplen metas también particulares en el desarrollo de su inteligencia,
condiciones emocionales y sociales para desempeñar en su vida futura. A través
del juego, los niños se pueden expresar de forma libre, desarrollar su
imaginación, crear su identidad, autonomía y fortalecer su convivencia con
otros, además de poder revelar de forma inconsciente, algunas situaciones a las
que se encuentren expuestos al participar en algunos juegos de imitación.
Si en forma general consideramos, que el juego en la
infancia es un aprendizaje especial en el que el niño construye, imita y crea;
es posible llegar a considerar (por muchos), que los videojuegos no permiten
esa dinámica, al observar la relativa pasividad que los niños tienen con ellos,
en donde se concluye de forma anticipada que es una actividad que los esclaviza
a un dispositivo manual y a su monitor.
Son muchos los padres de familia que no dejan de
preguntarse si los videojuegos son buenos o malos para el desarrollo de sus
hijos; y la verdad, es que no existe una respuesta única y concreta para
responderles, ya que esto depende de factores diversos, como la edad del niño,
tipos de juego, ambiente familiar, normas y valores familiares, actitud y condiciones
biológicas del niño, existiendo otros factores adicionales particulares que
puedan justificar respuestas especiales.
Conviene conocer en primer lugar, los tipos de
videojuegos en forma general, para poder tener alguna mejor idea sobre la
utilidad o beneficio en cada uno de ellos:
Prácticas o estrategias deportivas. Son los que imitan
la ejecución de una práctica deportiva, con la ventaja de poder permitir que el
jugador tenga la opción de conocer el desarrollo de estrategias y promover la
participación en equipo, que de ser posible, deberá de complementarse con
alguna actividad deportiva real.
Estrategias no deportivas. Llevan a cabo planificación
y ejecución de acciones bajo situaciones especiales. Como ejemplos de estos
juegos, se encuentran los de combate, realización o ejecución de algunas
actividades laborales o profesionales. Involucran la práctica de la constancia
y la flexibilidad del pensamiento para poder resolver situaciones de
dificultad.
Imitación de un papel (rol). El jugador adopta la
identidad del personaje y vive sus retos y aventuras, generalmente en ambientes
difíciles. Permite al jugador formar carácter y determinación para superar sus
limitaciones de habilidad y frustraciones emocionales de forma progresiva. En
ocasiones puede participar con otros jugadores y puede permitir su deseo de
colaboración grupal.
Disparos o luchas. Involucran la secuencia de combates
frecuentes a un ritmo exagerado en rapidez, con la participación de artes
marciales o armas de fuego. En estos juegos, diferentes estudios han
establecido que se puede potenciar la violencia en niños con la tendencia a
ella, por lo que niños de actitud agresiva que promuevan la hostilidad, deberán
ser evitados a participar en estos juegos.
Plataforma. Son juegos en donde se superan grados
variables de dificultades para poder pasar de un nivel a otro superior, en
pantallas sucesivas al conseguir superar algunos obstáculos. Estos juegos
promueven la velocidad del pensamiento, con la desventaja que puede provocar
fatiga mental, que pueda impedir la concentración en algunas actividades
habituales posteriores al juego, por lo que deben ser mejor controlados.
Simuladores. Al jugador se le hace participar en el
manejo o conducción de diferentes tipos de vehículos o ambientes laborales. Le
permiten desarrollar la coordinación de la visión con la acción del movimiento,
además de poder planificar estrategias con la finalidad de superar las
dificultades técnicas o artificiales creadas en el videojuego. Como
inconveniente tiene la condición de establecer un tiempo mayor de atención por
su carácter adictivo a superar las dificultades y poder vencer los siguientes
retos.
Infantiles. Que permiten al niño asociar la fantasía
de la imaginación con las imágenes que se pueden ir creando o apareciendo de
acuerdo a una secuencia establecida.
Educativos o tutoriales. Permiten con gran realismo
poder ofrecer información relacionada con el ambiente exterior que nos rodea,
el interno existente en diferentes situaciones, así como permitir desarrollar
actividades académicas específicas como el aprendizaje y desarrollo de otros
idiomas, actividades académicas como historia, arte, matemáticas y literatura
por citar algunos.
De preferencia, se buscará el videojuego en que el
niño cumpla la condición de divertirle y excitar su curiosidad. Pero, para
enriquecer su vida, ha de estimular su imaginación, ayudarle a desarrollar su
intelecto y a clarificar sus emociones. De igual manera, deberá ir acorde con
sus ansiedades y aspiraciones; incluso hacerle reconocer plenamente sus
dificultades, al mismo tiempo que le sugiera soluciones a los problemas que le
inquietan y ante eso, se deberá de escoger de acuerdo la personalidad infantil
o del adolescente.
Muchos de los videojuegos hacen referencia a los problemas
humanos universales, especialmente aquellos que preocupan a la mente del niño.
Las historias que se desarrollan en ellos conectan con su pequeño mundo interno
y estimulan su desarrollo.
La identidad del personaje que forma parte del
videojuego, parece siempre incluir ese ser excepcional que más allá de que el
niño se identifique con él, se identifica con esa personalidad fantástica que
quisiera tener, lo cual le da la oportunidad de dar rienda suelta a su
imaginación.
El riesgo relativo para este tipo de diversiones,
involucra el innegable hecho de ejercer una paternidad responsable verificando
y exaltando los valores sociales, revisar el contenido y clasificación de los
juegos al momento de adquirirlos, advertir de los riesgos relativos al compartir
juegos con personas de otras sociedades y comprobar su contenido al momento de
su empleo inicial, estableciendo normas o reglas para su empleo, además de
proporcionar alguna otra actividad recreativa para evitar el sedentarismo y
sobrepeso, y hacer patente en todo momento a los hijos que solo se trata de un
juego en video para fomentar la convivencia real y evitar la enajenación.
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