La palabra
síndrome hace referencia al conjunto de manifestaciones alteradas, que como síntomas
nos refiere un paciente o el familiar de un niño, asociando a una serie de
anormalidades corporales en forma de signos, con una causa común que los
originan.
Luego, el síndrome metabólico no es más que un
grupo de factores de riesgo del sistema cardiovascular, asociados con
alteración en el metabolismo del nutriente más habitual (glucosa), acompañado
por factores adicionales, que incluyen: obesidad visceral, inflamación
crónica generalizada y disfunción celular. Estos, son riesgos que
comienzan cada vez más en la niñez y la adolescencia, a partir de un empleo
excesivo de la acción de la insulina, ante el aporte abundante y frecuente del
azúcar presente en la mayoría de los almidones y azúcares, que incrementan de forma directa el riesgo a desarrollar enfermedades
crónicas en edades tempranas con un mal pronóstico.
En edades
tempranas el síndrome metabólico manifiesta cambios orgánicos de forma
anticipada que, en tiempo posterior, terminarán causando posibles alteraciones
graves e irreversibles en la persona afectada, como: diabetes, infartos,
hipertensión arterial, coágulos, insuficiencia hepática y renal. Por lo que
hallar alteraciones correspondientes al síndrome metabólico en etapa temprana,
puede influir a corregir la evolución hacia esas enfermedades graves,
considerando que se asocia y desarrolla durante el proceso de sobrepeso y la
obesidad.
Sus criterios específicos
se aplican por el desarrollo corporal del individuo, a partir de los diez años
de su edad y toma en cuenta los factores que, al alterarse, ya pueden
considerar el desarrollo de manifestaciones de afectación a la función celular
y, posible inicio de daño orgánico a tejidos específicos, bajo la alteración de
síndrome metabólico.
Se incluyen:
índice de masa corporal, la circunferencia del perímetro abdominal, datos de
resistencia a la insulina, cifras de presión arterial y niveles de grasas
séricas Se considera viable de síndrome metabólico, a quien cumple con tres de
estas alteraciones.
El índice de masa
corporal es la relación que considera el peso de una persona en kilogramos, dividido por el cuadrado de la
estatura en metros, que no debe rebasar un límite definido por edad y
sexo específicos, a fin de mantener la proporción de su grasa con relación al
desarrollo corporal. Sus valores anormales, sirven para establecer la condición
de desnutrición, sobrepeso, obesidad y como valor excesivo, estará la obesidad
mórbida, que ya está relacionada con enfermedades crónicas metabólicas o
incluso, con riesgo potencial de fallecimiento ante eventos cardiovasculares súbitos.
Otro criterio para considerar son las cifras de presión arterial, que
se modifican por la acción de la insulina sobre el sistema nervioso y efectos a
nivel renal, generando valores elevados, que se consideran como compatibles,
cuando algunas de las cifras de presión arterial son mayores al valor ubicado
hasta en el 90% de la población específica para sexo, edad y estatura, en
tablas de registro especiales.
Los niveles sanguíneos de grasas ante su acumulación corporal y
trastorno en la química celular alterada, establecerá que son compatibles para
asociar con síndrome metabólico, cuando el colesterol y los triglicéridos
alcanzan un valor elevado y hay una disminución importante de las lipoproteínas
de alta densidad a valores específicos de edad y sexo.
Otros datos adicionales, para considerar ya como los efectos
secundario al proceso inflamatorio crónico establecido por el síndrome
metabólico, se valoran a nivel del hígado, en donde producen una respuesta
inflamatoria crónica que se expresa con elevación en sus pruebas de función
hepática; y que, al paso del tiempo puede generar atrofia e insuficiencia. A
nivel hormonal en las mujeres, asocia el desarrollo de síndrome de ovarios
poliquísticos. Es natural que los marcadores inflamatorios sanguíneos se
notarán con elevación de su reporte de concentración sanguínea.
Así ante todo niño o adolescente con datos de sobrepeso y/o de
obesidad, se deberán considerar estos parámetros para integrar la posibilidad
del desarrollo de síndrome metabólico, a fin de establecer medidas que puedan
remitirlo y evitar el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares y/o
hormonales señaladas, que afectarán su pronóstico.
Cabe señalar, que la mejor manera de reducir la prevalencia del
síndrome metabólico, en el futuro, es prevenir la aparición de obesidad entre
niños y adolescentes. Esto incluye esfuerzos para fomentar un estilo de
vida activo desde una edad temprana y, preservar los niveles de actividad
física entre los niños más pequeños (antes de la disminución habitual de la
actividad durante la adolescencia). También incluye mantener el consumo de
alimentos frescos y evitar los alimentos excedidos de calorías.
En cuanto a su tratamiento, las intervenciones se han centrado en modificar
las elecciones dietéticas, aumentar la actividad física y una combinación de
ambos. El objetivo de estos es disminuir la proporción de energía ingerida,
contra la energía gastada, principalmente para reducir el grado de obesidad
central, que impulsa las anomalías metabólicas. En la dieta se sugiere un
aumento en el consumo de frutas y verduras y una ingesta reducida de grasas
saturadas en lugar de grasas insaturadas. (p. ej., aceite de oliva y otros
aceites vegetales), así como una reducción en la ingesta de azúcar. Los
aumentos de actividad física sirven para mantener o aumentar el gasto
energético total ante una ingesta calórica reducida, recomendando al menos 60
minutos de actividad física de moderada a vigorosa entre niños y adolescentes
en edad escolar y de preferencia …siempre bajo la asesoría médica y orientación
nutricional específica.
Bienvenidos a este espacio de comunicación, como un apoyo de información para familiares y personal relacionado en la atención y cuidados de bebés, niños y jóvenes. Ante dudas específicas, considere la orientación más apropiada por parte de su médico de confianza. Deseo que esta colaboración sea de su agrado y que puedan compartir esta iniciativa. Dr. Alejandro Vásquez Hernández (Pediatra)
Síndrome metabólico
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