Tipos de inteligencia

En todos los ambientes sociales, cada uno de sus integrantes es valorado en forma específica desde sus edades más pequeñas, en virtud a sus características prioritarias, como: el aspecto físico y su estado de salud, y al paso del tiempo, con sus manifestaciones progresivas de desarrollo como expresión de su inteligencia potencial.
Tenemos como inconvenientes hasta nuestros días, que muchas personas solo consideran como inteligente, al niño que puede destacar académicamente con altas calificaciones en su grupo escolar, dando importancia especial, al que tiene gran capacidad de memoria para poder almacenar datos y recordarlos de forma precisa, siendo un modelo equivocado en la educación para los niños el querer hacer de ellos, recipientes de datos culturales, históricos o de reglas matemáticas específicas.
La inteligencia en cada individuo se encuentra influida en forma tan variable, que lo hace diferente en su desarrollo a los demás. A nivel de las funciones cerebrales, se encuentran sometidos a diversos grados de desarrollo los subprocesos neurológicos, como son: capacidad sensitiva, velocidad de procesamientos, capacidad de memoria, coordinación y perfección de funciones motoras, organización adecuada de procesos mentales superiores, entre los más destacados de la gran variedad existente. Todos ellos dependientes de una integridad anatómica, adecuada función coordinada y bajo estimulación del ambiente de forma eficiente, para dar como resultado el desarrollo de sus mejores potenciales.
La inteligencia luego, es manifestación básicamente de la eficiencia e influencia de la genética y el ambiente. A partir de ellos la historia de la humanidad ha ido cambiando para establecer la diferencia con las otras especies animales y sigue desarrollándose.   
Se ha conceptuado a la inteligencia, como: la capacidad (aptitud + habilidad) mental para poder adquirir, entender, comprender y aplicar conocimientos, además de generar nuevas alternativas sobre un conocimiento previo, en diferentes funciones cerebrales.
Todos los seres humanos en distinta medida, cuentan con inteligencias múltiples y no existe más el concepto de un solo tipo de inteligencia, que se puede medir con pruebas lingüísticas y matemáticas, para definir una cifra como representativa de su desarrollo.
Inteligencia lingüística. Favorece al desarrollo de poder comunicarse en diferentes idiomas o lenguas. Involucra la capacidad para poder comprender el orden y el significado de las palabras en la escritura, lectura y también al hablar y escuchar. Quienes tienen desarrollo de este tipo de inteligencia, logran destacar como poliglotas, escritores, poetas, mercadotecnia, líderes políticos o religiosos.
Inteligencia lógico-matemática. De los diversos tipos de inteligencia, éste es el más cercano al concepto tradicional habitual de la inteligencia. Se involucra la capacidad para resolver problemas abstractos, calcular, formular y verificar hipótesis, empleo de método científico y de razonamientos de inducción, deducción, análisis y síntesis. Quienes logran desarrollar en alto grado, se distinguen en este aspecto como economistas, ingenieros, físicos, científicos, matemáticos, investigadores, estadistas.
Inteligencia espacial. Se desarrolla a partir de la capacidad de poder hacer un modelo mental de tres dimensiones del mundo o en su defecto extraer un fragmento del mismo. Permite poder presentar ideas visuales en el espacio, crear imágenes mentales, dibujar y confeccionar bocetos. Sus habilidades que destacan es la realización de creaciones visuales con precisión, reconocer caras o escenas, además de poder identificar pequeños detalles para un análisis y representación más complejo. Su identificación profesional se proyecta como artistas gráficos, fotógrafos, arquitectos, diseñadores, publicistas.
Inteligencia corporal-cinética. Permite desarrollar la capacidad de utilizar el cuerpo para resolver problemas o destacar en la realización de actividades corporales o manuales. Involucra en su desempeño, la capacidad para realizar actividades que requieran de coordinación, fuerza, rapidez, flexibilidad, coordinación óculo-manual y de equilibrio. Sus habilidades en especial, se logran a partir de las expresiones corporales o la capacidad creativa manual o de otras estructuras corporales. Destacan como deportistas,  escultores, pintores, cirujanos, actores, magos, bailarines, acróbatas, malabaristas
Inteligencia musical. Identificada también como de “buen oído”. Es el talento que logran los grandes músicos, cantantes y críticos musicales. En su capacidad para desarrollarla debe haber alta sensibilidad para percibir la música, reproducirla y crearla.
Inteligencia emocional. De las más significativas ya que a partir de los primeros momentos de la vida, los sentimientos afectivos permiten ir desarrollando y modulando a cada una de las otras inteligencias por medio de sus extremos de satisfacción o frustración. Incluye dos aspectos: el intrapersonal que nos forma una imagen especifica de nosotros mismos, nuestras características, necesidades, defectos y cualidades. La otra es la interpersonal que nos permite convivir y entender a los demás, basadas en el desarrollo de relaciones humanas y empatía social, por lo que también en la forma como los integrantes de la sociedad influyen al poder modificar este tipo de inteligencia. La intrapersonal la desarrollan persona con un autoconocimiento rico y profundo. La interpersonal se nota en administradores, docentes, psicólogos y terapeutas.
Inteligencia naturalista. Se utiliza al observar y estudiar la naturaleza. Quienes destacan son notables biólogos y/o ecólogos.   
Inteligencia existencial (espiritual). Es la capacidad de situarse a sí mismo con respecto al cosmos y respecto a los rasgos existenciales de la condición humana, como es el significado de la vida y la muerte, el destino final del mundo físico y psicológico en profundas experiencias como el amor a otras personas. Involucra la búsqueda propia de valores morales, gozo estético o el sentido de misterio que suele cultivarse con la meditación y contemplación. Se desarrolla en forma particular en filósofos, religiosos, metafísicos, gnósticos.   
La inteligencia inicia, desde la etapa uterina en la que el bebé es capaz de tocar, gustar, ver, oír, moverse, sentir y responder. Perciben los sonidos del organismo materno, voces de los padres y familiares, efectos físicos, música y algunos sonidos del exterior que los estimula de forma constante y puede ir modificando su desarrollo de percepciones. Se reporta que madres con depresión durante el embarazo, tienen hijos menos inteligentes.
Al nacimiento, el niño se encuentra dotado con una amplia parte de su cerebro que no está comprometido con ningún plan o conducta especial por seguir. En este momento continua en el niño, su capacidad innata del aprendizaje ante los constantes estímulos.
Cada niño en etapas iniciales de su vida, tiene el potencial de desarrollar capacidades especiales en diferentes áreas, que incluyan su capacidad creativa. Basta solo observar el comportamiento de cada niño en sus primeros meses de vida, para notar la vitalidad que tienen cuando está involucrado en alguna actividad que es de su interés.

Al observarlo, se le podrá advertir su ingenuidad y excitación ante cada estimulo que llegan a percibir, dependiendo a partir de ese momento, la orientación que cada padre o profesional pueda sugerir para ir desarrollando el interés, curiosidad y satisfacción por todo lo que investiga y encuentra. El problema es, que la mayoría solo disfruta de ese momento sin advertir la capacidad especial. Es requisito por esta razón, que existan profesionales que con ayuda de los padres, puedan detectar los  intereses primarios que muestran sus hijos; y por otra parte, el objetivo de la educación debería ser desarrollar todas las inteligencias y ayudar a las niños, a alcanzar metas que sean apropiadas para su inteligencia (la cual tengan más desarrollada). Los niños que son ayudados para lograr este objetivo, serán más comprometidas y competentes; por lo tanto, más inclinados a servir a la sociedad de una manera constructiva.  

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