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Dificultades de aprendizaje

Son un grupo heterogéneo de trastornos, caracterizados por la falla inesperada del ser humano en desarrollo, para adquirir, recuperar y/o utilizar la información proporcionada como enseñanza, de forma competente. Con posibilidad de establecerse al paso del tiempo como un cuadro crónico, variable en profundidad y extensión de la afectación,  en niños con capacidades intelectuales promedio o incluso por encima de la media de inteligencia general.
Por lo general, se manifiestan de forma inicial como una falla para poder adquirir lectura, escritura o habilidades matemáticas, en niveles que sean compatibles a su grado escolar por edad. Los problemas que están fuera de estos dominios básicos, tales como los problemas de memoria, atención y las interacciones sociales del aprendizaje, no son considerados normalmente como dificultades del aprendizaje; pero sin embargo, pueden afectar al desarrollo de la lectura, escritura y habilidades matemáticas, ante lo cual ameritan un enfoque diferente para modificar su influencia.
En algunas ocasiones, la dificultad del aprendizaje se confunde con la discapacidad intelectual (antes conocida como retraso mental), señalando en especial que la dificultad del aprendizaje incluye una dificultad propia del individuo de su capacidad mental, que se expresa con un desempeño académico en un nivel inferior de lo esperado a su verdadero potencial intelectual, mientras que el retraso mental define una disminución notoria de dicho potencial intelectual que limita su desempeño académico.
Al igual que en muchas enfermedades, la identificación inicial temprana de problemas del aprendizaje, es crucial para poder ofrecer intervenciones oportunas que consigan optimizar el aprendizaje y ayude a prevenir los problemas emocionales secundarios. Así, tomando en cuenta que la detección temprana puede afectar el resultado final, los médicos relacionados con la atención de los niños, deben contar con una percepción muy sensible para poder detectar y diferenciar estas dificultades, de los niños que se encuentran en riesgo con su rendimiento académico, de aquellos que tienen problemas en su escuela relacionados con alteraciones de la conducta, atención o la interacción social del aprendizaje.
Las dificultades de aprendizaje se identifican generalmente cuando el niño no logra alcanzar sus marcas académicas junto a sus compañeros. Cualquier niño que esté  fallando en la escuela con una exposición educativa adecuada, deberá considerarse que tiene una discapacidad de aprendizaje hasta que se demuestre lo contrario. Se asocian a esta posibilidad, los reportes de cualidades específicas que laboran sus profesores, además de las calificaciones numéricas obtenidas para llegar a considerarlo. Solo con las pruebas psicométricas especiales, se podrá concluir en un diagnóstico final formal.
Las formas más comunes de dificultad para aprendizaje, se establecen por trastornos de la lectura y la expresión escrita, que pueden llegar a tener una prevalencia variable (8-12%) que se relaciona, con los siguientes factores: familiares con antecedente de esta dificultad, nivel socioeconómico bajo y ambiente de pobre estimulación, prematuros, alteraciones de conducta, asociación con enfermedades neurológicas, alteraciones cromosómicas específicas y niños con enfermedades crónicas. 
La discapacidad específica de la lectura (dislexia), está causada por deficiencias en el procesamiento de los sonidos. Inicialmente se presentan con problemas en las relaciones entre la letra y sonido; en especial, en la descodificación de las palabras y la fluidez de la lectura en la educación preescolar o en el primer grado de educación primaria. Los problemas con la compresión lectora, suele estar presente en la última parte de los años de la escuela primaria, cuando la atención se centra en la lectura para aprender, en lugar de aprender a leer. Los niños con discapacidad de lectura pueden tener problemas de atención y evitar la lectura. Ellos pueden ser identificados por el bajo rendimiento de lectura en general, o por la capacidad de lectura baja, en relación con su inteligencia en general. Se generan problemas en la habilidad para poder entender lo que se escucha o se lee. También puede afectarse la memoria o compresión de textos; es decir, la habilidad para recordar o comprender información que se escuchó o se leyó con anterioridad. Se tienen dificultades para seguir instrucciones, entender explicaciones y expresarse. Como resultado, el niño puede sentirse disminuido, avergonzado, callado, confundido y aislado, con un rendimiento bajo a su potencial de inteligencia.
La dificultad para la escritura lo limita en su capacidad para poder expresarse por escrito de manera adecuada. Está asociada a deficiencias o discapacidades del sistema nervioso e incluye problemas, con: una debilidad manual que le limita la expresión en su aspecto visual y espacial. Problemas con la ortografía o alteraciones de codificación, para poder ocupar en forma adecuada la relación entre sonido y letra de forma conveniente. Alteraciones en la formación gramática y de sintaxis, para poder establecer en forma organizada sus ideas, por medio de gráficos de escritura. Estas deficiencias pueden causarle frustración o incluso fobia a la escritura, ya que cualquier documento escrito es una demostración pública y permanente de su capacidad limitada en exhibición, por esta razón tratan de evitar la escritura de tareas o no se esfuerzan mucho por cumplirlas.
La dificultad para matemáticas abarca deficiencias en el cálculo y el razonamiento. Los componentes importantes en este trastorno, incluyen problemas en el sentido numérico y problemas para recuperar las operaciones matemáticas (combinaciones aritméticas o cálculos). Además de estos dos componentes, pueden existir otros problemas adicionales, como: la dificultad con el lenguaje de las matemáticas (lectura y comprensión de números y símbolos), problemas de razonamiento (compresión del problema planteado) y finalmente su proyección visual y espacial para su solución.
Estas alteraciones pueden prevenirse al fomentar el hábito por la lectura y destreza gráfica manual en los primeros cinco años. Ya en etapa escolar inicial deberán irse detectando para su atención oportuna.  Desafortunadamente en nuestro medio, no hay programa establecido de estimulación y detección oportuna dentro del sistema escolar y mucho menos, equipos organizados para poder ofrecer seguimientos apropiados a niños con este tipo de dificultades. Se debe capacitar a los profesores de forma suficiente, para identificar a estos niños en forma temprana y canalizarlos con especialistas apropiados, organizados en un equipo ideal de seguimiento para poder superar sus deficiencias.
Contrasta la circunstancia en nuestra sociedad, que las dificultades del aprendizaje no son atendidos de forma significativa por los padres y profesores en primera instancia, al considerar que un niño con rendimiento escolar bajo, no tiene un pronóstico favorable, sin hacer los estudios correspondientes. El médico especialista deberá ser sensible a este aspecto, a fin de formar un equipo de colaboración apropiado para mejorar su futuro.  
Lamentablemente nuestro sistema de enseñanza, tiene el defecto persistente de exigir al alumno que aprenda repitiendo de memoria lo que se le enseña, y cuanto más fiel a la letra es la repetición, la consideración del rendimiento es mayor. Cuando se conceptúa de esta forma al rendimiento escolar, se dejan de lado aspectos importantes del conjunto de transformaciones operadas en el alumno, a través del proceso enseñanza-aprendizaje, manifestados mediante el desarrollo y enriquecimiento de la personalidad en formación.

El rendimiento escolar no solo debe involucrar el aspecto cognoscitivo logrado por el alumno, sino también el conjunto de destrezas, habilidades, valores, intereses, ideales y de creatividad que sean capaces de desarrollar. Esos cambios conductuales se darán a través de la transformación en la manera de pensar, decidir y actuar. Para facilitar esta labor deberá de existir una coordinación y atención apropiada establecida por la familia, profesor y equipo auxiliar para mejorar el rendimiento escolar de los niños.