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Enfermedad inflamatoria intestinal

Se caracteriza por desarrollar cambios inflamatorios en algunos segmentos del intestino del niño, en forma crónica intermitente, secundaria a la existencia de una agresión de inmunidad producida por el mismo paciente (autoinmunidad). 
Ante esa condición, se manifiesta principalmente por cuadros de dolor abdominal de intensidad variable, asociados con alteraciones que comprometen la función digestiva normal alterándose el apetito, la digestión y asimilación de nutrientes, cambios en el volumen abdominal, vómitos y/o diarreas, con otros datos adicionales de acuerdo a las complicaciones que vaya desarrollando.
No deberá confundirse con cuadros similares que se producen ante la ingesta de un producto en descomposición (acción de toxinas), infecciones (proliferación de microorganismos), ingesta abundante o con predominio de alimento específico, traumatismos o por simple condición de angustia en niños sensibles a estos factores. Estas variantes previas, corresponden de forma más concreta al término de intestino irritable, que se caracteriza por producir distensión abdominal, retorcijones, gases, diarrea, vómito y/o estreñimiento. En niños sensibles a nivel emocional pueden desencadenarse ante condiciones especiales como conflictos familiares, exámenes, regaños, etc. En otras ocasiones, se desarrollan ante ingesta de comidas rápidas, alimentos con alto contenido de grasa, picantes o muy condimentados, y como casos especiales, algunos tienen su manifestación ante alimentos específicos. Son de aparición ocasional y no condicionan deterioro en el desarrollo de los niños.
La enfermedad inflamatoria intestinal por su naturaleza autoinmune, llega a desarrollarse en niños con una predisposición genética específica, y como antecedente asociado, puede tener referencia de algún familiar cercano que se conozca sufrir de alguna enfermedad crónica con origen autoinmune. Cuando uno de los padres es el portador de esta enfermedad, el riesgo para el niño puede hasta de 9%, pero cuando los dos padres padezcan este tipo de enfermedad, el riesgo se incrementa hasta 35-40%. Para el desarrollo de esta enfermedad, participan condiciones ambientales particulares como la exposición al tabaco como un factor predisponente, y la extirpación previa del apéndice como factor de protección. Por otra parte y en forma primordial, influyen también algunas bacterias especiales de localización natural del intestino.
De la enfermedad inflamatoria intestinal, se incluyen dos tipos específicos de enfermedad. Una enfermedad autoinmune que afecta al intestino grueso (colon) recibe el nombre de colitis ulcerosa. La otra forma afecta con inflamación autoinmune cualquier segmento del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano, en forma discontinua, y se conoce con  nombre del primer autor que la describió, como enfermedad de Crohn.
Al igual que otro tipo de enfermedades autoinmunes, la frecuencia en nuestra población es relativamente baja, con el inconveniente que su definición es dependiente del conocimiento de la enfermedad por el profesional en salud. Si no se sabe diagnosticar, el número de casos no es bien establecido. El número progresivo de reportes se asocia también con la capacidad en el diagnóstico para esta enfermedad.
Esta enfermedad como relación se asocia con niños de color de piel clara, origen genético con judíos, con inicio predominante posterior a los primeros diez años de vida y en especial, durante su etapa de adolescentes. En ellos predomina en especial la colitis ulcerosa ya que la enfermedad de Crohn se presenta con mayor frecuencia a edades mayores. La enfermedad de Crohn es más frecuente en varones y no existe diferencia predominante por sexo en el caso de la colitis ulcerosa.
Su inicio de esta enfermedad (enfermedad de Crohn), es en forma insidiosa con disminución del apetito, sensación de flojera, fiebre intermitente, detención de su crecimiento, con molestias en algunas articulaciones corporales, cambios en la superficie de la piel o el interior de la boca, que en muchas ocasiones se atienden como molestias digestivas simples, ameritando manejos con antiespasmódicos, multivitamínicos, estimulantes del apetito y cremas locales.
La forma de llegar a considerar la existencia de la colitis ulcerosa, se relaciona cuando el niño o adolescente elimina evacuaciones de consistencia líquida, con aspecto sanguinolento o con moco, asociado a la sensación de urgencia en su eliminación, dificultad en la evacuación, dolor abdominal con cólico intenso y fiebre.
De nueva cuenta, cuando no se tiene la experiencia en estas enfermedades, este cuadro en forma más habitual, hace considerar al médico la posibilidad de una infección causada por una bacteria o parásito, que generan los datos anteriores de forma muy similar, por lo que no es raro que algunos niños ya cuenten con ese antecedente, que incluye el tratamiento específico para para esos gérmenes supuestos. Por su naturaleza autoinmune, el cuadro tiene recurrencias posteriores que en forma secundaria traen otro tipo de complicaciones que ya pueden llamar la atención para considerar a la enfermedad inflamatoria intestinal, como son: una palidez marcada de su piel y mucosas (anemia), con grados variables de pérdida de peso (por deficiencia en la absorción de nutrientes) o detención de su crecimiento.
En otras ocasiones, por la intensidad que se desarrolla la inflamación o por su extensión del trayecto intestinal que involucra, pueden generar cuadros de tipo fulminante que se caracterizarán por cuadros con más de seis evacuaciones al día, con eliminación abundante de sangre en ellas, incremento del volumen abdominal, con sonoridad importante a la percusión (gran contenido de aire, por fermentación bacteriana y formación de gases) y dolor intenso a la palpación, fiebre y afectación al estado general con dolor, anemia, deshidratación, permitiendo con esos factores que haya mayor proliferación de bacterias muy tóxicas en el intestino inflamado, con riesgo de intoxicación mortal, hemorragia masiva y/o perforación intestinal. Una complicación que puede presentar en especial la colitis ulcerosa de larga evolución es cáncer de colon.  
La enfermedad de Crohn, como manifestaciones crónicas más comunes manifiesta: dolor abdominal posterior a la ingesta de alimentos, localizado alrededor del ombligo o en la región abdominal inferior derecha, diarreas, deficiencia de peso y estatura. En ocasiones los pacientes terminan hospitalizados ante el cuadro que se puede considerar como apendicitis. La eliminación de sangre con evacuaciones es menos frecuente que en la colitis, pero puede existir cuando la enfermedad incluye al colon. La desnutrición es más evidente en este cuadro y como complicación especial, puede desarrollar estrechamientos intestinales, abscesos o perforaciones intestinales.    
Estas enfermedades pueden tener manifestaciones previas fuera del sistema digestivo, e incluyen dolores articulares o inflamación articular, puede haber cambios en la piel, inflamación ocular (conjuntivitis), alteraciones del hígado y/o del riñón.
Para confirmar y dar tratamiento a estas enfermedades, se requiere de la participación de varios especialistas, pero entre todos destaca la experiencia del gastroenterólogo pediatra, que deberá definir el plan de atención al paciente. Por estudios hay gran  variedad de acuerdo a las manifestaciones de cada paciente, que incluyen endoscopia, estudio de biopsias, imágenes y/o de sangre. En cuanto su tratamiento, de forma básica: medicamentos antiinflamatorios, inmunosupresores, terapia monoclonal (para bloquear e impedir de forma selectiva una reacción inmunológica), antibióticos, dietas. En forma complementaria o por complicaciones podrá agregar: trasfusiones, intervenciones quirúrgicas que en caso de colitis puede ser curativa al retirar todo el colon.

Recuerde siempre que la atención temprana puede evitar complicaciones futuras…