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Fisiología de la lactancia

Bajo este concepto, se describen los procesos bioquímicos y celulares que dan formación a la leche. A fin de simplificarla para su comprensión, en esta ocasión  la asociaremos con los cambios morfológicos que manifiesta la glándula mamaria.
Los cambios que se presenta en la glándula mamaria durante la vida del ser humano, establecen por su función a cumplir, las siguientes etapas: embrionario-fetal, que inicia con la diferenciación y el desarrollo de la piel en lo que será el botón mamario, inicia desde las primeras semanas de vida del embrión, hasta el nacimiento. Mamogénesis, que establece los cambios como la glándula mamaria se desarrolla en el género femenino, durante la pubertad hasta el momento del parto. Lactogénesis, que establece las modificaciones y procesos necesarios para iniciar y mantener la producción de la leche. Lactopoyesis, describe la forma como interactúan diversos factores para la expulsión de la leche; y finalmente la involución, que comprende los cambios que se producen desde el momento del destete, hasta el momento que la glándula mamaria deja de producir leche, existiendo la posibilidad que en algún momento con los estímulos adecuados nuevamente se pueda producir leche, mediante un mecanismo conocido como relactancia.
Durante la vida intrauterina, la piel desarrolla en el sitio habitual del pezón una acumulación particular de células, en forma redondeada que se diferencian después hacia la profundidad en conductos glandulares mamarios y hacia arriba en la tetilla neonatal. Como anomalía es posible la presencia de tetillas adicionales, que pueden aparecer en el trayecto de una línea que parte del hombro hacia la región inguinal, con la particularidad que esas estructuras no desarrollan tejido glandular.
Por influencia de las hormonas femeninas de la madre del producto, es normal que el botón mamario sea prominente al momento de nacer, por un acúmulo mínimo de leche tanto en varones como en mujeres. En forma adicional, es posible que se pueda presentar la eliminación de leche -leche de brujas- en esas glándulas, en los primeros días del nacimiento confundiendo a los familiares con una posible infección. No requiere de manejo especial, ya que al separarse de la circulación sanguínea materna, el proceso entra en involución. En caso de realizar compresión y extracción, se puede fomentar a una mayor acumulación, por tener los conductos obstruidos. Ante la ignorancia de estos hechos, habrá posibilidad que alguien retire este tejido al confundirlo con un absceso, y en consecuencia, se eliminará el tejido mamario.
En los niños, el tejido entra en involución al carecer de la estimulación hormonal. En las fases previas a la pubertad, de nueva cuenta se producen sustancias precursoras de tipo femenino, que pueden estimular en forma transitoria a los varones, para establecer un crecimiento mamario temporal. Se requiere solo de comprobar su remisión en un periodo de 4-6 meses.
Las adolescentes en cambio, por formación de las hormonas femeninas empiezan a tener modificaciones internas y externas en sus glándulas mamarias. Por dentro, se desarrollan en número y tamaño las células que tendrán la capacidad de producir leche, sus conductos aumentan en extensión y con el tejido graso en forma adicional, terminan por ir dando la apariencia externa de aumento progresivo de tamaño y volumen, hasta una evolución definida por sus características familiares hereditarias.
Con el embarazo, la participación adicional de hormonas sistémicas y femeninas que se producen por esta condición, a partir de estructuras del cerebro, suprarrenales, ovarios y matriz, generan cambios adicionales a la glándula mamaria, estableciendo nueva proliferación de células encargadas de producir leche y sus conductos asociados. Así en el quinto o sexto mes del embarazo, los pechos se encuentran listos para su producción de leche; debiendo aclarar también, que es posible inducir la lactancia sin la condición de un embarazo.
Posteriormente durante los últimos tres meses de la gestación, se inicia el periodo de la lactogénesis en su primera etapa. En esta fase participa una hormona particular (prolactina) en cantidad mayor de lo habitual, para empezar a inducir la formación de leche dentro de cada uno de los elementos celulares (alvéolos) especializados en esta función, con una diversidad de procesos de transformación de nutrientes de la sangre, para modificar y sintetizar elementos especiales de la leche. Pero al no haber un estímulo adicional para su liberación, se frena su producción continua. También se inhibe en forma mecánica, por el bloqueo en los conductos con las células desprendidas, tapones de grasa y proteína; y además, por efecto principal de otra hormona elaborada por la placenta. Se inicia la producción de lo que puede ser considerado un pre calostro, durante los últimos tres meses del embarazo, con formación de pequeñas cantidades líquidas que contienen altas concentraciones de proteínas, anticuerpos específicos de la madre y .células humanas.
La segunda etapa de la lactogénesis se produce al momento del nacimiento, asociado por el desprendimiento de la placenta y de otras hormonas relacionadas con ella.  Disminuyen así las sustancias que frenaban la formación de la leche en forma abundante, a partir de las siguientes 30 a 40 horas después del parto. Sin embargo, las madres no suelen empezar a sentir plenitud de leche hasta los 2-3 días después.
Para la expulsión de la leche (lactopoyesis), participan de forma significativa la liberación de una hormona (oxitocina), que favorece la contracción del útero y de los tejidos alrededor de los alvéolos y conductos lácteos, para producir compresión, que facilita el flujo de leche hacia el bebé. Por otra parte, la succión del recién nacido por su presión negativa, permite que fluyan los tapones mecánicos que limitaban el flujo de leche y en acción conjunta con la oxitocina, facilita la salida del calostro en las primeras tomas, que por su etapa de formación es de poco volumen (dando la apariencia que el niño no succiona un volumen evidente) pero de alto valor energético. A su vez, la succión estimula la sensibilidad particular de las raíces nerviosas del pezón, que en una zona cerebral especial, estimula a la producción de una glándula de las dos sustancias relacionadas con la estimulación, continuidad (prolactina) y expulsión (oxitocina) de la leche. Este proceso es tan significativo, que puede ser el factor primordial para estimular la producción láctea, en una mujer que no haya tenido un embarazo previo.
En la tercera etapa de la lactogénesis, influye de forma más significativa el consumo y demanda de leche que el niño realiza. Entre más tomas realice, mayor será la producción de leche materna. Este mecanismo se regula en dos formas. En la primera, existe una sustancia en la leche almacenada en los alvéolos, que a mayor cantidad, inhibe la producción de leche; y por el contrario, con su disminución la estimula. En el segundo mecanismo, participan los receptores en las paredes de los tejidos alveolares: cuando están distendidos no permiten la fijación de prolactina para la estimulación, y al vaciarse, facilitan su fijación para estimular la formación de leche. La indicación de lactancia a libre demanda, tiene como finalidad estimular mayor producción de leche al consumirse en mayor frecuencia. De acuerdo al desarrollo de cada niño, se podrán establecer horarios y duración. En forma similar se podrá considerar para el destete.

Los factores que estimulan o disminuyen la acción de estas hormonas, podrán modificar la producción láctea. Se inhibe con empleo de anovulatorios, fatiga, tabaquismo, alcoholismo y algunos medicamentos. Se estimulará con la motivación, sugestión, alimentación y algunos medicamentos. Especial mención requiere, señalar que la lactancia puede ser inducida, cuando exista la motivación adecuada y la estimulación suficiente, por la succión periódica y eficiente del bebé en una mujer desarrollada sana.