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Fusión de labios

Normalmente, los labios de piel que rodean la abertura a la vagina (labios mayores) están separados. En algunas ocasiones se pegan, bloqueando parcial o completamente la abertura. Esta condición, conocida como fusión de labios (unión de labios mayores), puede ocurrir en los primeros meses de vida o con menos frecuencia, en forma más tardía si hay irritación e inflamación constante en esta área. En estos últimos casos, el problema generalmente puede iniciarse con irritación por el pañal, contacto con detergentes fuertes o ropa interior fabricada con tela sintética.
Generalmente, las adhesiones labiales no causan síntomas, pero pueden ocasionar dificultad en la micción y aumento de la predisposición de la niña a las infecciones de las vías urinarias, ya que, si la entrada vaginal está bloqueada significativamente, la orina y las secreciones vaginales pueden acumularse detrás de la obstrucción; y esto, puede ser el factor inicial para condicionar una multiplicación microbiana.
Esta condición también es conocida como sinequias vulvares, fusión vulvar, adhesión labial, oclusión del vestíbulo o aglutinación de labios.
Esta alteración es una condición no muy identificada, ante la revisión poco habitual de los médicos a la inspección genital femenina infantil. Se establece en forma estadística que, de las revisiones habituales practicadas a las niñas, la revisión de sus genitales se realiza en una frecuencia máxima del 15 al 20% de las ocasiones. En promedio, los genitales femeninos se revisan en la mitad de las ocasiones comparadas con los genitales masculinos; por otra parte, en la medida que los pacientes van creciendo, esta revisión se va dejando de realizar.
Asociado al señalamiento anterior, es posible que sean los padres de la niña o la misma adolescente, quienes identifiquen o consideren la alteración, al notar un aspecto diferente o raro, mientras se realiza algún procedimiento de aseo.
Estas adherencias ocurren con mayor frecuencia en bebés y niñas de tres meses a seis años de edad, con una incidencia máxima alrededor de los 13 a 23 meses. No se presentan desde el nacimiento. No existe relación específica a condiciones sociales o distribución geográfica particular.
Para su desarrollo participa de forma significativa, los niveles bajos de hormonas femeninas que estas niñas aún no producen, y que posiblemente, en los primeros meses de vida se evitan por la hormona femenina transferida por su madre. Otro factor que participa es la inflamación vaginal, irritación local o el daño a esos tejidos, condicionados en ocasiones por deficiencias higiénicas, material sintético y ajustado de sus prendas interiores, y en ocasiones también es factible de considerar a descartar, el abuso sexual infantil, al causar laceraciones que puedan predisponer a cicatrización con adherencia de labios.
El aspecto genital infantil, en forma normal permite que la separación de los labios mayores, deje al descubierto la parte interna del canal vaginal rodeado de los labios menores, que se unen en la parte más baja con una curvatura natural en forma similar a la letra U. Las pacientes que tienen la adherencia de labios no tendrán en grados variables la apertura total que permita ver el canal vaginal, los labios menores podrán estar ocultos en extensiones diferentes; pero en especial, los labios mayores están unidos en su parte inferior, en unión directa en forma de intersección diagonal (V), permitiendo distinguir hacia la parte inferior, la unión de los dos labios mayores en forma de una línea recta. Estas adherencias se pueden apreciar como unas membranas delgadas, pálidas y semitransparentes que se ubican en la trayectoria lineal descendente. El chorro urinario solo tendrá dificultad a su expulsión, cuando la adherencia pueda causar un cierre total que alcance la parte más superior genital.
Cuando la alteración no es identificada por alguien en particular, esta condición se llegará a manifestar por trastornos durante la micción. Algunas niñas experimentan acumulación de orina en la vagina durante la micción, seguida de su fuga cuando se paran, luego de haber terminado la emisión de su chorro. En otras ocasiones pueden referir molestias o dificultad para la emisión de su chorro urinario en forma recurrente.
Las adherencias labiales generalmente no producen alteraciones que causen malestar a quien la padece; y tampoco, son una causa frecuente de enfermedades en el sistema urinario o en el aparato reproductor. Las alteraciones al chorro urinario se presentan cuando la adherencia ha logrado llegar hasta casi el cierre total de los labios.
El pronóstico para las niñas con esta alteración es bueno. En caso de no aplicarse un tratamiento específico, la condición generalmente se resuelve en forma espontánea durante la pubertad, ante el incremento de sus hormonas femeninas.
Como estudio a considerar, se recomienda siempre el urocultivo a fin de descartar la existencia de una infección urinaria crónica, que generalmente puede no causar molestias durante la micción.
Las indicaciones médicas establecen de preferencia, no realizar ningún procedimiento de separación, mientras no existan alteraciones sintomáticas asociadas. Se deberá de someter a vigilancia periódica, para comprobar su extensión y alteraciones que pueda ir condicionando, para ser canalizada con cirugía pediátrica cuando alguna razón específica justifique la separación o eliminación de la dehiscencia. Se sabe que hasta en un 80% de las ocasiones, resolverán en forma espontánea la adherencia en el periodo de un año. Como primera medida de tratamiento, está indicado el empleo de una crema tópica de estrógeno. Si esta alternativa médica no da como resultado la separación de los labios mayores o si las adherencias son graves y causan retención urinaria, se deberá considerar la atención por el cirujano pediatra.
Es inadmisible pedir a los padres que realicen algunas maniobras para separar esta unión, ya que, por su buena intención de lograr un objetivo, sin la habilidad adecuada es factible que puedan condicionar daños adicionales. Solo el cirujano pediatra con su habilidad o instrumental necesarios, podrá tener mejor eficiencia en la resolución de esta adherencia. 
Cuando se realiza la separación de los labios -sin otro procedimiento adicional-, la recurrencia de las adherencias es posible hasta en un 15% de los casos. Esta recurrencia se disminuye cuando se aplica una crema con hormona femenina y posteriormente con empleo de una crema solo emoliente en varias ocasiones al día, durante varios meses.
Los efectos sistémicos adversos de la crema de estrógeno son raros y reversibles una vez que se suspende la medicación. La aplicación de crema de estrógeno a menudo causa hiperpigmentación temporal de la piel en el área de aplicación; las pacientes deben estar seguros de que esta hiperpigmentación normalmente se desvanece después de que finaliza la terapia. Otro efecto secundario informado es la sensibilidad o agrandamiento de los senos, que se resuelve cuando se detiene el uso de la crema.

Debido a que las adherencias pueden estar asociadas a otros factores que pueden participar, se recomienda evitar: la irritación vaginal o inflamación, irritantes específicos como detergentes o jabones fuertes y los baños de burbujas. Como otra medida preventiva para evitar el desarrollo de esta adherencia, se establece que al momento de efectuar la limpieza en niñas que empleen pañales, se lubricará el orificio vaginal en cada cambio después de asearla. Cuando la niña ya controla sus esfínteres y deje los pañales, la limpieza se realizará una a dos veces al día hasta su desarrollo puberal. Conviene siempre el empleo de agua pura para realizar el aseo, ya que en su función de arrastre permite la eliminación del material que puede influir al desarrollo de esta alteración. Las toallas húmedas pueden dejar residuos que asocien inflamación…