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Piojos

La existencia de piojos en un niño o en una comunidad escolar, es motivo de inquietud ante la consideración que está relacionada con deficiencia en el aseo o  que es una enfermedad exclusiva de la clase social baja y no es así.
Es una enfermedad altamente contagiosa producida por pequeños insectos que viven y se desarrollan en el pelo humano. De sus características, se señalan que son de color gris, negro o cafés, con dificultad para visualizarse a simple vista por su tamaño en sus diferentes etapas de desarrollo, que van desde 0.6 mm en etapa de huevo (liendre) hasta 2.5 mm en etapa adulta.
Para sobrevivir, los piojos necesitan en todas sus formas de evolución, de la sangre humana; y es suficiente la deficiencia en la ingesta de sangre por un periodo mayor de 24 hrs para causar su muerte. Los piojos en la cabeza pueden sobrevivir hasta por 30 días y su fase de huevo (liendre) podrá liberar al sexto día a un piojo pequeño llamado ninfa, y como máximo hasta en las siguientes dos semanas. La hembra deposita el huevo en la raíz del cabello que se conoce por su coloración blanquecina y su forma oval, y a diferencia de la caspa que se cae como partículas o escamas blancas, la liendre se mantiene firmemente adherida a la base del cabello, mas frecuente en la parte posterior de la oreja o cerca del cuello.   
Son insectos que no pueden brincar, pero están dotados de sistemas de pinzas que los hacen fijarse de forma firme al cabello, y sus extremidades les permiten caminar con rapidez entre los diferentes cabellos, lo cual dificulta su captura. Respiran a través de unas aberturas localizadas a los lados de su cuerpo.
La forma de contagiarse de esta enfermedad, es muy simple, ya que se pueden pegar cuando uno entra en contacto cercano con una persona que tenga piojos o toca sus ropas o tendidos de cama. Estos piojos son más comunes en condiciones de vida de hacinamiento y encierro, y se diseminan rápidamente entre los niños en edad escolar. Se puede propagar también por el empleo de sombreros, gorras o ropa usada por personas que padezcan esta alteración, y por compartir cepillos de cabello o peines. No hay evidencia que los animales domésticos sean portadores de los piojos.  
Las manifestaciones de esta enfermedad en especial es la comezón constante del cuero cabelludo, de forma intensa, recurrente, y en diferentes partes de la cabeza. Al revisar el cuero cabelludo, se podrá encontrar algunas pápulas, con enrojecimiento como respuesta al rascado, con desprendimiento de las capas superficiales de la piel como lesión secundaria. El otro hallazgo es la identificación de las liendres en la base de los cabellos, que esta adherida de forma firme, y finalmente si el individuo siente y el observador identifica algún insecto moverse entre los cabellos o ropa, se confirma la presencia de los piojos.
En cuanto a su tratamiento, se deberá de actuar lo mas inmediato posible, tratando de identificar si en ese lugar se encuentra el objeto o persona que haya trasmitido la enfermedad para evitar que se disemine a mas individuos.
Existen tratamientos que incluyen medidas preventivas, procedimientos específicos locales sin productos químicos, locales con sustancias químicas, sistémicos (mediante la ingesta de alguna pastilla).
Entre las medidas preventivas se deberá de revisar el cabello de sus niños en forma frecuente buscando piojos o liendres. No compartir peines, cepillo de cabello, toallas, ropa de cama, sombreros o ropa. Disponer de áreas separadas para guardar la ropa y otras cosas personales de cada persona. Evitar compartir ropa, disfraces y cascos. Uso de gorras de plástico desechables cuando los cascos tienen que ser usados por diferentes niños.
Entre las maniobras curativas locales sin aplicación de sustancias químicas, la más importante para asegurar el éxito es peinar en forma diaria, completa y cuidadosa todo el pelo por lo menos por un periodo de veintiún días. Con un peine efectivo para piojos que deberá de tener una distancia corta entre sus dientes, realizar el peinado con guantes desechables (de preferencia); colocando una toalla clara entre el cabello del sujeto y sus hombros, bajo una iluminación adecuada, se procederá a ir revisando tramos de cabello separados con pinzas en dirección de arriba hacia abajo del cuero cabelludo; y en especial, para extraer las liendres se deberá de rociar aceite de oliva en el cabello, o pasar el peine de metal a través de cera de abejas, lo cual facilita el trabajo de eliminación de los huevos. Se inicia desde el cuero cabelludo, desplazando el peine hasta el final de cada mechón de pelo, repitiendo el proceso al comprobar si aun quedan liendres pegadas en el pelo. Después de cada peinada, se introduce el peine en agua caliente y se seca con una toalla de papel, continuando el peinado hasta terminar con todas las secciones. Lavar las prendas empleadas durante este procedimiento y de preferencia enjuagar en agua hirviente, recordando de lavarse las manos de forma adecuada.  
Otra alternativa en forma local libre de químicos, es la aplicación de sustancias inertes que mantienen lentos a los piojos inactivos en su interior, ó al afectar su sistema respiratorio bloqueando los conductos de su respiración con sustancias viscosas como el empleo de aceite de olivo o en condiciones extremas: vaselina, que se aplican en una capa gruesa al pelo, dejando en seguida una gorra de plástico desechable; por lo menos por treinta minutos, y en seguida proceder al peinado como antes se ha referido.
El empleo de sustancias químicas y medicamentos tomados para este propósito deberán de ser indicados por el médico, de acuerdo a las condiciones de la enfermedad y del paciente.

Ante un niño con piojos, la mejor conducta es tomar iniciativa de inmediato; notificar al  encargado del grupo escolar para evitar que se extienda, revisando en ese momento al resto de los demás alumnos y familiares para establecer el manejo. Realizar medidas preventivas con aspirado de prendas donde puedan quedarse algunos vivos o sus huevecillos, de preferencia cuidando que no lleguen a tener contacto con humanos en los siguientes 21 días, guardándolos en recipientes herméticos y la orientación con su médico.