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Prevención prenatal

A fin de condicionar el desarrollo de un nuevo ser, con características normales que lo hagan considerar con estado de salud adecuado, es conveniente tratar de tener control en los factores que pueden condicionar su daño, durante su formación o en los primeros momentos de su vida, que le puedan perjudicar de forma permanente para su futuro.
El objetivo de un matrimonio es entre otros; el de perpetuarse en su especie, y de preferencia se busca que los hijos tengan un estado adecuado de salud, para poder cumplir con las expectativas de vida futura, que se consideran idealizadas en inicio.
En nuestra sociedad, desafortunadamente no existe una responsabilidad adecuada; y en ocasiones, se asocia con deficiencia de recursos, para poder anticipar los problemas en la gestación de alguna pareja.
Podemos irlo considerando desde el momento en que por requisito legal, se solicita cumplir con la entrega de un certificado médico prenupcial, ya que en la mayoría de las ocasiones, el documento se entrega de forma muy simple, haciendo un interrogatorio no específico y exploración a los  contrayentes de forma muy superficial.
Es conveniente que el médico responsable de este elaborar este documento, tenga las nociones generales adecuadas para extenderlo con mejor idea de lo que pretenda certificar, que es la salud adecuada reproductiva de la pareja.
La mayoría de las enfermedades que se presentan al nacimiento relacionadas con alteraciones en la herencia de alguno de los padres, pueden llegar a detectarse con un interrogatorio dirigido, al cuestionar si hay ese tipo de enfermedades en algún miembro en particular de los familiares; y en caso de ser necesario, poder contar con el asesoramiento por genética de forma complementaria para un consejo genético más apropiado. De esta forma, los niños con algunas enfermedades hereditarias por ejemplo de trisomía 21 (Down), pudieran señalarse de presentarse como potenciales hijos de un incipiente matrimonio, dando la oportunidad a los contrayentes de tomar la decisión con mejor responsabilidad. El médico especialista en genética cuenta con los conocimientos y medios apropiados para poder establecer en porcentaje el riesgo de que se pueda presentar alguna alteración en especial. Lamentablemente en muchas ocasiones se acude con el genetista cuando ya se tiene al hijo afectado. La población deberá de estar informada sobre la importancia que tiene este especialista de la medicina para acudir en forma preventiva e informativa, para su vida reproductiva.
Otro tipo de enfermedades que se conocen de alteración metabólica también tienen origen en la información genética anormal que existe en alguno de los padres. Esta enfermedad puede sospecharse cuando existen antecedentes de alguna persona en la familia que tenía un desarrollo normal, y que bajo alguna circunstancia nueva en su vida empezó a mostrar deterioro progresivo, que lo puede dejar con limitaciones o terminar con su vida. Como ejemplos de esas enfermedades se encuentran los niños con fenilcetonuria que tienen deterioro neurológico progresivo, con la ingesta acumulativa de sustancias que contienen fenil alanina. Otro ejemplo es una enfermedad de deficiencia en la formación de hormonas suprarrenales, que puede causar que una niña tenga al nacimiento genitales ambiguos y la necesidad de cirugías correctivas y de medicamentos para el resto de su vida.
Este tipo de cuadros son patologías que pueden anticiparse con datos aportados con interrogatorio, o simples de exploración, antes de la concepción de los hijos. Son frecuentes estos resultados en matrimonios donde los contrayentes comparten genes similares alterados, y en forma práctica se generan en los matrimonios entre familiares (endogamia) o en integrantes de una misma población (pequeña), en donde es muy posible que compartan material genético de un ascendiente común.  
Otro tipo de actuación se justifica en el caso de las infecciones que pueden tener las futuras madres para su vida reproductiva, y sería conveniente cumplir con un panel adecuado para detectarlas en forma previa. Algunas de esas infecciones pueden condicionar abortos recurrentes; otras, deficiencia en la fertilidad; y otras más, alteraciones en la formación o desarrollo de órganos en el niño mientras se encuentra en el vientre materno. Se debería normar al menos, para esta situación, que a todas las madres como requisito matrimonial, se efectuara la investigación de estas enfermedades que en ellas, pueden no generar datos evidentes para sospechar de su presencia y el detectarlas de forma temprana podrían en algunas ocasiones, ser viables de administrar manejos específicos para cambiar el destino de su vida reproductiva. Como resultado de esta acción están de ejemplo las madres con VIH que con manejo adecuado puede evitarse que su recién nacido no resulte enfermo.  
Una vez establecido el embarazo, se tiene que dar seguimiento al desarrollo del niño por medio de diferentes alternativas. De ellas se debe atender a las madres que con  sus particulares enfermedades o toxicomanías, pueden condicionar efectos secundarios en el embarazo, y como evidencia se plantean el empleo de acido fólico para evitar malformaciones de columna en los primeros momentos de la formación embrionaria; diabéticas, para evitar que el niño tenga problemas en su tamaño en el vientre materno, o baja de azúcar en los primeros momentos luego de nacer, que le puede dañar la función cerebral para su vida futura; fumadoras, para evitar que sus niños tengan problemas de maduración pulmonar que en caso de no anticiparlo pueden causar que el niño en los primeros días de vida, sea dependiente de un aparato que le ayude a respirar; alcoholismo que causa deficiencia mental; toxicómanas, con la consecuencia de alteraciones neurológicas al nacimiento; hipertensas con daño secundario al niño con desnutrición durante el vientre materno.
También se pueden hacer estudios de sangre en la madre para detectar alteraciones, y en otras ocasiones también el empleo del ultrasonido para comprobar la forma como se va dando el crecimiento del producto, como expresión de bienestar fetal que es sinónimo de salud en etapa intrauterina.
Dentro de los estudios de ultrasonido se realiza la evaluación del volumen y características del líquido interno (amniótico), la estructura del cordón umbilical, el flujo sanguíneo, la morfología y localización placentaria, así como la posición fetal, y también se pueden detectar alteraciones fetales a partir de las 36 semanas de embarazo en un porcentaje aproximado hasta de 85%.
La información que se proporciona a los padres en las consultas cercanas a la fecha del parto, deberán de ser bien comprendidas y tomadas en cuenta. El inicio de contracciones uterinas regulares y de intensidad notoria deberán de motivar la asistencia médica lo más inmediato para que se cuente con vigilancia adecuada del proceso de parto y se evite la posibilidad de una falta de oxigeno al bebé que pueda causar daño posterior; o bien, ante la rotura de la fuente, un tiempo prolongado de atención puede generar la presencia de una infección en el recién nacido. El nacimiento por vía vaginal le ofrece al recién nacido las bacterias necesarias para su maduración inmunológica que puedan tener importancia para su vida futura. El nacimiento por cesárea se definirá cuando exista riesgo potencial de daño, si se deja el nacimiento por la vía natural. 
Al momento del nacimiento la existencia de asfixia puede causar daño en especial al cerebro o al corazón, por lo que la atención por personal especializado (neonatólogo o pediatra) podrá cambiar el pronóstico funcional para esos recién nacidos.
Es de vital importancia el ambiente físico donde se llevara a cabo el nacimiento del niño, ya que la oportunidad de contar con el material necesario, representara beneficio o daño a la salud del recién nacido. Por esta razón, es conveniente recomendar las instituciones de salud en donde la disponibilidad de recursos puede ser más accesible que en un ambiente particular. Como ejemplo, en un ambiente institucional se puede elegir el mejor ventilador para la asistencia respiratoria de un recién nacido y a nivel particular es posible que exista limitación en número o variedad de ventiladores a reserva de tratarse de un servicio particular muy completo, pero también muy costoso. 
Los factores maternos involucrados para dar origen a un parto prematuro y la asfixia son el nivel socio económico bajo, edad menor de 20 años o mayor de 40, estatura baja (menor de 1.5m) peso menor de 45 kg, abortos previos, muchos embarazos previos, tabaquismo y alcoholismo.
De la colaboración entre el obstetra y el neonatólogo (pediatra especializado en atención de recién nacido) o pediatra, depende que puedan entregar a los padres un niño sano, sin problemas que pongan en peligro su vida.

La mortalidad neonatal puede modificarse con estrategias administrativas de salud, si se empiezan a considerar mejores alternativas para la evaluación de la pareja, desde antes del matrimonio y de la vida reproductiva familiar.