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Psoriasis

Es una enfermedad crónica de la piel, que puede aparecer durante la infancia y tener recurrencia en el resto de la vida. Suele causar comezón y rascado frecuente, en zonas de la piel que se notan como manchas enrojecidas, en cuya superficie se distinguen  placas blanquecinas de escamas. Se establece que la tercera parte de los adultos que padecen esta enfermedad, iniciaron sus manifestaciones durante la infancia.
Por la recurrencia y la modificación de la superficie de la piel, los niños y adolescentes que la padecen, llegan a tener un impacto significativo en su calidad de vida, por interferir con su autoestima, relaciones familiares, actividades escolares y laborales. Con antecedente de esta enfermedad, se puede presentar en forma asociada otras enfermedades de comportamiento crónico, como la obesidad, diabetes, hipertensión, artritis reumatoide, enfermedades intestinales y problemas psiquiátricos, comparado contra niños que no sufren de psoriasis, que ante esa relación a establecer, justifica la importancia de la identificación y el tratamiento de forma temprana.
No es una enfermedad común durante la infancia. Los reportes de la existencia en la población infantil y de adolescentes varía de acuerdo a condiciones étnicas y geográficas, pero en promedio se establece que está presente en 0.5% de los niños en edades menores de los nueve años, incrementando el promedio a 1.3% en el grupo de edad de los 10 a 19 años. En cuanto al predominio por sexos, es más frecuente en las mujeres, sin relación alguna por los cuidados que proporcionan a la piel, pero quizás más vinculado con el hecho de la edad y condiciones naturales de la piel. Por reportes que definen que en la población europea casi se encuentra ausente; esta variación geográfica, puede considerar que la enfermedad se desarrolla como un complejo de interacción, entre los factores ambientales y la posible susceptibilidad genética. El antecedente de contar con un familiar de primer grado que padezca esta enfermedad, condiciona una posibilidad de desarrollarla en 30%.
Esta enfermedad aparece cuando se acumulan células en la superficie de la piel. No es una enfermedad contagiosa, pero sí es crónica. Puede desaparecer y volver a aparecer más adelante. No tiene cura, pero existen tratamientos muy eficaces para mitigar los síntomas  El principal dato de esta enfermedad de la piel, es la aparición de manchas rojas o zonas grandes, que presentan en la superficie escamas gruesas y blanquecinas o nacaradas. Producen dolor, picor o comezón, por lo que es muy molesto para el niño. La zona afectada se reseca y a menudo presenta grietas que pueden sangrar. La mayoría de los brotes suelen aparecer posterior al desarrollo de la pubertad, que puede ser factor para no poderla identificar, cuando el adolescente ya no tiene afinidad para asistir a la consulta de su pediatría, como manifestación de rechazo a su etapa infantil.
La psoriasis puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero afecta sobre todo al cuero cabelludo, rodillas, codos y espalda. Si aparece en un lugar visible, puede afectar psicológicamente al niño, que a menudo se avergüenza de su apariencia física; por lo cual, requieren en forma adicional de la valoración y sugerencias del psicólogo.
La forma como se genera esta enfermedad, se origina a partir de unas células de la inflamación que ante la existencia de un estímulo particular (infección, herida, cuerpo extraño, etc.) atacan a la piel en intención inicial de cumplir su función para mejorar la lesión o evitar la infección. Se estimula una mayor migración –en cantidad y velocidad-, de las células de las capas inferiores a las superiores de la piel causando una especie de amontonamiento, enrojecido al inicio por la reacción inflamatoria, seguida de comezón secundaria que desprende algunas acúmulos celulares en forma de placas blanquecinas por tener aún capacidad de adherencia que las hace permanecer unidas.
El aspecto superficial y la evolución de la piel, establecen: enrojecimiento inicial, placa blanquecina superficial, posterior por la intensidad del  rascado y puntos pequeños sangrantes superficiales. Cualquier traumatismo o irritación de la piel, puede dar lugar a la aparición de lesiones de psoriasis, teniendo así la condición de poder incrementar el número de las lesiones o de extender las previas.
Cuando las uñas se encuentran incluidas, se les puede confundir con hongos por tener aspecto engrosado y algunos orificios en su superficie.
Hay factores que influyen para deteriorar y extender esta enfermedad a otras partes o proximidades corporales, entre ellos mencionamos: tendencia a inestabilidad emocional con sensación de angustia. Las infecciones, que por su estimulación a la respuesta inflamatoria defensiva, puede reactivar la inflamación de la piel dañada. El clima frío, por su capacidad de producir resequedad superficial. Lesiones superficiales de la piel, como quemaduras solares, arañazos y tatuajes. La obesidad, por contar con pliegues de piel en donde se puede iniciar una reacción inflamatoria y luego psoriasis. Algunos medicamentos, como antihipertensivos y algunos contra el paludismo.
La psoriasis es una enfermedad de larga duración (crónica), que puede mejorar o empeorar, sin ninguna causa directa relacionada. Puede desaparecer completamente, para volver a aparecer de forma repentina. Para muchos niños, la psoriasis no es más que una molestia sin importancia; para otros sin embargo, puede ser bastante grave, causando que  se avergüencen de su aspecto y esto afectar a sus emociones.
La forma como aparece esta enfermedad tiene diferentes presentaciones. Una forma es con placas que es la más frecuente, causa manchas rojas y placas secas con escamas plateadas. Pueden aparecer en cualquier parte, pero son más frecuentes en las rodillas, codos, cintura y cuero cabelludo. Hay otra forma que es de gotas, en forma de pequeñas manchas rojas, que suelen aparecer después de una infección en la garganta, con mayor predominio en el tronco, brazos y piernas, pero también pueden aparecer en la cara, orejas, cuero cabelludo y en zonas previamente afectadas por la forma de placas. Otra variante de esta enfermedad llamada pustulosa, hace que la piel roja se inflame y contenga en su interior líquido purulento. Esta se nota en la planta de los pies o palmas de las manos, yemas de los dedos. Esta forma se acompaña de fiebre, cansancio, comezón intensa y escalofríos. La psoriasis inversa, tiene aspecto de carne viva por desarrollarse en zonas de piel que tiene contacto en pliegues, como: axilas, nalgas, párpados superiores, ingle, genitales y debajo de senos en adolescentes. La forma llamada eritrodérmica, afecta a una mayor extensión del cuerpo con una erupción de color rojo intenso, con aspecto de piel quemada que afecta al control de la temperatura.
Esta enfermedad para su definición y manejo, de preferencia deberá ser valorada por el dermatólogo pediatra, para identificarla mediante su exploración de las lesiones, pero si hay duda, por tener características adicionales o especiales, podrá tomar una pequeña muestra de la piel (biopsia), para su revisión al microscopio y tener mayor objetividad en sus propiedades, para poder ofrecer el manejo que corresponde.
Por tratamiento, no existe alguno que en forma general se aplique a todas las formas y para todas las edades. El especialista deberá de seleccionar el que mejor considere adecuado, para recuperar las propiedades más naturales de la piel, a fin de poder dar un control eficiente. Puede incluir aplicaciones locales, medicamentos orales, inyecciones, luz especial, en combinaciones de acuerdo a sus respuestas.

A reserva de la opinión del especialista, conviene para el niño el aporte de alimentos con verduras y frutas, mantener su peso saludable para evitar formación de pliegues corporales, mantener limpia la piel con baño diario y aceites humectantes, exposición al aire libre por periodos cortos con la luz natural y apoyo emocional adecuado… Ante cualquier lesión de piel que tenga descamación, considere la atención adecuada.