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Restricción del crecimiento intrauterino

En forma general, los niños dentro del vientre materno llegan a desarrollar dimensiones corporales establecidas en forma específica para el género humano, con algunas variantes especiales, de acuerdo a las condiciones que el ambiente externo ha condicionado al paso del tiempo, que establecen que algunos grupos humanos tengan variantes normales en esas dimensiones.
Así, de acuerdo a las condiciones ambientales y el potencial desarrollado por la información hereditaria, dentro de los genes de las células germinales (ovulo y espermatozoide), cada uno de los niños dentro del vientre materno, va a ir adquiriendo en forma progresiva: dimensiones específicas de acuerdo a las semanas que se cursen del embarazo.
Existen como parámetros de referencia, tablas especiales (locales) para dar un seguimiento al crecimiento normal de un niño dentro del vientre materno, que sirven para asegurar que las condiciones nutricionales y de salud del niño, son las adecuadas mientras es dependiente del aporte materno.
El hecho de encontrar a un niño con dimensiones especiales dentro de la normalidad, puede dar tranquilidad como sinónimo de un buen estado de salud durante su gestación. Por el contrario, el hallar a un niño con afección a ese desarrollo, ya puede orientar a buscar las causas que lo motiven, para poder remitir su cuadro a condiciones normales y en caso de no lograrlo, tenerlo en consideración al momento que nace, para investigar de forma inmediata sus posibles causas, además de dar inicio al tratamiento temprano.
Así es habitual que el concepto de retraso en el crecimiento intrauterino, hace referencia a la afección en la cual el bebé dentro del vientre materno, aún no consigue lograr las expectativas de desarrollo esperadas durante el embarazo.
Habrá que tomar en consideración que el crecimiento dentro del vientre materno, es influido por varios factores, con influencia en grados variables. El ambiente externo puede influir de forma variable, para el crecimiento dentro del útero, y señalamos algunos de los más importantes.
Condición socioeconómica, con capacidad para poder influir en la disponibilidad de recursos nutricionales y de salud física adecuada de la madre, se convierte en una influencia negativa, cuando se ubica a la madre dentro de la población con menos recursos de forma preferente, sin que sea definitiva, ya que algunas mujeres con los recursos disponibles, y por ignorancia podrán tener un empleo inadecuado de ellos.
La localización geográfica en relación a la altitud del mar, puede influir al tener menor presión atmosférica a tener niños con menores dimensiones; y a su vez, a nivel del mar o cercana al mismo, se podrán relacionar niños con peso y talla en tendencia a crecer de forma relativamente mayor a los otros.
Otros factores son dependientes del ambiente que le proporciona la madre a su hijo. Muchos de ellos, se relacionan con la salud física y de las condiciones anatómicas de la madre en el bienestar de su hijo. Las condiciones anormales a ellas, podrán generar la restricción de su crecimiento dentro del vientre. Entre estos factores, se establece:
Enfermedades de la madre, como la presión arterial elevada que condiciona que los nutrientes que viajan dentro de los vasos sanguíneos, limiten el aporte del niño, por mantenerse la mayor parte del tiempo disminuidos en el calibre de su flujo, que en forma normal debería ser mayor. También disminuyen el crecimiento: el tabaquismo, consumo de medicamentos, toxicomanías, mala alimentación, enfermedades del corazón, hígado, pulmón, intestinal, hormonal y/o inmunológicos.
Como condicionantes dependientes del niño, se encuentran todas las alteraciones que el bebé sufra dentro del ambiente materno, para limitar su desarrollo normal, como: 
Embarazos múltiples, ya que la capacidad del vientre materno es limitada. Al compartir espacio físico con otro(s) niño(s), se entiende que las dimensiones corporales son menores para poder continuar su maduración hasta el límite natural del vientre materno, y la restricción del crecimiento será proporcional a la cantidad de más gemelos.
Enfermedades del bebé. Podrá ser dependiente de una información genética o cromosómica modificada, para producir una expresión limitada de crecimiento y desarrollo en el niño. Por lo general, se acompañan de otras alteraciones especiales que permiten identificar las causas particulares, al especialista en genética. Otro tipo de enfermedades son las infecciones que se adquieren dentro del vientre materno, cuando la madre tiene microbios en fase latente, que se activan durante la disminución de las defensas inmunológicas de la madre durante el embarazo; o bien, por ser la primera ocasión que se padece sin desarrollar anticuerpos, pueden agredir también al niño dentro de su vientre. Algunas de estas infecciones podrán condicionar la muerte de forma irreversible, en tiempos variables relacionadas a su capacidad de virulencia, y/o en otras ocasiones pueden originar enfermedades anatómicas o funcionales (como retraso mental), en momentos variados sin poder remitir su evolución.
En casos menos frecuentes, pueden ser dependientes de alteraciones en la producción de hormonas, que pueden limitar su crecimiento y funciones metabólicas; en especial, si la deficiencia continua posterior al momento del nacimiento.
Estas alteraciones, se pueden presentar en momentos variados durante el embarazo, y cuando se presenta en etapa temprana, influyen también en el crecimiento del cerebro y de su cabeza en forma secundaria, generando niños con peso y talla bajos, asociados con simetría corporal en relación a su cabeza. En otras ocasiones, el problema se desencadena en etapa tardía, limitando el crecimiento del cuerpo y condicionando una aparente desproporción entre cabeza y cuerpo, que define al desarrollo como asimétrico.
La forma de comprobar esta alteración, es verificando las dimensiones sugeridas en estudios de investigación con muchos niños normales, comparando con las dimensiones encontradas en el niño (dentro del vientre materno) y al hallar que se encuentran por debajo de la normalidad se considera el diagnóstico establecido. Se confirma al momento de nacer el niño, comparando las dimensiones que tiene, con la edad de su embarazo real, definido por características particulares del recién nacido.   
Un inconveniente que incluye también la restricción del crecimiento intrauterino, es el hecho que induce al error diagnóstico en la edad del embarazo, cuando el estudio de ultrasonido lo establece en base a las dimensiones que mide el bebé. Un niño con desnutrición o restricción del crecimiento, será referido luego con una edad de embarazo erróneamente menor; y en esas condiciones, se podrá tener la alternativa que cuando se inicie el trabajo del parto, se considere que puede ser un producto prematuro, cuando en realidad se trata de una restricción secundaria dentro del vientre materno.
En forma ideal este tipo de cuadros deberá ser valorado por el perinatólogo, o por ginecólogo en coordinación con el pediatra, que lo recibirán para poder realizar estudios y tratamientos adecuados, a fin de mejorar las condiciones de desarrollo y evitar las enfermedades o consecuencias secundarias posteriores al nacimiento.
Un niño con retraso del crecimiento intrauterino, es un niño con desventajas nutricionales y posiblemente, con una enfermedad de fondo que requiere de manejo inmediato al nacimiento para detectar y tener control y/o tratamiento adecuado.
Si solo requiere de aporte nutricional por deficiencia de su alimentación intrauterina, se deberá de vigilar que su recuperación no sea tan rápida ya que puede condicionar con el paso del tiempo, opción a desarrollar alteraciones metabólicas y la más frecuente es la diabetes por resistencia de insulina. En caso de ser secundario a alguna enfermedad se determinará la causa específica para limitar sus consecuencias posteriores.