Cuando los
huesos de la columna vertebral no mantienen una trayectoria recta de arriba
hacia abajo, mientras el niño se encuentra de pie (sin zapatos) sobre una
superficie horizontal, se podrá considerar que manifiesta la alteración
conocida como escoliosis.
La escoliosis es
una curva con desplazamiento lateral de la columna vertebral, asociado a una
rotación vertebral que le da aspectos variados, como si fuera una letra C; o
bien, por dos curvas tendrá el aspecto de S, en lugar de tener su trayectoria
normal: recta.
La columna en
forma equiparable a la estructura central de una balanza, debe de mantenerse
recta a fin de distribuir el peso corporal de forma simétrica a cada parte
lateral del cuerpo. Cuando presenta alguna desviación, el sobrepeso podrá
afectar durante el crecimiento a las estructuras orgánicas relacionadas al lado
de la compresión, generando manifestaciones variables.
Se puede
sospechar al momento de notar que un niño presenta un hombro a una altura mayor
en comparación al contrario, o al momento de caminar con un movimiento pendular
discreto o evidente de la cabeza.
La columna
vertebral es una estructura importante ya que en su interior se localiza el
tejido nervioso que conecta las funciones corporales con el cerebro, y es la
parte central del sostén corporal que en su parte superior mantiene a la cabeza
y da apoyo central a las estructuras de la parte superior del cuerpo. Brinda
apoyo y equilibrio para poder mantener al cuerpo en posición de pie, y le da flexibilidad
para poderse doblar y girar.
Cuando se
observa en forma lateral, la columna está formada por tres segmentos que se
caracterizan por el tipo de curva que tienen: una curva hacia adelante
(lordosis) en la parte superior (cuello) –cervical- y otra en la parte inferior
(cintura) –lumbar-, y una curva hacia atrás (cifosis) en la región dorsal
(espalda), que son curvaturas consideradas como normales, y en ángulos
específicos que le dan estabilidad a las estructuras corporales que se sostienen
por delante.
La columna está
formada por huesos apilados llamados vértebras, que en forma segmentaria pueden
dar paso a los nervios que salen de la médula espinal entre cada una de ellas,
para llevar información de estimulación del cuerpo o del ambiente al cerebro, y
estimulación de respuesta inmediata al segmento corporal relacionado.
Para mantener a
los huesos vertebrales en alineación adecuada, existen a su alrededor músculos
y ligamentos que le brindan estabilidad. Entre cada cuerpo vertebral hay tejido
elástico (discos vertebrales) que sirven como amortiguadores para disminuir el
impacto en la columna cuando el cuerpo se expone a caídas o compresiones.
Relacionando el
grado de desviación de la columna (escoliosis) en grados de su trayecto recto,
se considera que en ángulos menores de diez grados, se ubica del 1.5 al 3% de
la población. Con curvas superiores a 20 grados hasta el 0.5% de la población y
con curvas mayores de 30 grados, se ubica hasta 0.3% de la población.
La escoliosis
habitualmente se detecta por los familiares a partir de los diez años de edad,
condicionado por el crecimiento acelerado de los niños durante la pubertad,
pero resulta más importante considerar que algunas escoliosis pueden presentarse
desde los tres años de edad, para poder establecer un tratamiento temprano que
evite deformidades progresivas durante el desarrollo de la infancia. La que se
presenta antes de los tres años es considerada congénita, y la que se
desarrolla de los tres a los diez años de edad, se le conoce como escoliosis
juvenil.
A partir del
hecho de realizar exploraciones mejor dirigidas durante las consultas
habituales del niño, y de contar con estudios adicionales más completos y no
tan invasivos, ya es posible establecer en etapas tempranas la detección de las
deformidades espinales que en otras épocas podían pasar por desapercibidas.
Intervienen para
definir la severidad de la alteración de la columna: la edad del paciente ya
que a menor edad hay posibilidad de progresión mayor. Su localización de la
curvatura podrá involucrar en particular algunas estructuras corporales, por
ejemplo la opción de poder afectar el funcionamiento pulmonar. Influye también
si asocia otras alteraciones relacionadas con la escoliosis para su estado
general como componentes de enfermedades específicas y por último sus
expectativas de evolución.
Las enfermedades
relacionadas con la escoliosis varían con los grupos de edad. Cuando desde los
datos prenatales se sospechan alteraciones en el desarrollo, se podrá buscar los
signos específicos en otros órganos con estudio de ultrasonido durante el
embarazo. La escoliosis durante la infancia impone descartar que su presencia
sea secundaria a enfermedades específicas que ameriten exploración y estudios
de alteraciones esqueléticas, hormonales, neurológicas, o de manera más común a
problemas que afecten a estructuras neuromusculares. Finalmente durante la
pubertad o adolescencia, la mayoría no tiene relación específica con alguna
enfermedad en particular.
La escoliosis
por lo general no causa dolor, alteraciones neurológicas o problemas
respiratorios, pero al paso de los años, las consecuencias se podrán presentar
en esos órganos o con dolores musculares. En general, la alteración que
perciben los familiares desde el punto de vista estético de la columna, es lo que
justifican la asistencia a valoración médica y ahí se aprovechará en realizar
examen dirigido, a fin de considerar su tratamiento en conjunto con ortopedia,
para la aplicación de fajas o bien de ejercicios especiales dependiendo de la edad, de los grados que tenga la
curva y de la localización de esta dentro de la columna.
El tratamiento rehabilitador consiste en desarrollar una conciencia
postural en el niño y enseñarle a mantener una alineación postural correcta, fortalecer
la columna vertebral haciéndola potente y elástica mediante ejercicios que
movilicen todos los planos de la columna, y la ejecución de todas las medidas de
protección postural para no producir sobrecarga muscular. En estos casos no
conviene restringir la actividad deportiva e incluso es beneficiosa la práctica
de deportes que estiren el tronco, como son el básquetbol o voleibol. Cuando el
grado de escoliosis es superior y produce deformidad, se utilizan corsés, con
el objetivo fundamental de detener la evolución de la curva, más que de
corregirla. A veces es difícil tomar la decisión de poner un corsé, ya que
produce un trauma psíquico a las niñas en especial, que puede ser aún mayor si
son muy jóvenes. Finalmente, solo en casos de una deformidad elevada en la que,
además del defecto estético, puede verse comprometida la función respiratoria,
se recurre al tratamiento quirúrgico.
A ciertas edades, corregir las posturas se convierte en una pelea constante
con los hijos: hay que recordarles que caminen con la espalda erguida, impedir
que usen tacones o plataformas muy grandes, advertirles de que no deben
inclinarse demasiado sobre la mesa y evitar que el asiento de sus sillas de
trabajo esté demasiado alto. Los niños y adolescentes deben utilizar, para
estudiar, asientos adecuados, de respaldo alto, con apoyo lumbar y
reposabrazos, y conviene que a veces utilicen un atril para leer. En los
trayectos largos a la escuela, es preferible que utilicen mochilas con ruedas.
Si no las tienen, deben cargar la mochila siempre sobre los dos hombros y no
sobre uno. El ejercicio es muy importante. Deberían hacer frecuentemente
ejercicios de abdominales, por ejemplo, diez minutos todos los días con una
buena tabla dirigida a fortalecer la columna, y practicar deportes: en
principio cualquier deporte es bueno, pero para la espalda lo son especialmente
todos aquellos que estiren el tronco: natación, voleibol o basquetbol.
Finalmente, considere que la orientación sobre el tipo y tratamiento en
cada caso particular de escoliosis, requiere de la valoración personal por su
médico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario