Diagnóstico de alergias

 

Las enfermedades alérgicas, regularmente se inician en la infancia y son en forma primordial, las enfermedades crónicas más comunes a nivel mundial. Su prevalencia incrementa en forma anual. En muchos países uno de cada cuatro o cinco niños padece de asma o de otra enfermedad alérgica. Los costos directos e indirectos para su control y tratamiento son muy altos tanto a nivel público como privado, generando preocupación global hacia la búsqueda de métodos de diagnóstico en forma precoz y preventivos, que permitan establecer planes adecuados que eviten costos elevados a largo plazo; y en especial, que disminuyan la incidencia de su mortalidad y discapacidades secundarias.
Normalmente, es el sistema inmune que protege el cuerpo contra las enfermedades al buscar y destruir a los invasores externos, como los virus y bacterias. En una reacción alérgica, el sistema inmune sobrereacciona y entra en acción contra una sustancia normalmente inofensiva, como el polen o la caspa de los animales, causando una respuesta inflamatoria exagerada. Estas sustancias que ocasionan alergias se denominan alérgenos y la respuesta inflamatoria excesiva (notoria) en el afectado se conoce como reacción alérgica, que puede ir desde alguna roncha en la piel, hasta inflamación súbita que puede poner en riesgo la vida de la persona, por la inflamación que puede bloquear al sistema respiratorio o comprometer la circulación sanguínea normal.
La causa más común del asma en la infancia es la alergia. El tipo más común de alergia es la afección nasal (rinitis alérgica), pero puede haber otro tipo de alergias, como las origen alimentario, medicamentoso y/o de contacto. Si uno de los padres tiene alergias, existe un 25% de probabilidad de que su hijo también sea alérgico. El riesgo se duplica casi de 60 a 70% si ambos padres tienen alergias.
Las alergias se sospechan a partir de los datos que los familiares proporcionan en la historia clínica del afectado, como: ojos rojos, llorosos o con sensación de picazón, inflamación de la piel, estornudos frecuentes, secreción nasal transparente, comezón y congestión de nariz, sensación de ardor en boca y garganta, comezón del oído, tos seca y fuerte, silbidos en el pecho, sensación de opresión en el pecho, cansancio fácil con ejercicios, respiración rápida y dificultad para respirar, parches rojos en la piel con comezón intensa, presencia de ronchas, calambres o dolor abdominal, diarrea, náuseas o vómitos, fatiga excesiva, inquietud, irritabilidad, dolor de cabeza.
Algunas alergias son fáciles de identificar por el patrón de los síntomas que invariablemente siguen a la exposición a una partícula especifica; otros son más sutiles y se pueden enmascarar por otras condiciones. Señalamos a continuación algunos datos comunes que pueden indicarle la sospecha de alergia en su hijo: lesiones enrojecidas de la piel que causan comezón y no desaparecen, pueden durar algunas horas y aparecer de una parte del cuerpo a otra. Síntomas crónicos parecidos a un resfriado con duración mayor de una semana con secreción y congestión nasal, estornudos frecuentes, carraspera. Ojos llorosos con comezón intensa, brotes de diarrea inexplicados asociados con dolor abdominal y otras alteraciones intestinales relacionados con ingesta de algún alimento en especial; tos, silbido respiratorio y dificultad para respirar. Todos estos datos de inicio súbito, asociado a un ambiente físico o temporada anual particular.
Ya pensando en la existencia de un proceso alérgico, es adecuado considerar la evaluación por el especialista en alergología pediátrica, para que valore la realización de pruebas específicas que permitan la identificación de la causa, para poder establecer un control de tratamiento específico, con control ambiental adecuado a fin de evitar la exposición al alergeno y de ser adecuado, iniciar esquema de desensibilización al alergeno con su aplicación diluida en forma progresiva y espaciada.
Son varios tipos de prueba que pueden emplearse para poder identificar causas específicas de alergias, que en forma básica se pueden señalar como: cutáneas, de provocación y estudios en sangre específicos.
Las pruebas cutáneas tienen excelente aplicación en la identificación de los alérgenos desencadenantes de cuadros asmáticos, rinoconjuntivitis alérgica, dermatitis atópica, urticarias y alergias alimentarias, permitiendo confirmar la causa específica y, poder diferenciar también entre cuadros de origen alérgico de los no alérgicos. Se clasifican según el tiempo en que se obtienen los resultados: las de lectura inmediata y las de lectura tardía, que permiten al médico identificar el mecanismo inmune involucrado.
Las de tipo inmediato puede tener dos alternativas de aplicación: tipo puntura y de aplicación intradérmica. En estas pruebas se coloca el extracto alergénico en contacto con las células cutáneas, las que reaccionan liberando mediadores inflamatorios locales, que promueven la formación de una pápula con enrojecimiento, como evidencia de respuesta positiva para el alérgeno en prueba.
En la aplicación de tipo puntura los extractos se colocan en la piel a través de una punción con una lanceta de 1 mm de largo, en superficie plana y depilada del cuerpo (antebrazo o espalda). El número de sustancias por aplicar se relaciona con la sospecha de causas que nos proporciona el familiar, generalmente en sospecha de alergia respiratoria. Los resultados se obtienen en los siguientes 15 a 30 minutos, notando la aparición de un halo rojizo con diámetro de pápula mayor de 3 mm, comparando con dos sitios especiales que sirven de control (positivo y negativo). Este método es el más seguro y de menor riesgo de efectos colaterales, que se puede aplicar a temprana edad.
La aplicación intradérmica, se emplea cuando la prueba previa (puntura) fue negativa, por tener mayor sensibilidad para reaccionar con el alérgeno, con el inconveniente que es dolorosa por inyectarse debajo de la piel y riesgo de efectos sistémicos asociados.
El dolor es mínimo, pero contrasta la condición emocional del niño. Antes de realizar la prueba, su médico le solicitará que no le suministre ningún antihistamínico a su hijo de 3 a 5 días, ya que pueden interferir con los resultados de las pruebas. La piel en donde se practicaron las pruebas se puede sentir irritada durante unas cuantas horas.
Las pruebas cutáneas de lectura tardía tipo parche son métodos importantes, para identificar agentes que desencadenan cuadros de dermatitis de contacto alérgica o irritativa fundamentalmente, pero también en casos especiales de urticaria por contacto, y los resultados se obtienen después de 72 horas del contacto del alérgeno con la piel. En algunas ocasiones es necesario aplicar radiación ultravioleta cuando se considere que la exposición solar puede ser un desencadenante asociado. Los resultados son referidos según el grado de lesión provocada en la piel, variando del enrojecimiento sin vesículas hasta un hinchado intenso con vesículas y ulceras en los casos de máxima positividad.
Las pruebas de provocación pueden ser: oral controlada y de aplicación específica. Las oral controladas son las ideales para confirmar alergias a alimentos y medicamentos. Consisten en: la administración de dosis crecientes del producto sospechoso por vía oral y, observamos si provoca una reacción alérgica similar a la referida por el familiar. Está contraindicada en los pacientes con reacción alérgica grave. Las de aplicación específica se aplican en región bronquial, nasal y/o conjuntival para comprobar síntomas asociados y se deberá realizar en centros hospitalarios con recursos específicos para su manejo.
Las pruebas séricas son estudios que determinan en sangre la sustancia anormal relacionada con el alérgeno específico que puede ser determinado por diferentes procesos (inmunoensayo, fluorescencia, quimioluminiscencia, radioabsorción) debiendo tener interpretación adecuada por el especialista ante la posibilidad de ser positivo y no tener manifestaciones clínicas.
No debe tener temor por estas pruebas, las efectúa un profesional con experiencia…  

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