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Administración de medicamentos

El uso adecuado de medicamentos en la población pediátrica reviste particularidades a considerar por las características del paciente, estableciendo en forma prioritaria su alta dependencia a otras personas para su aplicación o toma en cantidad, frecuencia y duración específica, a fin de obtener la recuperación de la salud y evitar complicaciones.
La mayoría de los familiares encargados de administrar estos tratamientos, pueden tener gran variedad de dificultades para poder cumplir este objetivo, por lo que siempre es necesario que soliciten la orientación correspondiente por su médico.
Como una orientación general, se ofrece a continuación algunas sugerencias para la correcta administración de medicamentos en la población pediátrica.
Como recomendación general, a todo familiar que debe administrar medicamentos a niños ya desde etapa preescolar se le pedirá, que: sea seguro y mantenga firmeza, comprensivo y honesto con el paciente, sabiéndolo escuchar y permitir que el niño tenga algo de control. Descríbale lo que pueda llegar a experimentar, empleando un lenguaje que puedan entender fácil, enfatizando los beneficios de tomar su medicamento y al terminar con el proceso, darle muestras evidentes de afecto como gratificación.
Antes de administrar el medicamento a su niño, deberá de revisar de preferencia por dos ocasiones, las siguientes condiciones: que sea el medicamento correcto, el que recetó el médico y si en la etiqueta del medicamento se establece su empleo para su edad en especial; su presentación es la adecuada (jarabe, solución, suspensión, gotas, etc.); la cantidad ya medida para su administración es la conveniente y más exacta; la vía por administrar es la indicada (boca, nasal, ocular, etc.) y si es el momento adecuado para ofrecer (frecuencia y duración específicos, por ej. cada 6 horas por cinco días).
Para el momento que se debe administrar el medicamento, conviene conocer si el medicamento debe ofrecerse asociado o no con los alimentos, ya que eso puede favorecer su tiempo de absorción y su posible modificación a un fármaco más eficiente. Procure realizar la medición de la cantidad exacta, mediante jeringas calibradas para ofrecer la cantidad precisa, acompañe a su hijo hasta que se haya tragado todo su medicamento y no se lo ofrezca como un caramelo o como un castigo -ya que eso influye a posibles intoxicaciones o traumas emocionales futuros-, señalando siempre que es un medicamento para su empleo individual, que le ayudará a mejorar su estado afectado de salud. Sea lo suficientemente paciente para ofrecer el medicamento sin forzar, invirtiendo un tiempo de 30 minutos a una hora en las primeras ocasiones, para que el niño aprenda que su actitud firme, no la podrá modificar con llanto o berrinches, lo que facilitará la administración futura en ocasiones posteriores.
Para los menores de un año, pueden considerarse las siguientes sugerencias: coloque todo lo que necesite a su alcance (medicamento, pañuelos de papel, dispensador de medicina con medidas) y lávese las manos. Mida la cantidad correcta de medicina. Si no pudiera sujetar al bebé al mismo tiempo que le da el medicamento, pida ayuda. Háblele al bebé y tóquele suavemente la boca con el dispensador de medicina (cuentagotas o jeringa). De preferencia, administre el medicamento justo antes de amamantar, a menos que su médico le indique lo contrario. Su bebé tiene hambre y es más probable que trague el medicamento. Proporcione cantidades pequeñas que permitan su deglución adecuada, evitando que se atragante. Si el bebé no abriera la boca, tírele suavemente de la barbilla, chasquee la boca para que el bebé imite lo que usted quiere que haga. Cuando el bebé abra la boca, coloque el cuentagotas o la jeringa en la mitad de la lengua y deje caer el medicamento poco a poco. Si el bebé no cooperara, coloque suavemente el cuentagotas o jeringa entre las encías y la mejilla y deje caer el medicamento poco a poco, o como otro recurso, intente poner la dosis de medicamento en un chupón para que el bebé lo succione. Siempre habrá que evitar mezclar los medicamentos con los alimentos de inicio, ya que puede influir a que pierda interés en su consumo posterior.
En ocasiones algunos medicamentos sólidos pueden triturarse y mezclarse con alimentos blandos. Consulte primero con su médico. Para triturar una pastilla, colóquela entre dos cucharas y presione las cucharas para juntarlas. Mezcle el medicamento con una pequeña cantidad (1 a 2 cucharaditas) de puré de manzana o peras y déselo con una cuchara. Evite ofrecer el contenido líquido de las cápsulas ya que su envoltura permite la liberación del medicamento en el intestino y se neutraliza con el jugo gástrico. Algunos medicamentos se pueden poner en una pequeña cantidad de jugo o agua azucarada. No ponga el medicamento en un biberón o vaso lleno en caso de que el bebé no beba mucho. El residuo sin ingerir representa parte del medicamento sin consumir.
Para niños mayores, consulte con su médico antes de triturar medicamentos y mezclar con alimentos blandos, como helado, pudín o compota de manzana. No use alimentos que su hijo debe consumir en forma regular, como carne o vegetales para evitar su rechazo posterior. Intente mezclar el medicamento con pequeñas cantidades de alimento que tenga un sabor fuerte. Esto ayuda a ocultar el sabor del medicamento. Mezclar con alimentos dulces o fríos también puede ayudar.
Algunos medicamentos se pueden poner en una pequeña cantidad de jugo o agua azucarada (5-10ml). Dele con una cuchara o deje que su hijo lo beba. Si a su hijo no le gusta el sabor del medicamento, ofrezca una paleta antes de dárselo. La paleta helada congelará las papilas gustativas, por lo que el medicamento no sabrá tan mal. Ignore el comportamiento de su hijo cuando no coopere y no lo amenace con inyecciones. Elogie a su hijo cada vez que tome el medicamento sin dificultad.
Las pastillas y cápsulas generalmente pueden ofrecerse a partir de los siete años. Se recomienda iniciar colocándola en la parte posterior de la lengua y con empleo de un popote, realizar la aspiración del líquido de su preferencia para permitir su deglución, inclinando la cabeza en forma leve hacia atrás, mientras se traga el medicamento. De preferencia, tenga cerca un vaso de agua, leche o jugo para enjuagar rápidamente el sabor previo. Si el medicamento se escupe o vomita de forma inmediata, habrá que repetirlo dentro de los siguientes 30 minutos, mejorando el factor que indujo su rechazo. Algunas pastillas permiten pulverizarse para diluir con líquidos y algunas cápsulas pueden verter su contenido en alimentos de papilla, bajo previa autorización médica.
Las gotas oculares requieren algo de preparación. Primero prepare todo lo que vaya a necesitar (medicamentos, pañuelos de papel, guantes) y lávese las manos. Póngase guantes para limpiar los párpados si fuera necesario. Acueste al niño boca arriba o, si el niño estuviera sentado, dígale que incline la cabeza hacia atrás. Tire del párpado inferior con cuidado y deje caer las gotas en el hueco (una gota en los menores de cuatro años y dos en los mayores). Es importante que el envase no toque ni el ojo ni el párpado. Seque el ojo cerrado con un pañuelo de papel. Para poner crema, de igual forma, solo ponga una raya de crema a lo largo del párpado inferior. Las gotas en oídos deben permanecer dentro por 5-10 minutos, girando la cabeza posteriormente para su expulsión.
Para aplicación de supositorios, se coloca al niño acostado sobre su lado izquierdo, la parte superior de su pierna debe estar flexionada para permitir separar los muslos. Si el supositorio tiene forma de bala se introduce primero su parte de punta y si es de lágrima la parte redondeada, para introducir en su totalidad hasta contactar nuestro dedo, mantener ahí por 5 minutos, para luego sentar al niño quieto 10 minutos sin evacuar.
Para aplicación de inyecciones, evitar los familiares la manifestación previa de temor, dar confianza y distraer al momento de la aplicación para luego compensar con afecto.
Los medicamentos inhalados o de nebulización requieren instrucciones específicas por tutoriales aprobados y/o por el médico para su correcta aplicación