Reciben el
nombre de vitaminas, las sustancias químicas que reúnen las características
siguientes: no se pueden producir en el cuerpo, se encuentran presentes en variedad
de alimentos, son necesarias para modificar reacciones químicas del metabolismo
y por tanto, necesarias para mantener el estado de salud, no funcionan como
nutrientes produciendo cantidades variables de calorías, y por último: su
deficiencia es capaz de producir alteraciones al estado de salud.
Por la forma
como se disuelven y se transportan en el interior del cuerpo, se dividen en dos
grupos principales: solubles en agua (hidrosolubles) y solubles en medios grasos (liposolubles),
siendo de mayor riesgo las liposolubles por su riesgo de poder acumularse en
los tejidos. Para su identificación se les nombra con diferentes letras a fin
de señalar sus propiedades especiales para su empleo específico.
Las diferentes
vitaminas de tipo B se reúnen en un grupo conocido como complejo (B). Estas
vitaminas del complejo B están estrechamente relacionadas con reacciones
bioquímicas seriadas, por lo que alguna deficiencia de ellas, puede interrumpir
la secuencia causando diferentes enfermedades o carencias. Debido a que la
alimentación con nutrientes deficientes de vitamina B, incluyen afección a
diferentes sustancias relacionadas con este complejo B, es posible encontrar
manifestaciones variadas de deficiencia de complejo B en un mismo paciente, lo
que justifica en su tratamiento su aporte. Se describen a continuación las
principales características a cada una de las vitaminas del complejo B para
conocer sus manifestaciones y el tipo natural de alimentos que las proporciona
para favorecer a su consumo diario.
Tiamina (B1). La
sustancia activa es útil para la obtención de energía y para la acción de
sustancias neurotransmisoras. Su deficiencia se establece en niños con
enfermedades de absorción intestinal o de alteración hepática. Es necesario
contar con incrementos de esta vitamina en condiciones de metabolismo
incrementado como actividad muscular, fiebre e hipertiroidismo. Su origen
proviene de la carne de cerdo, pescado, aves de corral, arroz, avena, trigo y
legumbres. Esta disminuida en el arroz que se lava repetidamente. Son
antagonistas de esta vitamina el consumo de café, té y los pescados
fermentados. La mayoría de los niños no requieren de su complementación.
La deficiencia
puede desarrollarse en los siguientes 2-3 meses posteriores a la ingesta
deficiente. Tiene signos tempranos inespecíficos que incluyen: fatiga, apatía,
irritabilidad, depresión, somnolencia, falta de apetito, náuseas, dolor
abdominal y dificultad para la concentración mental. A medida que la
deficiencia continúa, se presentan datos más específicos que incluyen sensación
de hormigueo, ardor, adormecimientos en dedos de manos y pies, disminución de
reflejos, calambres, caída del párpado, alteraciones visuales, ronquera. El cuadro
más avanzado produce dolor de cabeza, contracturas dolorosas y estado de coma.
En niños (lactantes)
alimentados con fórmulas sin leche (ej. soya), se puede encontrar: retraso del
desarrollo, diarrea, convulsiones, déficit auditivo, abdomen globoso.
Riboflavina
(B2). Participa en la producción de energía celular. Los alimentos que la
proporcionan incluyen: leche, huevo, leguminosas, carnes y hongos. La mayoría
de los cereales, harinas y panes están enriquecidos con riboflavina. Su
deficiencia se puede considerar en niños que tienen alteraciones inflamatorias
de la piel y mucosas como de labios (comisuras ardorosas), lengua, conjuntivas,
lagrimeo frecuente y dermatitis seborreica y también puede causar un tipo
especial de anemia. Se sospecha en niños con desnutrición que asocian alguna de
esas alteraciones.
Niacina (B3)
Además de participar en diferentes reacciones bioquímicas relacionadas con
obtención de energía y metabolismo de grasas, actúan en la diferenciación
celular. Los alimentos que se consideran fuente importante de esta vitamina
son: la carne, el pescado, aves de corral, cereales, legumbres y verduras de
hoja verde. Su deficiencia causa la pelagra que se presenta en comunidades
donde el maíz es el principal alimento. Se puede presentar como consecuencia de
anorexia nerviosa y hambrunas. Los datos iniciales de la pelagra incluyen
cansancio, debilidad, entumecimiento, mareos y sensación de ardor, seguido
posteriormente de los datos clásicos a base de lesiones en la piel
(dermatitis), diarrea y demencia. La dermatitis da la apariencia inicial como
de quemaduras solares con demarcación en forma de guantes o medias en
extremidades y alrededor del cuello. La piel desarrolla datos de hinchazón
seguidos de descamación con aparición de manchas oscuras en las zonas de curación.
Puede haber lesiones húmedas como variante previa. En la alteración nerviosa
desarrollan depresión, insomnio, desorientación y delirio. A menor edad no hay
estas alteraciones señaladas, pero se sospecha por falta de apetito,
irritabilidad, ansiedad y apatía como datos comunes. Se alternan cuadros de
diarrea y estreñimiento y puede asociar un tipo de anemia especial.
Piridoxina (B6)
Participa en el metabolismos de las proteínas y síntesis de transmisores
nerviosos además de acción de esteroides. Sus fuentes naturales están en
leches, cereales fortificados, carne, pescado, pollo, hígado, plátanos y arroz.
Se puede perder con el calentamiento excesivo de los alimentos. Su deficiencia
se presenta bajo ingesta de medicamentos específicos, en jóvenes con empleo de
anticonceptivos orales y quienes reciben diálisis. Los bebés manifiestan la
deficiencia con apatía, irritabilidad, convulsiones, vómitos y falta de
crecimiento. Las alteraciones de piel y mucosas originan fisuras labiales,
inflamación de lengua e inflamación de la piel alrededor de los ojos, nariz y
la boca. Puede asociar la presencia de cálculos en la vejiga urinaria,
disminución de una clase especial de glóbulos blancos con disminución en su
función para favorecer la recurrencia de infecciones. Se deberá considerar como
diagnostico posible, en epilepsias donde se han descartado otras causas y
persisten las convulsiones.
Biotina.
Considerada con una distribución amplia en los alimentos, es improbable que
exista su deficiencia. Existen alteraciones por la presencia de sustancias
antagonistas, como el consumo excesivo de claras de huevo y el ácido valproico
(antiepiléptico). Las manifestaciones por deficiencia incluyen dermatitis en
orificios naturales, cabello delgado y pérdida de cabello, letargia,
convulsiones, marcha inestable y retraimiento.
Folato. De forma
natural sus precursores se encuentran en vegetales, naranja y papaya. Se
produce en el intestino para absorberse e influir en expresión genética
celular. El ácido fólico es la forma sintética que se agrega en arroz y
cereales. Su deficiencia se origina con alteraciones intestinales, cuadros de
mayor demanda (psoriasis, tumores, anemia falciforme, crecimiento) o empleo de
medicamentos especiales. Se manifiesta por ulceras en la boca, deterioro
neurológico, anemia e infecciones oportunistas. Durante el embarazo puede
condicionar deficiencia de cierre del tubo neural (mielomeningocele), cabeza
pequeña, convulsiones y ceguera.
Cobalamina (B12)
es una sustancia importante para la formación de glóbulos rojos y maduración
del sistema nervioso. Sus fuentes dietéticas son exclusivamente de origen
animal. Su deficiencia se presenta en vegetarianos, enfermedades digestivas y
quienes emplean bloqueadores de la producción de ácido gástrico. Se expresa en
forma similar a la deficiencia de folatos con irritabilidad, flacidez corporal,
retraso del desarrollo y en forma especial se nota color oscuro en la zona de
nudillos y en las palmas. En niños y familiares vaganos se debe administrar en
forma adicional esta vitamina.
Con esta breve
revisión puede concluirse que bajo una alimentación adecuada, es poco probable
que se presente alguna deficiencia en especial. Ante condiciones de demanda
biológica se debe considerar su aporte y finalmente, que los datos de
deficiencia deben ser bien identificados para proporcionar el tratamiento en
forma oportuna...