Es la referencia
de esa sensación en intensidades variables, que se manifiesta en la parte
posterior del tronco corporal o en alguno de sus segmentos particulares. La
dorsalgia, hace referencia al dolor que incluye a vértebras relacionadas con
las costillas, mientras que la lumbalgia incluye solo vértebras de la cintura.
El sacro por la unión con el hueso de la pelvis, se le conoce como
sacroileítis, y a la parte terminal de la columna (coxis) se le llama
coccidínea. (coxalgia se relaciona con dolor de la cadera)
Entre los
dolores esqueléticos del grupo pediátrico, este dolor parece ser el segundo
tipo más frecuente en el niño, después del dolor articular. Es más común
durante la adolescencia. Cerca de un 25 a 35% de los casos de dolor de espalda,
llegan a ser motivo de evaluación, por asociar dificultades a la realización de
las actividades propias de su edad en el colegio, actividades deportivas,
domésticas o recreativas. Se debe tomar en cuenta siempre, que el dolor de
espalda es una manifestación de alguna alteración. Siempre existe alguna causa
que lo produzca; y el hecho de no encontrar la causa en particular, al final de
diversas evaluaciones y estudios especiales, justificará el término de dolor
inespecífico, que puede ser causado por pequeños esguinces musculares,
ligamentos alterados, pequeños problemas de los discos intervertebrales o en
las articulaciones intervertebrales que no puedan ser apreciados de forma
evidente.
Algunas causas
frecuentes de dolor de espalda en los menores, incluyen: posturas viciosas,
ejercicios inapropiados o la carga de mochilas con peso excesivo. Si el dolor
es persistente y localizado en un solo sitio, es importante que se efectúe una
valoración médica para definir su causa, establecer su pronóstico e iniciar su
tratamiento, ya que en algunas ocasiones, las causas poco comunes pueden tener
un desenlace diferente. Por otra parte, considerando que un niño con dolor de
espalda puede convertirse en un adulto con dolores recurrentes y limitación de
sus actividades, es importante estimular el cuidado de la espalda sensible en
los jóvenes.
La persistencia
del dolor puede ser establecido a partir de un primer incidente repentino, que
se puede mantener como constante, a partir de una variedad de factores que se
asocian en combinación secuencial. Así algunas lesiones relativamente pequeñas,
como resultado de algunas prácticas deportivas o de juegos habituales de la
infancia, pueden generar espasmos musculares, que en forma secundaria,
condicionan a que otros grupos musculares deban tener una actividad más intensa
que otros. Esto puede causar fatiga, inflamación, persistencia e incremento del
dolor de espalda. Se justifica siempre que ante alguna lesión en la espalda
-como medida para evitar su persistencia-, se le debe evitar al paciente
continuar sus actividades físicas a fin de evitar mala evolución.
Existen
condiciones particulares, que influyen a la referencia del dolor de espalda en
los niños, entre los que destacan: la edad, ya que los mayores de 12 años
reportan el dolor de espalda con mayor frecuencia que los menores a esa edad.
Por género, puede relacionar que sea más común de ser referido por las mujeres.
Mochilas, considerar su influencia cuando rebasan el 10% del peso corporal del
niño; y que en ocasiones, no la acomodan en la espalda de forma apropiada. El
estilo de vida, ya que es más frecuente en quien acostumbra ver mucho tiempo la
televisión o pasar mucho tiempo en computadoras, en especial, con posturas
anormales. La complexión física, ya que es más frecuente el dolor de espalda en
quienes sufren de sobrepeso o de obesidad. Práctica de deportes especiales como
futbol, basquetbol, equitación, remo, pesas, gimnasia, danza donde la
participación de la columna puede sufrir impactos frecuentes. En actividades
con fines competitivos por entrenamiento excesivo. Estados emocionales como la
depresión y la autoestima baja pueden relacionarlo; y por último, en
antecedente de lesiones previas como esguinces, contracturas y/o desgarros
musculares.
Dentro de la
población pediátrica, existen condiciones adicionales especiales que justifican
la atención médica inmediata, incluyen: menores de cuatro años de edad,
asociarse con alteraciones adicionales que afecten otras partes corporales,
interferencia o limitación a las actividades habituales, intensidad progresiva del
dolor, desviación inicial de la columna y/o acompañarse de alteraciones
sensoriales o motoras.
Para la
evaluación en la consulta de esta enfermedad, es necesario responder en forma
amplia a las preguntas que formula el médico, a fin de darle elementos para
poder identificar la causa y evolución del cuadro. La revisión aportará datos
físicos relacionados con el comportamiento de la enfermedad; y los estudios
adicionales de imagen, considera complementar los datos para poder establecer
de forma precisa el padecimiento, para definir su tratamiento inmediato o plan
de vigilancia a seguir. Debe valorarse por el traumatólogo pediatra, pediatra,
fisioterapeuta, radiólogo y psicólogo.
Las causas son
variadas y se pueden agrupar en diferentes condiciones elementales:
Origen congénito,
son alteraciones presentes desde el nacimiento, como: la desviación congénita
de la columna (escoliosis), jorobas (cifosis), reducción del canal medular; que
por su origen, se consideran raras de llegar a causar dolor.
Procesos
inflamatorios, que pueden ser de origen infeccioso como la brucelosis,
tuberculosis, infección bacteriana de las vértebras (osteomielitis).
Autoinmunes como la artritis crónica juvenil y la espondilitis anquilosante.
Traumáticas con afección al disco intervertebral o ligamentos relacionados. Se
consideran al asociarse con la fiebre.
Alteraciones del
desarrollo, presentes con la modificación a las proporciones corporales en
especial, durante la etapa pre y adolescente. Se notan: cifosis (jorobas),
desviación de la columna (escoliosis); y las reacciones inflamatorias a nivel
de los tejidos óseos con los cartilaginosos, como la enfermedad de Scheuermann
que condiciona la modificación vertebral para adquirir forma de cuña.
Trastornos
mecánicos y degenerativos, como la perdida de contacto lateral posterior entre
vértebras (espondilólisis); que al ser bilateral, puede condicionar
desplazamiento del cuerpo vertebral hacia delante (espondilolistesis), para
causar dolor en la región de la cintura, más frecuente en la población adolescente.
Traumatismos que comprimen o mueven al disco intervertebral o causen compresión
lateral (hernia), ligamentos tensos.
Tumores. Que
pueden ser de origen vertebral, neurológico o paravertebral. En cada uno de
ellos pueden existir variedades de comportamiento (benigno o maligno). Los
tumores vertebrales durante la infancia, en la mayoría de las ocasiones tienen
comportamiento benigno (70%), a diferencia del adulto que el 70% de sus casos
son malignos. De los vertebrales benignos, se describen el osteoma osteoide,
osteoblastoma, quiste óseo aneurismático, tumor de células gigantes y el
granuloma eosinófilo, que se identifican por su imagen en estudios específicos.
Algunos de ellos causan dolor de predominio nocturno en la espalda que al ceder
con analgésicos, hacen confiar a los padres sobre una patología simple. Los
tumores malignos son extremadamente raros, pero se pueden presentar en forma de
osteosarcoma, sarcoma de Ewing y la leucemia por infiltración de células al
interior de estructuras vertebrales. Se asocian con fiebre, mal estado general.
Los tumores de
origen neurológico pueden tener comportamiento benigno como los lipomas,
neurofibroma o teratoma. Otros, son malignos: astrocitoma, ependimoma,
meduloblastoma y metástasis. Los tumores paravertebrales se relacionan por su
cercanía a la columna. Incluyen: neuroblastoma (sistema simpático) y el
nefroblastoma (riñón).
Finalmente el
idiopático, puede representar la mayor proporción al estar originado por cargas
excesivas en la espalda, ejercicios bruscos, sobrepeso y obesidad, empleo de
zapatillas, alteraciones de conducta con comportamiento de dramatización.
La manifestación
del dolor de espalda, siempre deberá condicionar determinar su causa, ya que su
tratamiento puede ser: desde corroborar conducta anormal, hasta cánceres…