La glucosa es un
azúcar que proviene de los alimentos, y también se forma y se almacena dentro
del cuerpo. Es la principal fuente de energía para las células del cuerpo y se
transporta a través del torrente sanguíneo.
Cuando los
niveles de glucosa en la sangre (también llamados niveles de azúcar en la
sangre) bajan demasiado, se llama hipoglucemia.
No importa lo
que hagamos, incluso durante el sueño, nuestros cerebros dependen de la glucosa
para funcionar. Los niveles muy bajos de azúcar en la sangre pueden causar
síntomas graves que requieren tratamiento médico inmediato.
Debido a que la
glucosa es la forma de energía fundamental de la célula, los trastornos que
afectan su disponibilidad o uso pueden causar hipoglucemia. La hipoglucemia es
un problema clínico común en recién nacidos, es menos común en bebés y niños
pequeños, y es raro en niños mayores. Puede ser causado por varias condiciones.
Durante la etapa de recién nacido, está asociada a la suspensión súbita del
aporte excesivo de glucosa que la madre proporcionaba por la circulación
placentaria, al momento de cortarse el cordón umbilical. Ya durante la
infancia, la causa más común de hipoglucemia leve o grave es la diabetes tipo 1
tratada con insulina, cuando existe una falta de coincidencia entre los
alimentos, el ejercicio y la insulina.
Las
consecuencias a largo plazo de la hipoglucemia en etapa neonatal, incluyen una
disminución del tamaño de la cabeza, un cociente intelectual más bajo y
anormalidades cerebrales regionales específicas
Cuando se trata
de niños con diabetes, uno de los principales objetivos del cuidado de esta
enfermedad, es evitar que los niveles de azúcar en la sangre se mantengan
demasiado altos, para evitar problemas de salud tanto a corto como a largo
plazo. Para hacer esto, los niños o adolescentes con diabetes pueden usar
insulina y / o píldoras, dependiendo del tipo de diabetes que tengan. Por lo
general, estos medicamentos ayudan a mantener los niveles de azúcar en la
sangre en un rango saludable, pero en ciertas situaciones, pueden hacer que
bajen demasiado.
La hipoglucemia
puede ocurrir en cualquier momento, en los niños que se administran insulina para
bajar el nivel de azúcar en la sangre, pero es más probable si alguno salta o
retrasa las comidas, o los refrigerios, o no come tantos alimentos que
contienen carbohidratos como se esperaba cuando toma el medicamento para la
diabetes. Esto es común en niños que desarrollan una enfermedad adicional (como
una infección estomacal) que causa pérdida de apetito, náuseas o vómitos y
aplica demasiada insulina, toma el tipo incorrecto de insulina o toma insulina
en el momento equivocado. Ejercicios más de lo normal sin comer bocadillos
adicionales; o ajustar la dosis de medicamentos para la diabetes, para ayudar a
prevenir las caídas en el nivel de azúcar.
Ante una caída
en los niveles de la glucosa en la sangre, el organismo responde con otros
mecanismos para elevar la concentración. Se inhibe primero la liberación de
mayor cantidad de insulina y a continuación, obtiene mayor cantidad de glucosa
a partir de la desintegración de la glucosa almacenada en otra forma bioquímica;
y además, transforma otras sustancias (proteínas y grasas) para liberar más
glucosa. Cuando estos mecanismos de compensación fallan, se tendrá de forma
irreversible la hipoglucemia.
En el recién
nacido se ven más afectados en especial, los niños desnutridos dentro del
vientre materno, por no contar con las reservas suficientes para obtener
glucosa adicional. Por otra parte, los hijos de madre diabética, ante la
cantidad excesiva y constante de glucosa que recibían por la circulación
placentaria, tienen una mayor cantidad de insulina circulante, que disminuye de
forma significativa el nivel de la azúcar, en la etapa de recién nacido. El
tejido cerebral en esta etapa es uno de los más demandantes de esta fuente de
energía. Al no contar con ella, el daño a las células será proporcional a la
deficiencia que se manifieste. Algunas neuronas llegan a morir ante su ausencia
total; mientras otras, podrán quedar con alteraciones funcionales posteriores.
El cuadro durante esta etapa de recién nacido puede generar la muerte del paciente,
déficit en su desarrollo neuromotor, limitación de habilidades de aprendizaje
y/o eventos convulsivos recurrentes.
La hipoglucemia
es más común en el período del recién nacido. La incidencia de nuevos casos
disminuye con el aumento de la edad, y la verdadera hipoglucemia es
extremadamente rara en adolescentes. La edad del paciente también es útil para
evaluar el diagnóstico probable de hipoglucemia. Durante la infancia, las
alteraciones hormonales y algunas condiciones del metabolismo específicos son
las causas que puedan condicionar la hipoglucemia. En los adolescentes, los
ayunos prolongados son causa común de hipoglucemia transitoria. Deben
descartarse los tumores pancreáticos.
Los síntomas de
hipoglucemia reflejan dos vías clínicas principales. La primera, es causada por
la activación del sistema nervioso autónomo, que causa síntomas como
sudoración, temblores, sofocación, ansiedad, escalofríos, palpitaciones y
hambre. El segundo grupo de síntomas se debe a la disminución de la glucosa en
centros nerviosos específicos, e incluye: una incapacidad para concentrarse,
confusión, cansancio, sensación de llanto, dificultad para hablar, visión
borrosa, cambios de comportamiento, falta de coordinación, convulsiones,
desmayos, debilidad y somnolencia. Se puede describir un tercer grupo de
manifestaciones, los síntomas inespecíficos, que incluyen: hormigueo en la
boca, boca seca, visión borrosa, dolor de cabeza y náuseas. Todos estos
síntomas, varían según la edad del paciente.
De manera
particular durante la etapa del recién nacido se podrá considerar, cuando el
bebé manifieste: letargia, mala alimentación, irritabilidad, temperatura
corporal baja, dificultad para respirar, alteraciones de ritmo respiratorio,
coma o muerte súbita.
Con la existencia
de alguna de estas alteraciones compatibles para la hipoglucemia, se establece
como urgente su atención médica a fin de comprobar el cuadro y dar el
tratamiento inmediato adecuado.
Para comprobar
los niveles de glucosa, se emplea su cuantificación con un dispositivo especial,
que permite cuantificar los niveles de glucosa en una muestra de sangre tan
pequeña, como una gota.
Solo se deberán
considerar por parte del médico, algunas posibilidades adicionales que puedan
ser confundidas con esta alteración. En la mayoría de ellas, se podrán tomar en
cuenta con otros datos que el médico encuentra durante el interrogatorio y
exploración.
En cuanto a su
tratamiento, como prioridad para evitar consecuencias cerebrales, se deberá de
administrar glucosa por vía endovenosa, en una cantidad inicial específica para
continuar con otra, que sirva de mantenimiento para evitar descensos. Si el
paciente es colaborador y se encuentra conciente, se podrá ofrecer la glucosa
mediante el consumo de productos naturales que la contengan en cantidades
aceptables.
A veces, un niño
con diabetes puede presentar síntomas de niveles bajos de azúcar en la sangre,
pero los niveles determinados con el equipo no son realmente bajos. Esto es una
llamada reacción falsa. Bajo esta condición, la habilidad del médico de poder
asegurar los niveles de azúcar en la sangre, antes de administrar tratamiento
para la hipoglucemia puede ayudarlo a identificar reacciones falsas. Por otra
parte, algunos niños pueden aprender a simular síntomas de niveles bajos de
azúcar en la sangre, para obtener un tratamiento azucarado o evitar algo
desagradable. Nuevamente, verificar el nivel de azúcar en la sangre puede
confirmar la presencia de hipoglucemia.
Para evitar
daños neurológicos es importante analizar los signos y síntomas del bajo nivel
de azúcar en la sangre con su hijo… en especial de los que no pueden hablar
aún.