Con el
desarrollo de las nuevas tecnologías, es muy común que la población de
adolescentes sufra de problemas en su desarrollo físico y condición
personal-social.
Suelen
despedirse de los padres para retirarse a dormir en apariencia en hora
adecuada, pero al cerrar su habitación, su inquietud los mantiene despierto por
largos periodos por el interés generado en la televisión, computadora, celular
y/o videojuegos.
El sueño es una
condición natural en el ser humano para dar descanso a la mayoría de los
sistemas. Con liberación de sustancias especiales, se reparan tejidos dañados y
en esta fase de la vida (además de las previas), estimula el crecimiento y
desarrollo de los tejidos; y durante toda la vida, le permite al cerebro
efectuar mecanismos de limpieza de sustancias químicas, que pueden
potencialmente causarle daño en sus funciones.
Todos los
adolescentes que en las noches pasan sin dormir lo suficiente, pueden
desarrollar una falta de sueño, con la consecuencia que esta deficiencia les
genera al paso del tiempo: dificultad para lograr concentrarse, poder trabajar
de forma eficiente o de estudiar. En sus condiciones emocionales genera
irritabilidad fácil y/o depresión.
En forma simple,
podemos señalar que el sueño normal está influenciado por la obscuridad, a
liberar una sustancia que induce los cambios químicos para dar origen a los
mecanismos de reparación, limpieza y estimulación específicos durante los
diferentes momentos que tiene un ciclo normal de sueño. Este ciclo está
integrado por cinco etapas especiales. Las primeras cuatro se identifican en
números progresivos. En las primeras dos fases el ritmo de trabajo del corazón
y la respiración, disminuyen al igual que la temperatura corporal en
comparación a la actividad diaria, iniciando el sueño del cual es fácil
despertar al paciente por tener un sueño superficial. En las siguientes dos
etapas, el sueño se caracteriza por tener mayor profundidad y es difícil
despertar; notando que al conseguirlo el paciente se siente desorientado y
confundido durante algunos minutos. En esta fase es cuando se realizan la
mayoría de las funciones reparadoras y es la que permite la recuperación física
con la sensación evidente de descanso. En estas fases, ocurre la liberación de
la hormona de crecimiento con el significado especial en esta edad para incluir
estimulación al crecimiento. En adultos, esta hormona se encarga de reparar
tejidos y ya no actúa sobre el crecimiento, al no existir zonas de crecimiento.
En la medida que la edad avanza la cantidad de tejidos lesionados pierde
proporción a la capacidad reparadora de la hormona. Posterior a la fase 4 del
sueño, se presenta una etapa que por causar movimientos oculares rápidos se
conoce por sus iniciales como fase MOR (REM en inglés) que se caracteriza por
aceleración del ritmo respiratorio y cardíaco, con extremidades sin movimientos
en donde se generan los sueños más vívidos. La duración de estas cinco fases
del sueño, tiene periodos de duración aproximados de 90 a 100 minutos, por lo
que es posible que en una noche normal, se puedan desarrollar cuatro o cinco
ciclos de sueño con sus mecanismos reparadores asociados. Entre los problemas
del sueño a esta edad, tenemos:
Insomnio. Con la
disminución en la iluminación natural, se produce en el organismo la liberación
de una sustancia (melatonina) que define el horario biológico de cada organismo
para su descanso correspondiente. Cuando el sueño no se induce en relación a la
condición natural, se modifica el reloj biológico generando esta alteración en
donde el adolescente tiene dificultad para iniciar su sueño por la alteración
del ciclo biológico, por lo que es común que “aprovecha” esa condición para
navegar por internet, ver televisión o escribir mensajes, sin advertir que ésta
iluminación de los dispositivos, seguirá impidiendo una función normal en su
cerebro, causando en consecuencia una disminución en la frecuencia y duración
de los ciclos del sueño, cuando a esta edad el periodo de sueño normal debe ser
de 8 a 9 horas. De forma secundaria, al día siguiente se tiene sensación de
sueño y fatiga, que afecta al rendimiento físico e intelectual del adolescente.
La preocupación generada por esta deficiencia, asocia luego afección emocional,
que se agregará como causa adicional al insomnio crónico. La personalidad del
adolescente se trastorna con periodos de depresión y/o de irritabilidad,
afectando a su rendimiento escolar. Debe descartarse factores particulares que
pueden afectar el inicio del sueño, como: nariz tapada, calor local, incomodidad
del lecho, etc.
Apnea del sueño.
Es una condición donde el adolescente por tener obesidad, anginas o adenoides
crecidas, desarrolla obstrucción al paso de la columna de aire a los pulmones;
en especial, en la fase del sueño donde los tejidos se relajan. En ese momento,
se despiertan interrumpiendo sus ciclos de sueño; y al día siguiente,
manifiestan somnolencia o irritabilidad por no haber conseguid descansar de
forma apropiada.
Movimientos
periódicos. Por llegar a percibir durante el sueño, sensaciones especiales
como: hormigueo, cosquillas, calambres, ardor o dolor en las extremidades; los
adolescentes, manifiestan sacudidas de forma secundaria para aliviar estas
molestias. Se notan como movimientos bruscos que en ocasiones interrumpen el
sueño y generan al día siguiente, la sensación de cansancio o irritabilidad por
no haber podido dormir bien.
Pesadillas. Se
manifiestan relacionadas a situaciones de ansiedad, tensión emocional e incluso,
la falta de sueño acumuladas en el adolescente; y en otras ocasiones
secundarias al consumo de drogas o de alcohol. Suelen afectar la continuidad de
sus ciclos de sueño.
Narcolepsia.
Como consecuencia de la deficiencia de sueño, el adolescente se puede
manifestar muy soñoliento durante el día; y posiblemente, tenga ataques de
sueño intenso por ratos, en los que pueden quedar dormidos de forma súbita,
perdiendo el control muscular, con el riesgo de accidentes especiales si
conducían un vehículo o realizaban alguna manipulación con instrumentos de
riesgo.
Sonambulismo. No
es tan frecuente en la adolescencia ya que se manifiesta en forma mayor durante
la infancia, pero suele tener relación con antecedentes familiares. Se asocia
más a menudo cuando el adolescente tiene fiebre, no duerme bien o tiene condición
de estrés. Esta alteración se presenta en la fase de sueño más profundo (fases
3 y 4), permitiendo el desplazamiento corporal por la habitación hasta volver a
acosarse en su cama. En general, no recuerdan nada del episodio y de preferencia
se les puede ayudar esquivándole obstáculos a su paso y guiándolos con
delicadeza. Si se les despierta en esta fase de sueño, pueden tener sensación
de sobresalto.
Toda ocasión que
se noten cambios en el comportamiento del adolescente, como: tristeza,
irritabilidad o hiperactividad, asociado con somnolencia y disminución en el
rendimiento escolar o físico, se deberá establecer la alternativa que existen
alteraciones en su sueño que requieren de la valoración especializada, que
puede incluir al especialista en sueño, pediatra, psicólogo o paidopsiquiatra,
tomando conciencia que se deben formalizar normas y límites en el hogar, para
condicionar horarios adecuados.
Como sugerencias
para evitar estas alteraciones, se refieren: regularizar la hora de dormir y
despertar para permitir un tiempo mínimo de ocho horas diario, con exposición a
la luz diurna normal (sin empleo de lentes). Evitar las actividades
estimulantes en el horario al final de la tarde que lo mantengan en condición
alerta o hasta por lo menos una hora antes de dormir, practicar de preferencia
alguna actividad física de forma regular, que le favorezca a una sensación de
descanso o recuperación posterior. Evitar el consumo de medicamentos o
alimentos estimulantes (café, chocolates, té, alcohol) por las tardes y menos
por las noches, al igual que jugar con vídeo juegos o ver la televisión antes
de dormir. Organizarse en sus estudios y tareas escolares, a fin de evitar la
exigencia al cerebro de tener que guardar información o analizar conocimientos,
cuando es el momento natural que tiene para descansar y purificar sus
sustancias dañinas. Recordar que si hay interferencia al sueño normal, habrá
limitación a su talla final…