Es la condición
resultante de una compresión brusca del contenido escrotal contra el hueso
púbico. Ocurre con mayor frecuencia
entre niños de 6 a 12 años con mecanismos típicos, que incluyen caídas o
patadas durante deportes y lesiones por colisiones de bicicletas o vehículos
motorizados. En niños menores de seis años predominan las lesiones por caídas o
en los inodoros. En los varones adolescentes, también se producen lesiones
relacionadas con los deportes y las caídas, pero los traumatismos múltiples con
lesiones escrotales asociadas a accidentes automovilísticos y agresiones
también son una causa importante.
Las lesiones
escrotales penetrantes son poco comunes en los niños, pero pueden ocurrir con
el manubrio de la bicicleta, caídas contra objetos cortantes y mordeduras de
animales. En adolescentes y adultos jóvenes, también se describen lesiones con heridas
de bala o por arma blanca, incluidas lesiones de automutilación y mordeduras de
humanos o animales. En otras ocasiones, las lesiones se producen por
radiaciones o quemaduras (química, térmico o eléctrico).
Considerando que
de forma habitual el testículo derecho se encuentra siempre en una posición más
alta que el izquierdo (por el desarrollo intestinal normal), influye esa
circunstancia, para que sea ese el que tenga mayor riesgo de lesión
contundente, por estar más próximo a su compresión contra el hueso de la
pelvis.
Las lesiones que
se pueden generar ante un traumatismo pueden ser muy variadas, de acuerdo con
la forma como se realiza la mecánica del evento. Se pueden presentar rotura de
tejidos (laceraciones), compresiones (contusiones), hemorragias con acumulación
de sangre en forma secundaria (hematomas), respuestas inflamatorias
(hinchazón), pérdida de relación de tejidos (luxación), torsión de ligamentos
y/ o desprendimiento de tejidos (amputación).
Por el tipo de
lesión, también es posible que existan alteraciones a zonas anatómicas
diferentes que pueden incluir vejiga urinaria, hueso de la pelvis, trayecto
urinario además de la parte final del intestino grueso y región anal.
En general, las
lesiones penetrantes y los traumatismo múltiples con lesión escrotal por
contusión (aplastamiento), sus manifestaciones suelen presentarse de forma
inmediata, a diferencia de quienes tiene un golpe aislado sin afección a la
integridad de la bolsa escrotal, que luego del dolor inicial quedan sin
alteración adicional por un tiempo variable, que influye para retrasar la
evaluación médica.
Como datos
importantes a señalar siempre para la evaluación posible de lesiones internas,
es necesario que el paciente o sus familiares, proporcione información de
condiciones previas: si ya existía en forma previa alguna enfermedad que pueda
afectar la función genital (ej. paperas, enfermedades hemorrágicas, problemas
vasculares, etc.), para tomar en cuenta y modificar su posible influencia al
desarrollo de complicaciones.
Los datos de
alteraciones asociadas pueden variar, pero en forma primordial el dolor súbito
intenso en zona genital, que se irradia hacia la región inguinal del lado
afectado, puede tener intensidad variable: desde muy intenso, insoportable,
acompañado de sensación de náuseas, vómitos y/o disminución de la presión
arterial, hasta su pérdida (súbita o rápidamente progresiva) del conocimiento.
Como hallazgo en
su revisión, la zona afectada se nota con proceso inflamatorio evidente que
puede hacer desaparecer las arrugas de piel habituales; o incluso, con aumento
de volumen notorio, asociado con tensión de la piel evidente, ante el cual, su
revisión por medio de la exploración manual puede condicionar mayor sensación
de dolor o malestar, que limita el percibir modificaciones especiales. Si el
aumento de volumen no tiene aspecto traslúcido, se puede considerar acumulación
de sangre.
Es necesario, bajo
estas circunstancias que su evaluación debe asociar estudios de imagen no
invasivos radiográficos o de ultrasonido, incluyendo endoscopias si hay
sospecha de lesión en vías urinarias.
Ante un
traumatismo evidente o aparentemente negado, asociado a inflamación, es
necesaria la evaluación médica a la brevedad posible, ya que la deficiencia en
la circulación testicular y los cambios de temperatura locales, pueden exponer
al testículo a comprometer su función hormonal y reproductiva.
Toda evaluación en
forma inicial debe establecerse por el médico general o de preferencia por el
pediatra, pero ante sospecha de posible complicación, podrá ser derivado para
su manejo con el cirujano pediatra y/o el urólogo pediatra, a la brevedad
necesaria de acuerdo al grado de complejidad o pronóstico.
Durante la
revisión, el médico realizará maniobras específicas para determinar la lesión secundaria
específica al traumatismo escrotal, para definir su condición y su manejo más
adecuado a establecerse. En caso necesario, podrá emplear estudios de
laboratorio o imágenes de gabinete para tener mejor certeza del daño,
tratamiento y pronóstico posterior, debiendo incluir la revisión a las
estructuras relacionadas.
A fin de
identificar la gravedad del problema, se refieren a continuación condiciones a
tomar en cuenta para identificar la prioridad de atención médica:
En primer lugar,
se establece como trauma leve, cuando el dolor y la hinchazón son mínimos y hay
aspecto físico aparente normal de los testículos en su interior. Bajo estas
condiciones, como manejo se puede establecer reposo en cama, aplicación de
compresas de hielo de acuerdo con su tolerancia, empleo de ropa interior que
presione o limite la inflamación testicular (calzoncillos en lugar de boxers).
Su evaluación médica puede retrasarse máximo hasta por 48 hr, en donde es
posible la mejoría de su estado inicial.
Trauma moderado,
cuando hay dolor de intensidad moderada que limita, pero no impide la
deambulación, acompañado de hinchazón notoria testicular. Estos pacientes ya
ameritan la evaluación médica inmediata, para descartar con la revisión o
estudios de imagen (ultrasonido) las condiciones internas del testículo. Si la
imagen del estudio es normal, conviene su valoración médica durante las
siguientes 48 horas para descartar algún tipo de tratamiento quirúrgico
especial.
El trauma grave
establece la existencia de dolor muy intenso (insoportable) que no permite la
deambulación, una hinchazón de inicio inmediato al trauma y cambios de
coloración superficial de la zona afectada o que en ocasiones se acompañe de afección
especial a alguna función vital (inconsciencia, dificultad respiratoria, etc.).
Estos pacientes deben ser valorados de forma urgente, bajo ambiente
hospitalario.
Es posible que una
mayoría de las ocasiones, el cuadro pueda quedar incluido en las condiciones
compatibles de trauma leve para poder ofrecer atención y vigilancia en casa,
pero sin dejar de tener su respectiva evaluación médica. En cambio, ya desde
que el cuadro pueda tener condición moderada (o evolucionar de leve a
moderada), es prioritaria la evaluación médica, por riesgo de vitalidad
testicular en siguientes 48 horas.
Es obvio
considerar que toda lesión que tenga carácter penetrante debe ser atendida de
forma urgente a nivel hospitalario para establecer medidas preventivas contra
procesos infecciosos asociados mediante empleo de curación específica,
antibióticos, vacunas, además de descartar complicaciones asociadas en otros
sitios.
De forma
preventiva, se recomienda el empleo de protector genital con las actividades
físicas de riesgo. Cuando el mecanismo del trauma es dudoso o no se reporta,
además de la edad menor del paciente, asociado con lesiones en genitales o
región anal, debe motivar a descartar abuso infantil o maltrato familiar, ante
lo cual siempre justificará notificación legal a fin de ofrecer protección al
menor… considere siempre que además de las secuelas físicas puede haber importantes
secuelas emocionales a futuro.