En términos médicos se le conoce como hematuria. La presencia de sangre en
la orina de los niños, es motivo de gran preocupación e inquietud en los
padres.
Para su clasificación, este hallazgo puede ser detectable a simple vista
(hematuria macroscópica), o solo se detecta mediante tiras especiales reactivas
o con la revisión por microscopio del sedimento urinario (microscópica) y se
reporta como hallazgo particular en el estudio general de orina.
En relación a sus causas, puede estar relacionada con diferentes
enfermedades de vías urinarias, renales o sistémicas.
Por su evolución, pueden ser consideradas unas de comportamiento benigno, y
otras de curso potencialmente grave y progresivo.
El primer paso es la confirmación de
la hematuria, o sea demostrar la evidencia de sangre en orina. La prueba
positiva de hematuria realizada con tira reactiva obliga a utilizar un análisis
de orina para confirmar el diagnóstico.
Por un lado tenemos que se habla de
microhematuria, cuando se detecta la presencia de más de cinco glóbulos rojos por
campo de gran aumento (en microscopio), en un sedimento de 10 mL de orina
centrifugada y recién emitida.
Por otra parte, el diagnóstico de
hematuria macroscópica es mucho más fácil por la presencia de orinas rojas; sin
embargo, no se debe confiar en las coloraciones engañosas de la orina (falsas
hematurias).
Ante la presencia de una orina de
color rojo, se deberá de precisar:
Por su aspecto, si se trata de un
color pardo o cola, con posible origen de los riñones; o bien, si es de color
rojo intenso, brillante o rosado (puede contener coágulos), generalmente se
corresponde con el sistema excretor, principalmente con la parte inferior del
aparato urinario (vejiga y uretra).
Si la orina es de color oscuro, pero
los estudios de laboratorio no confirman elementos de la sangre como las
células (eritrocitos), o su contenido (hemoglobina); se le considera entonces
como falsas hematurias. Entre los elementos que pueden causar esta alteración,
se encuentran: alimentos como el betabel, rábanos, remolachas, cátsup, dulces o
helados con colorantes artificiales; algunos medicamentos, enfermedades con
destrucción de glóbulos rojos o deficiencia en la eliminación de su contenido
(por ejemplo: paludismo y hepatitis); de forma transitoria en el recién nacido
o bien, solo una orina muy concentrada por déficit en contenido de agua por
deshidratación o ejercicio. Por su
permanencia o no de la hematuria durante toda la micción: puede ser de tipo
inicial y generalmente de origen en vías urinarias bajas; si es de aparición al
terminar la micción, puede corresponder a origen de la vejiga urinaria; y en
caso de presentarse durante toda la micción su origen puede ser de riñones o
vías urinarias altas.
Se deberá de informar también para
establecer su posible origen, de las circunstancias acompañantes tales como: traumatismos,
esfuerzos físicos, fiebre, dolor abdominal o de espalda, ardor o dolor durante
la micción, enfermedades respiratorias o de la piel (como moretones ó puntos
pequeños rojos).
Es importante también describir al
médico sobre el inicio y la forma de evolución, con posible existencia de
recurrencias además de los antecedentes familiares con esta alteración.
Entre las
enfermedades que pueden manifestar esta alteración, se encuentran afecciones
renales como: la presencia de los cálculos, tuberculosis, tumores ó cánceres, traumatismos,
o malformaciones desde el nacimiento (congénitas).
Otro grupo muy
importante de alteraciones que se manifiestan con este signo (hematuria), son
algunas enfermedades que afectan a las estructuras microscópicas del riñón, con
la particularidad que su deficiencia en la atención o tratamiento, puede llevar
al paciente hacia la insuficiencia renal progresiva en tiempos variables. En su
desarrollo, participa la formación de anticuerpos de forma anormal, que atacan
a las estructuras microscópicas del riñón de forma progresiva. Como ejemplo de
estas enfermedades, bajo condiciones particulares, es posible que una infección
en la garganta causada por la bacteria (Estreptococo), desencadene la formación
de anticuerpos que pueden lesionar a unidades microscópicas del riñón; y el
niño posteriormente puede dejar de tener función renal adecuada, y ser
dependiente luego de un sistema de diálisis o bien de trasplante renal futuro.
Otro grupo de
enfermedades, son las de alteraciones diferentes al sistema urinario, y entre
ellas podemos mencionar infecciones virales que causan inflamación a la vejiga
urinaria, infecciones de vías urinarias por bacterias, problemas de alteración sanguínea, ejercicios
intensos, y como algo excepcional por su frecuencia algunas alteraciones del
metabolismo.
Una vez,
ofrecida la información al médico y posterior a la revisión del paciente, se
podrá tener el diagnostico o la sospecha de la enfermedad, ante lo cual es
posible la realización de estudios de laboratorio, para poder establecer su
nivel de evolución o confirmarla.
El tratamiento
es individual para cada una de las causas, y puede tener opciones de
tratamiento a nivel domiciliario, hospitalario o bien en centros de alta
especialidad. En algunas ocasiones sin empleo de medicamentos y solo vigilancia
médica, hasta otro grupo de enfermos que pueden requerir medicamentos de alta
especialidad y de vigilancia muy estrecha.
A partir de un
niño que tuvo hematuria, no es posible generalizar -al igual que para ninguna
otra enfermedad-, y de ahí que los consejos o remedios de conocidos que hayan
tenido o conocido un caso similar, puede dar pronostico diferente a cada niño.
Lo mejor es acudir a la valoración profesional con su médico de confianza, o al
especialista en este tipo de padecimientos como son el nefrólogo, urólogo o
pediatra.
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