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Zoonosis

Una zoonosis es cualquier enfermedad que puede transmitirse de los animales a los seres humanos. En particular en la población infantil, este tipo de enfermedades derivan de la relación que existe con la variedad de los animales domésticos, cuyo número aproximado varía entre 35 a 40 especies.
Se distingue el término de mascota, como aplicado al animal mantenido bajo dependencia del hombre por placer, más que por utilidad; para diferenciarlo del otro concepto que define al animal de compañía, como: dependiente y asociado a una persona, que asiste y vive en una forma incondicional.
En nuestro país existen algunas estimaciones aproximadas sobre el número de animales en los hogares, y se refiera la existencia aproximada de 13.3 millones de perros, 8.3 millones de gatos, 16.2 millones de aves y 7.8 millones de peces de acuario. Así mismo, se estima que el 51% de los hogares cuentan con perros, 32% tienen gatos. Además, aunque una persona no tenga mascotas, puede tener contacto o relación con la de sus vecinos o por lo menos con sus excretas.
Estrictamente hablando, las zoonosis se refieren sólo a aquellas enfermedades e infecciones, naturalmente transmitidas entre animales vertebrados y humanos, según la Organización Mundial de la Salud.
El contacto con animales en grandes ciudades es frecuente. Estas mascotas “urbanas” usualmente son mantenidas dentro de las casas y viven en contacto estrecho con sus dueños y no en raras ocasiones comparten la cama con él.
Estos animales que interactúan con los niños, pueden transmitir algunas enfermedades por diferentes mecanismos, como: diseminación por contacto (como las mordeduras, arañazos, o productos infectados como la piel, pelos, excretas), a través de insectos (como pulgas, garrapatas, etc.), diseminación aérea (transmisión por aerosol a grandes distancias), por vehículos o fuente común (como agua y alimentos contaminados).
Existen enfermedades que padecen los animales en forma especial, sin posibilidad de contagiar a los seres humanos y son consideradas como exclusivas de especie, ante lo cual el veterinario puede ofrecer la información correspondiente.
Pero las mascotas también son portadoras de algunas bacterias, virus, parásitos y hongos que pueden provocar enfermedades en los seres humanos a quienes infectan, y de particular interés resultan los que tienen deficiencia en sus mecanismos de defensa, como: recién nacidos, desnutridos, SIDA, trasplantados, cánceres, madres embarazadas y algunos con enfermedades de la sangre.
El problema de estas enfermedades, es que generan alteraciones corporales que no son tan fáciles de identificar, al momento de iniciar con sus manifestaciones e incluso cuando ya se encuentra establecido el cuadro agudo, hasta que se define el antecedente de contacto con el animal de sospecha en transmisión. Habrá que identificar si el animal tiene algún dato característico que oriente sobre la enfermedad; y en caso de haber fallecido antes, relacionar las manifestaciones de su enfermedad con las que presente el paciente. A continuación señalamos algunas, relacionadas con animales que la causan.
Campylobacter. La infección es transmitida por los animales que la portan como los perros, gatos, hámsters, aves y algunos animales de granjas. Se contrae la infección si la persona tiene contacto con el agua contaminada, heces, carne poco cocida o leche no pasteurizada, produciendo dolor abdominal, diarrea y fiebre en los seres humanos, que se hace contagiosa entre los integrantes de la misma familia y entre los niños que tienen contacto en las guarderías. Su tratamiento requiere del empleo de antibiótico para su control y mejoría del cuadro.
Enfermedad por arañazo de gato. Se desarrolla al recibir una mordedura o arañazo de gato que en su saliva porta la bacteria que causa en el humano: inflamación y molestias en los ganglios cercanos a la herida, fiebre, dolor de cabeza y fatiga. Suele desaparecer en forma espontánea y en ocasiones se puede asociar con complicaciones a largo plazo.
Rabia. Es una infección grave, generada por la mordedura de un animal o herida contaminada por la saliva del animal infectado. Los animales capaces de transmitirla son los perros, gatos, mapaches, ratas, murciélagos, zorrillos y zorros. La vacunación masiva aplicada en los perros ha permitido extinguir esta enfermedad. Causa lesión importante al tejido cerebral, capaz de producir la muerte ante su infección.
Tiña. Afección de la piel humana, por contaminación de hongos presentes en la piel de algunos animales, como perros y gatos. Causa lesiones secas, redondeadas y escamosas. En lugares con pelos condiciona su pérdida o rotura en las partes inferiores.
Toxocariasis. Producida por una lombriz de perros y gatos, elimina sus huevos por medio de sus heces. Con déficit higiénico, es posible que se ingieran para producir alteraciones respiratorias que se pueden confundir con asma o alteraciones digestivas.
Toxoplasmosis. Se desarrolla con la ingesta del parásito en forma de huevo, eliminado en las heces de los gatos. Causa inflamación de los ganglios, fatiga, dolores musculares y en las mujeres embarazadas puede provocar abortos, partos prematuros, malformación congénita o ceguera.
Criptococosis. Es causada por un hongo que se elimina en los excrementos de las aves, sobro todo de palomas. Puede provocar neumonía y formas fatales en personas con deficiencia inmunológica.
Psitacosis. Generada a partir de la inhalación de una bacteria eliminada por las heces de aves, o con el polvo acumulado en sus jaulas. Sus síntomas, incluyen: fiebre alta, tos y dolor de cabeza. Es conocida también como fiebre del loro.
Salmonelosis. Producida por la eliminación de una familia de bacterias (salmonellas) que son relacionadas a cada tipo de animal. Puede ser ingerida por mala higiene, preparación deficiente de alimentos o alimentos contaminados. Se encuentra en las heces de gallinas o pollos, piel de algunos reptiles y anfibios. Causa dolor abdominal, vómitos, diarrea y fiebre. En niños pequeños los cuadros son más intensos, y en formas ocasionales pueden afectar la piel, articulaciones, pulmones y cerebro.
Leptospirosis. Por eliminación del germen en la orina de animales infectados como el perro, gato y ratas. Causan insuficiencia hepática o renal aguda, exantemas, inflamación pancreática y de vías biliares.
Pestes. Transmitidas por la picadura de una pulga a partir de un animal enfermo, genera en los niños alteraciones generales, del sistema nervioso y del pulmonar.
Paramixovirus. A partir de las aves de corral, loros y palomas, se transmiten en forma de aerosol causando cuadros parecidos a la influenza, conjuntivitis y encefalitis.
Influenza. Con transmisión en forma de aerosol, muy contagiosa y síntomas exagerados de cuadro gripal asociado con alteraciones digestivas. Se transmite a través de secreciones de las aves, que tienen diferentes subtipos y pueden causar combinaciones.
Solo mencionamos algunas de las más frecuentes, para señalar que puede haber diferentes enfermedades transmitidas por estos animales de compañía.
Se sugiere a fin de evitarlas, que: se realice aseo adecuado y frecuente de manos, limpieza y eliminación adecuada de sus excretas (emplear guantes), evitar lamidas, lavado de jaulas frecuentes, ofrecer alimento especialmente procesado.
Para la elección de animales de compañía, procure asesorarse con la opinión del veterinario y su médico de confianza a fin de evitar la presencia de alguna de estas enfermedades.