En algunas
ocasiones mientras efectúa el baño a su bebé o toca el cuerpo de su hijo, es
posible que note algunos crecimientos debajo de la piel en forma redondeada y
de consistencia diferente, como pequeñas bolitas que pueden despertar
inquietud, con la incertidumbre de su presencia y la posibilidad de alguna
enfermedad asociada. Esta alteración nos indica que algo pasa en el cuerpo para
ser valorado por el médico.
En nuestro cuerpo
existe de forma normal estructuras vasculares (tubulares), con funciones
específicas. Los vasos que salen del corazón y llevan sangre con nutrientes a
todo el cuerpo son las arterias. Los vasos que recogen desechos de la
nutrición, para realizar su limpieza y retornan al corazón, son las venas; y
existe además otro sistema vascular que es el sistema linfático (con conexión a
vasos venosos cercanos al corazón), que
se encarga de transportar el exceso de líquido en los tejidos, proteínas y
grasas, además de microbios y células anormales que puedan causar algún daño
corporal.
En diferentes
segmentos de la circulación linfática se encuentran los ganglios linfáticos,
que son pequeños nódulos en forma de frijol con tamaño menor a un centímetro,
que en condiciones normales no se logra palpar. Su presencia es múltiple como
racimos, en zonas relacionadas con pliegues corporales, en la parte media del
pecho y por detrás de los intestinos. Sus funciones incluyen limpiar el líquido
(linfático) con destrucción de microbios y células dañinas; además producir
células responsables de defensa orgánica.
Es natural su
ligero aumento de volumen ante la existencia de una infección corporal, como
mecanismo inflamatorio de respuesta, para eliminar los gérmenes que están
atrapando, por la estimulación que tienen para activar células de defensa y
liberar sustancias específicas. Al incrementar su volumen pueden llegar a
palparse y por estar relacionado con un proceso infeccioso (o su antecedente
reciente) se considera como evento transitorio y normal. Pero si pasado un
tiempo (mayor de dos semanas) no disminuye de tamaño, manifiesta progresión
(mayor de 2 cm) y/o se asocia con otras alteraciones, debe ser valorado por el
médico para descartar condiciones especiales.
La inflamación de
los ganglios (linfadenitis) en la mayoría de las ocasiones, representan una
respuesta benigna a alguna infección localizada o generalizada, que podrá de
suponer de acuerdo con la extensión y cantidad de ganglios afectados. La
mayoría de los niños con linfadenitis muestran crecimiento de ganglios en el
cuello, axila y/o región inguinal, menos comunes son los que se pueden tocar
detrás de las orejas y región occipital. En algunas enfermedades especiales,
puede existir aumento de volumen de los ganglios ubicados en la parte media del
pecho y/o detrás de los intestinos que asocian otras alteraciones por los
órganos con los que se relacionan.
Los aumentos
anormales de estos ganglios pueden ser básicamente por tres factores:
estimulación a una respuesta excesiva de células de defensa en el interior del
ganglio, invasión de células malignas (cáncer) o células de defensa ante
infección generalizada; y por último, por acumulación (absceso) de material de
destrucción infeccioso (pus), en su interior.
Para poder
orientar al médico sobre su posible causa, es conveniente que los familiares
señalen alguno de los siguientes antecedentes, además de su tiempo de
aparición: síntomas de infección respiratoria superior como tos, dolor de
garganta, escurrimiento nasal, ojos rojos, dolor de oído, congestión nasal.
Antecedente de lesiones en la piel con existencia de supuración superficial,
contacto con animales domésticos, ganado o asistencia a ambientes rurales, mala
salud o atención dentales recientes, empleo de algunos medicamentos en forma
prolongada y/o alteraciones generales como debilidad progresiva con pérdida de
peso, disminución de apetito, apatía y/o fiebre prolongada. Es muy importante
acudir en etapa temprana, al descubrirlo aún sin molestias específicas.
Como hallazgos en
la revisión médica, es posible encontrar ausencia de alteraciones específicas
cuando el problema es transitorio en etapa inicial, a reserva solo de notar
aumento de tamaño de la región afectada.
En condiciones
especiales o por tiempo de evolución, puede haber enrojecimiento superficial,
dolor, sensibilidad aumentada. Por su ubicación en el cuello, pueden asociar
rigidez y deformidad de cuello por dolor muscular asociado. Los ganglios
crecidos delante del oído pueden asociar alteraciones compatibles a infección
ocular, faríngea, nasal o paranasal. Cuando el ganglio crecido está por detrás
de la garganta, es posible que cause al niño dolor a la deglución o dificultad
para la respiración. Si los ganglios del pecho están crecidos, habrá asociado:
tos, dificultad respiratoria, silbidos, congestión venosa de cuello. Por crecimiento
de ganglios en región abdominal, habrá dolor de estómago en intensidad
variable, asociado con dificultad a la evacuación o eliminación de gases. Habrá
dolor abdominal con cojera en el niño que tenga inflamación de ganglios en
región pélvica.
Ya la revisión de
los ganglios, el médico podrá establecer por sus características específicas
(lugar, consistencia, forma, tamaño, movilidad, adherencia) la posibilidad de
diagnóstico específico que, en ocasiones para confirmar, puede requerir de
estudios de laboratorio o de imagen especiales a fin de establecer la
naturaleza de la enfermedad, su plan de tratamiento y el pronóstico viable.
En la mayoría de
las ocasiones, corresponden a causas infecciosas de buen pronóstico en donde
solo amerite vigilancia y evitar la manipulación constante del ganglio afectado,
para permitir su remisión progresiva a su condición normal previa.
Existen
infecciones especiales que puedan ameritar manejo con medicamento especial o
medidas específicas (enfermedad por arañazo de gato, tuberculosis, rubéola,
salmonella, mononucleosis infecciosa, estreptococo, dermatitis seborreica,
citomegalovirus, hongos) que son importantes de establecer en forma específica,
para que no haya recurrencia sintomática y en especial, progresión y
complicaciones de la enfermedad. Deberá de considerar siempre la evaluación de
piezas dentales para descartar como causa primaria. Puede considerar también:
deficiencia inmunológica asociada (adquirida y congénita).
Otro tipo de
padecimientos que son menos comunes, pero muy importantes de definir, incluyen
enfermedades reumáticas (como artritis reumatoide, lupus), cánceres como:
leucemia, linfomas, neuroblastoma, histiocitosis, cáncer de tiroides, linfosarcoma.
Algunas
enfermedades de la sangre asocian crecimientos ganglionares, como: talasemia,
anemia falciforme y algunas anemias hemolíticas autoinmunes.
Otras enfermedades
en donde se debe considerar estando asociado a lesiones de boca, fiebre son la
enfermedad de Kawasaki y síndrome de fiebre periódica, sarcoidosis y otra de
tipo benigno que causa ganglios gigantes (Castleman). Menos frecuente pero
también a considerar son los errores del metabolismo, donde la sustancia no
procesada se acumula en diferentes tejidos (Gaucher, Niemann-Pick, cistinosis).
Ante la diversidad
de causas adicionales a la habitual infección viral, que llegue a descartar su
médico de atención inicial, se podrá solicitar la evaluación de los
subespecialistas relacionados para su mejor atención, como: odontopediatra,
oncólogo, reumatólogo, hematólogo, dermatólogo, infectólogo (pediatras), además
de cirujano pediatra en caso de tener que extraer la pieza afectada, para
establecer un diagnóstico y manejo específicos que puedan dar un pronóstico
favorable.
Se sugiere de preferencia
que, ante la presencia de un crecimiento en forma redondeada en alguna parte
del cuerpo de su hijo, identifique antecedentes específicos durante el último
mes, y establezca vigilancia de datos nuevos y/o modificación del ganglio
crecido en los siguientes diez días para acudir a la evaluación médica… dejar
que pase el tiempo, puede representar un riesgo a su hijo por no atender a su
responsabilidad.
Ami niña le salieron anginas
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