Alergia a medicamentos

 

Constituyen todas las respuestas orgánicas que son originadas a partir de la reacción del sistema inmunológico, ante la presencia de una sustancia química administrada con propósito curativo de alguna enfermedad.
Sin la evaluación profesional especializada, muchas manifestaciones orgánicas durante una enfermedad y/o con empleo de algunos medicamentos, suelen ser confundidos muy a menudo como reacción alérgica, con limitación arbitraria de su empleo posterior.
Si se considera que un medicamento es un producto químico con fases experimentales bien controladas antes de su empleo comercial, es muy posible que se encuentre libre de manifestar alteraciones dañinas significativas a la mayoría de la población.
En los grupos de estudios experimentales es normal que, en proporciones variables, se encuentren modificaciones funcionales por el empleo de los medicamentos, que son dependientes de la dosis y guardan relación con las propiedades del fármaco. Estas reacciones previsibles se consideran en su descripción para su empleo como reacciones adversas (tipo A), que se pueden presentar de forma variada en cada paciente que lo utilice y son las más frecuentes que corresponden al 85-90% del total de las reacciones adversas. Existen otras respuestas no previsibles (reacciones adversas tipo B) con manifestaciones de alteración orgánica que no se asocian con la dosis empleada del medicamento. Son las menos frecuentes de las reacciones adversas (10-15%).
Dentro de las reacciones adversas del grupo B, se incluyen las reacciones alérgicas verdaderas donde hay participación del sistema inmunológico para condicionar el daño (ejemplo: aparición de ronchas, partes corporales hinchadas y/o dificultad para la respiración posterior al empleo de algún medicamento en especial). Están también las pseudoalérgicas, las intolerancias y la idiosincrasia. En las pseudoalérgicas se afectan las sustancias o células que participan en el sistema inmunológico, pero a través de un mecanismo de inicio diferente (ejemplo: inflamación o ronchas como reacción al medio de contraste por empleo de yodo). Las intolerancias, incluyen un incremento de un efecto farmacológico de la droga y que, a menudo, se produce con pequeñas dosis de esta en algunos individuos (ejemplo: zumbido de oídos con el empleo de algunos medicamentos analgésicos). Las reacciones idiosincrásicas obedecen en especial a una susceptibilidad del paciente por sus características enzimáticas (ejemplo: ictericia secundaria a un medicamento oxidante en un paciente con enfermedad por deficiencia de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa).
De acuerdo con estudios efectuados, se establece que la alergia a medicamentos en los niños, constituyen aproximadamente el 10% de la consulta enviada a valoración por la subespecialidad de alergología pediátrica y de todos ellos, solo en 12% se confirma la condición por la subespecialidad, que muestra en este sentido, que esta entidad no es una alteración frecuente, pero si puede ser fácilmente confundida. De los medicamentos, los antibióticos son la primera causa de reacción alérgica a medicamentos en los niños y de ellos, la amoxicilina es la más frecuente, siguiendo los antiinflamatorios no esteroideos, que se distinguen con mayor frecuencia en niños con antecedentes de otras enfermedades de causa alérgica. En orden menor quedan los anestésicos locales y otro tipo de antibióticos (macrólidos) y los anticonvulsivantes.
Las reacciones alérgicas a medicamentos, por tratarse de una respuesta secundaria a hipersensibilidad en el sistema inmune, comparten una serie especial de características, que ante su referencia, nos puede hacer considerar su asociación: sus manifestaciones son diferentes de las acciones conocidas del medicamento, requiere que siempre exista un antecedente de contacto primario (sensibilización) que no haya desarrollado alteraciones, las manifestaciones que desarrollan son similares a reacciones alérgicas que el paciente tenga por otro tipo de alergias, tienen recurrencias posteriores ante nuevas exposiciones al medicamento, su reacción generada remite al momento de retirar el medicamento de sospecha, las manifestaciones de la reacción alérgica pueden volver a reproducirse con la mínima dosis del medicamento (cuando ya existe la sensibilización); y es posible también, que pueda tener actividad cruzada con otros medicamentos que tengan estructura química similar.
Como factores especiales del afectado, se reporta con mayor predominio en mujeres, con mayor frecuencia de afectar más a los adultos que los niños. La forma de incorporar el medicamento al cuerpo humano, con mayor predominio son los medicamentos inyectados para tener una respuesta más inmediata; y por condiciones de otras enfermedades, son los niños con desnutrición, insuficiencia renal y hepática, SIDA quienes pueden tener mayor posibilidad de alergia a medicamentos.
Las manifestaciones de una reacción alérgica a un medicamento suelen ser similares a las descritas para las reacciones alérgicas en general. Las más fácil de identificar en niños son en la piel, que pueden generar ronchas, manchas o inflamaciones súbitas y severas, etc. También puede producirse alteraciones respiratorias con inflamación y también puede haber manifestaciones sistémicas en el transcurso de una reacción anafiláctica; o bien, síntomas asociados a la alteración secundaria por la inmunidad.
De acuerdo con cada uno de los tipos de reacción alérgica posibles, será la alternativa de manifestar datos específicos. En el tipo I, la reacción generalmente es rápida a base de comezón, ronchas o manchas en la piel, aumentos notorios de volumen, comezón con escurrimiento de nariz y ojos, ronquera, tos, dificultad respiratoria que puede comprometer la entrada de aire con pérdida de conocimiento y posible paro respiratorio. Puede asociar también síntomas digestivos como: diarrea, vómito, dolor abdominal, alteraciones cardiacas con palpitaciones y en sistema nervioso convulsiones. Las manifestaciones por una respuesta de tipo II, los medicamentos pueden causar disminución en el número de algunas células de la sangre y como manifestaciones secundarias podrá existir ictericia, anemia, infecciones o sangrados. Suelen aparecer con empleo prolongado de medicamentos y tardan en aparecer de semanas a meses.
Por afección al tercer tipo de respuesta alérgica, se manifiesta de forma tardía a base de una respuesta inflamatoria en los vasos sanguíneos, capaz de producir fiebre y manchas rojizas (púrpuras) en la piel por lo que suelen confundirse con enfermedades virales (exantemáticas) contagiosas, logrando afectar en ocasiones al sistema digestivo con dolor y a nivel renal con modificaciones en su eliminación.
Se tienen diferentes variantes de expresión en la reacción alérgica de tipo IV de acuerdo a las células del sistema inmune que se lleguen a involucrar, pero en forma especial, la piel se nota con lesiones de mayor agresividad con formación de exantemas evidentes, en ocasiones acompañados de una descamación notoria y/o formación de pequeños globos en su superficie (vesículas), coloración oscura de la piel con desprendimiento de la misma, siendo tan importantes que pueden ameritar internamiento hospitalario para vigilar sus complicaciones en cicatrización al incluir enfermedades ampollosas severas.
La sospecha de estos cuadros requiere la evaluación por el especialista en alergología pediátrica para realizar estudios especiales, que pueden incluir pruebas cutáneas o de reto a fin de demostrar su relación, bajo un ambiente médico controlado.
Su tratamiento incluye medicamentos específicos a modificar las consecuencias y la suspensión del medicamento que genera la respuesta, así como de otras sustancias que compartan estructura bioquímica similar. Como medida preventiva, se deberá de emplear los medicamentos antibióticos bajo condiciones específicas y los padecimientos crónicos, deberán ser bien controlados con el menor número de medicamentos y bajo la dosis más eficiente… No es un problema común, pero puede ser de mal pronóstico.

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