Cuando un niño queda privado de la relación con su familia original por diferentes circunstancias, esta expuesto a sufrir alteraciones significativas en su desarrollo de la personalidad futura, que esta en proporción directa a la edad que se condiciona el aislamiento familiar, teniendo mayor conflicto a mayor edad del niño.
El desarrollo de un niño en un ambiente familiar le permite identificar en fase inicial el papel que cada integrante desempeña en esa unidad básica de la sociedad que es la familia.
Cuando un niño queda en abandono y desamparo por su núcleo familiar o su extensión familiar, requiere de la protección jurídica del estado por medio de su asistencia social, para ofrecerle condiciones que mejoren su desarrollo integral, a través de la protección física, mental y social adecuada. Por medio del proceso de la adopción, se establecerá para ese niño afectado, un proyecto de vida personalizado que lo integra a una familia permanente, y que cumple con los requisitos de forma más adecuada, para su desarrollo emocional y espiritual.
Para que este proceso de adopción sea realizado de forma adecuada, es necesario que se cumplan las expectativas del trámite en un ambiente de ética, honestidad, transparencia, profesionalismo, equidad y agilidad suficientes, para beneficiar al menor afectado.
De acuerdo a las estimaciones del Consejo Nacional de la Población se estima que para este año, existen cerca de 29 mil niños sin cuidados familiares viviendo en orfanatos, y contrasta con la estimación de la UNICEF que refiere en el año 2005 la existencia de 1.6 millones de niños en México, marcando la diferencia numérica de niños viviendo en otras condiciones diferentes y de la difícil labor de incorporarlos, siendo mientras víctimas de maltratos, tráfico o explotación por mencionar algunas significativas.
En su contraparte, las personas que soliciten a un niño en adopción, tienen que pasar por requisitos variados a fin de comprobar condiciones materiales suficientes para poder ofrecer al niño, además de condiciones emocionales estables para poder garantizar al niño un ambiente de desarrollo futuro dentro de la mas adecuada normalidad de un ambiente familiar.
Debemos reconocer que los niños separados de su familia original son personas que necesitan educarse en diferentes niveles de formación que incluyen el académico, moral, personal, emocional y social, y serán entonces sus padres adoptivos quienes tomarán esa responsabilidad a cubrir.
En la especialidad dedicada a la atención de los niños, el objetivo primordial es fomentar la salud integral del ser humano en desarrollo, hasta su total maduración. Por lo cual, la supervisión de la salud de un niño que se encuentra en esas circunstancias requiere verificar los demás factores adicionales a las condiciones biológicas del desarrollo y estar en contacto frecuente y responsable con los padres para la mejor orientación en la educación integral del niño, teniendo que asistirse de forma regular por la orientación de otras especialidades relacionadas entre las que destacan psicólogos, psiquiatras infantiles (paidopsiquiatras), nutriólogos, por mencionar los mas frecuentes.
En fechas recientes, se ha postulado la posibilidad de adopción por parejas homosexuales, lo cual crea polémica en diferentes ambientes, y en el campo de la pediatría no puede quedar exenta de establecer su postura.
A reserva de esperar en fechas futuras, la postura de la Confederación Nacional de Pediatría, en esta ocasión en forma individual y con base a lo conocido en otras sociedades, y los objetivos generales de la pediatría, se establece la siguiente postura:
Los estudios realizados en otros países (porque no existe alguno efectuado en México), revelan que los niños adoptados por parejas homosexuales están propensos a la agresión sexual en un porcentaje muy marcado comparativo al de los heterosexuales, su estado emocional y la percepción de las figuras componentes de la familia y valores son modificados en formas anómalas y otras variables diferentes. Ninguno de estos estudios cumple con las exigencias rígidas de la investigación para ser adecuadamente aceptados, pero es parte de lo que reflejan.
Un niño huérfano se encuentra en una situación dramática por falta de apoyo físico y emocional del componente primordial de la sociedad y entre sus derechos elementales se establece el poder pertenecer a una familia que como elementos primordiales siempre se han señalado a la presencia de un hombre y una mujer.
La función sexual se establece al momento de la fecundación con la presencia o ausencia de un cromosoma que define en ese momento el sexo genético. Al momento del nacimiento las características anatómicas confirman el sexo fenotípico (forma). Aun los estados intersexuales al nacimiento, requieren de la revisión cromosómica para definir el sexo del individuo y sus modificaciones a corregir en futuro de forma quirúrgica.
La condición de homosexualidad es solo una variante de personalidad influida por alteración en la percepción emocional, básicamente en el desarrollo de un niño, y es con base a un dominio mayor, o bien, una disminución de imagen entre uno de los padres de un niño, por lo cual empieza a desviar el valor emocional con preferencia de compatibilidad a alguien del sexo opuesto al suyo, para que de esa forma inicie su imitación e identificación del comportamiento de la persona admirada y de ahí la preferencia homosexual. Las preferencias y prácticas sexuales de un individuo ya como adulto serán respetadas siempre que no dañen a terceros. Un niño creado con una pareja homosexual tiene mayor riesgo de derivar en ese tipo de comportamiento, ante lo que cotidianamente puede aprender dentro del hogar en donde vive.
Por la condición de vigilar el bienestar del niño y su desarrollo adecuado, se considera al momento como inconveniente para nuestra sociedad, el permitir el crecimiento de un niño con una pareja homosexual y se deberá de ser cauteloso para tomar en cuenta que solo se puede tratar de una maniobra política para dividir la participación de la sociedad en base a grupos sociales de preferencias diferentes.
