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Asma


Es una enfermedad respiratoria relativamente frecuente en la población infantil que en el clásico concepto general se manifiesta por aparición súbita de dificultad para la respiración, asociada con silbidos en el pecho y que necesita de atención hospitalaria para su mejoría.
Debido al concepto general, se desconoce entre la población que existen otras formas de manifestación de asma en los niños, y que está relacionado por la intensidad de sus manifestaciones en tres categorías. La forma leve solo se manifiesta por una tos crónica y datos inflamatorios leves del sistema respiratorio, como un catarro leve. La moderada incluye limitación ligera a la actividad física del niño, por sensación de cansancio, accesos de tos mas evidentes, y silbidos ocasionales en su pecho. La forma grave que es la que la mayoría de la gente identifica, tiene limitación importante a la actividad habitual del niño al causarle sensación de jadeo, respiración mas frecuente, dificultad o angustia para respirar, tos por cualquier esfuerzo (incluso al intentar hablar), cansancio, y silbidos en su respiración.
En relación a su origen, existen muchos mitos que intentan explicar su presencia, pero la realidad establece que su causa existe en un fondo de origen alérgico a nivel de su sistema respiratorio y para sospecharlo en primer lugar se deberá de contar con un antecedente de la misma enfermedad entre otros familiares (padres, abuelos, tíos, hermanos, primos) o por lo menos de reacciones alérgicas respiratorias como estornudos recurrentes, lagrimeo, comezón ocular, ardor faríngeo con carraspeo constante, escurrimiento nasal que en general se manifiestan siempre ante una circunstancia o ambiente especial (polvo, humos, temporada de año, humedad, etc), o de reacciones en la piel relacionadas con alergia como ronchas que aparecen con algún alimento o en contacto con alguna sustancia o tipos especiales de materiales (plásticos, pinturas, perfumes, etc), y que también pueden existir como antecedente de enfermedad en el mismo paciente en años anteriores.
En condiciones normales, toda persona al tener contacto con las partículas muy pequeñas del aire, se mezcla con el moco respiratorio y son eliminadas por su arrastre al sistema digestivo. En el paciente con asma alérgico, la partícula a la cual es sensible su organismo, de forma inmediata empieza a causar reacción inflamatoria a nivel de nariz, garganta y bronquios (que son los tubos que llevan el aire al interior de los pulmones). En la parte superior causa congestión, ardor leve, escurrimiento nasal y en los bronquios hace que se contraiga el músculo que aproxima los extremos del semicírculo del trayecto bronquial, y se inflame en su interior toda la capa mucosa, con lo que disminuye el calibre del tubo bronquial de forma importante y súbita causando entonces las manifestaciones ya referidas de dificultad respiratoria y el silbido clásico se produce ante la dificultad de no poder expulsar el aire de forma natural por el evento ahora de disminución de calibre y de forma progresiva, el pulmón va teniendo la condición de poder meter aire de forma fácil, pero con dificultad a su salida hace que se vaya llenando progresivamente de mas aire, y se genera la sensación de dificultad respiratoria
Existen factores que pueden influir al desarrollo de esta enfermedad y en especial son meritorios de tomarse en cuenta durante los primeros años de vida. El inicio de los alimentos diferentes de la leche (ablactación), en forma muy temprana o con nutrientes complejos puede alterar al sistema inmunológico y puede ser factor para predisponer a las alteraciones alérgicas, ante lo cual se recomienda en particular, con antecedentes familiares de alergia, que se inicie lo más tarde posible y con nutrientes específicos a cuidar. Otro factor, es la exposición al tabaco que pueden tener algunos niños, y de preferencia no solo es evitar fumar ante la presencia del niño pequeño, también incluye evitar que se inhalen los químicos del tabaco impregnados en la ropa del fumador al momento de abrazar al niño. Las infecciones respiratorias bajas recurrentes durante los primeros dos años de vida, deberán de ser evitadas o consideradas para la predisposición de la enfermedad. La exposición a la inhalación de partículas finas (talcos, sprays, lociones, polvo, humo) de forma frecuente también en los primeros años de vida.
Es posible que un niño que desarrolla asma bajo situaciones especiales, por ejemplo al contacto con algunos pastos, se le termine suspendiendo el contacto con el agente desencadenante para evitar la recurrencia frecuente de su enfermedad, pero la infancia del individuo quedará entonces limitada a no convivir con los demás niños de forma tan normal, y así contamos con niños que tienen prohibido jugar en el pasto, otros a no exponerse a espacios abiertos y su actividad se verá limitada.
La enfermedad en etapa inicial, se podrá sospechar en el paciente que cursa con una tos crónica generalmente sin asociar fiebre o mal estado general, y de preferencia que aparece bajo condiciones ambientales particulares, o en horario especial (noches con mayor frecuencia) y tienen poca respuesta a los medicamentos habituales. Es conveniente acudir a la valoración médica para detectar si hay reacción bronquial para su tratamiento adecuado.
El tener un niño con asma no es considerar una enfermedad incurable para buscar de inmediato otras alternativas de tratamientos. Deberá significar asesorarse de forma adecuada para controlar la enfermedad de forma conveniente durante sus crisis y llevar el tratamiento específico del fondo alérgico para quitarle la sensibilidad alterada del sistema respiratorio. Esta enfermedad puede llevar tiempo para su curación pero si es posible erradicarla de los niños para que puedan hacer de su vida la más normal.