Durante esta
temporada de calor el consumo de líquidos se incrementa, y de forma especial,
en la población infantil y de adolescentes considerando su actividad física con
los juegos habituales, y en ocasiones con más demanda ante la práctica de
actividades deportivas específicas.
Para satisfacer
la sensación de sed y reponer los líquidos que se pierden de forma habitual; en
forma simple y adecuada, puede hacerse uso del consumo de agua pura. Pero con
la influencia comercial de una variedad de productos promovidos para este
propósito, agregado de la situación promocional de tener mayor ventaja que el
agua pura, existen opciones para escoger, y entre ellas se encuentran:
refrescos, polvos para agua, jugos, tés, aguas embotelladas, bebidas deportivas
y energéticas.
La promoción de
todos estos productos en su publicidad masiva, señalan en forma común, que
contienen ingredientes particulares que permiten a quienes la ingieren, “hacer
algo extra” para aumentar la energía, regular el peso, el estado de alerta, la
nutrición o incluso mejorar el rendimiento atlético, logrando con esta
publicidad y la ignorancia de las personas, que se consumen en espera de
obtener el fabuloso resultado. Aquí el cuestionamiento debería ser: ¿en
realidad es un líquido que sea conveniente para el consumo de niños o de
adolescentes?
En condiciones
normales de actividad y juegos infantiles, no es necesario más que reponer la
sensación de sed del niño mediante la ingesta de agua pura por intervalos
regulares, respetando su sensación de sed y la respuesta natural de plenitud.
Si no hay gusto particular por el agua pura, le podrá preparar agua con jugo de
limón o naranja que además de bajo consumo de carbohidratos repone algunas
sales minerales y es otra opción atractiva para reponer su hidratación
corporal.
Para actividades
físicas deportivas o en participaciones atléticas, los involucrados deben
conseguir los nutrientes necesarios y la hidratación suficiente, con el consumo
de alimentos naturales bien preparados y tomar agua en cantidad suficiente
antes, durante y al final de su actividad deportiva.
Durante los
juegos y la participación de eventos deportivos, el consumo de líquido tiene
que estar disponible en todo momento y en los descansos regulares, que de
acuerdo a las condiciones climáticas y de la intensidad de la actividad física,
se podrán ofrecer con intervalos de 20 minutos o hasta de cada 5 minutos,
consumiendo cantidades variables.
La deficiencia
en el consumo de líquidos bajo condiciones de clima caluroso excesivo, y por
tiempo prolongado, genera pérdida gradual de líquidos y sales del organismo que
pueden llevar a los niños o adolescentes a patologías graves como el golpe de
calor, que puede condicionar la muerte del individuo, con registro previo de temperatura
corporal excesiva, o complicaciones cerebrales cuando el manejo no es el
adecuado.
El consumo de
refrescos no se recomienda por el exceso contenido de azúcar que
inevitablemente lleva al niño o adolescente al aumento de peso por su consumo
habitual. Los de cola, tienen ácido fosfórico que afecta al desarrollo de los
huesos y contienen cafeína y otras sustancias de tipo adictivo. Causan
estreñimiento crónico.
Las bebidas
“deportivas”, pueden ser convenientes para los niños que realizan alguna actividad
física moderada a intensa, con duración prolongada en relación a la edad del
niño, como práctica de ciclismo en distancias largas, atletismo, fútbol,
baloncesto, etc. Estas bebidas contienen azúcar (carbohidratos), que
proporcionan una fuente inmediata de energía en el momento que sus reservas
corporales puedan estar disminuyendo. Además contienen sales de potasio y sodio
que se pierden con el calor y ejercicio, y mantienen en equilibrio los fluidos
corporales, para que el trabajo muscular se realice de forma eficiente,
condicionado a su consumo en intervalos adecuados.
Las bebidas
energéticas, se convierten cada vez más populares entre pre y adolescentes que
las consumen, con la ilusión de poder conseguir alguna ventaja competitiva al
mejorar el rendimiento físico y mental. Se deberá advertir que con este tipo de
consumo, se alienta a que los muchachos crean que necesitan de algo “extra”
externo para poder conseguir sus metas físicas o intelectuales, sin advertir
que esta alternativa los puede llevar de forma irremediable al consumo de otras
sustancias posteriormente y terminar en el consumo de drogas, para sentirse
bien o con mejor rendimiento. Se deberá inculcar siempre que el juego y el
logro académico, se consigue siempre en base al empeño y dedicación por medio
de la práctica diaria y constante, que lamentablemente están dejando de ser
valores fomentados en la familia y en la escuela.
Las bebidas
energéticas, son bebidas que se anuncian como adecuadas para la estimulación
del rendimiento físico e intelectual y/o del sistema inmune. Contienen cafeína
como estimulante y en la mayoría de las ocasiones, no se establece la cantidad
que contiene o la cifra dada no es la correcta, además que las instituciones
legales que la regulan la definen como una sustancia segura. La mayoría de
estas bebidas contienen en forma adicional, los mismos ingredientes: guaraná,
taurina, ginseng, vitaminas del grupo B (piridoxina y riboflavina) y azúcares.
La cantidad de
cafeína que contienen esos productos por frasco, va desde 154 a 280mg
equivalentes a dos o tres tazas de café, mientras que otras incluso alcanzan
hasta 500mg en una sola lata y todavía los aditivos restantes mejoran los
efectos de la cafeína. En forma normal, se recomienda evitar consumos mayores
de 300mg de cafeína al día. El uso continuo de la cafeína y su falta de consumo
habitual, generan problemas de salud e incluyen: irritabilidad, ansiedad,
confusión mental, calcificación inadecuada de huesos, micción frecuente, dolor
de cabeza, palpitaciones, arritmias, hipertensión.
La cafeína en
los atletas genera como resultado del consumo: deshidrataciones especiales,
presión elevada y arritmias cardiacas, que pueden estar relacionados con causas
de muerte súbita en ellos.
Entre los
estudiantes es común su consumo para evitar la sensación de sueño o de fatiga.
Algunos estudios comprueban que ellos son propensos a manifestar cuadros
depresivos y posteriormente al consumo de alcohol o tabaco al año siguiente.
En combinación
con el alcohol, la cafeína permite una mejor tolerancia a sus efectos,
favoreciendo al consumo de grandes cantidades de alcohol sin padecer de sus
efectos iniciales y con ello, se puede establecer el inicio de su abuso y
dependencia.
Cuando los
productos ya contienen en forma adicional alcohol, el contenido de una lata
viene siendo el equivalente al consumo de beber un paquete de seis cervezas con
cinco tazas de café, luego consumir dos o tres latas incrementan en proporción
similar.
Estos productos
también se consumen para no aparentar una condición de no estar borracho, pero
lamentablemente disminuyen mucho la capacidad de reacción inmediata ante
situaciones de riesgo, y son factor para generar accidentes con vehículos.
De las otras
sustancias que forman parte de estas bebidas, la guaraná no es más que cafeína
proveniente del cacao brasileño. La taurina potencia el efecto de la cafeína y
ayuda a disminuir los efectos adversos del alcohol para permitir una mayor
tolerancia. El ginseng sin demostrar de forma significativa que favorezca al
sistema inmunológico y mejorar el humor, si se ha relacionado con efectos
adversos con presencia de insomnio, palpitaciones, hinchazón, hipertensión,
dolor de cabeza, sensibilidad de los pechos y alteración de sangrado menstrual.
Ante la incertidumbre de
algún consumo particular, de preferencia: siempre infórmese.