En el proceso de
la consulta pediátrica, una vez ya teniendo los datos del motivo de la consulta
y de la enfermedad actual, -posterior al interrogatorio que ha proporcionado el
familiar acompañante-, es necesario proceder con la revisión del niño, en
búsqueda de alteraciones que nos orienten a considerar sobre la enfermedad
actual; o bien, para confirmar el funcionamiento normal de sistemas y órganos
que componen la integridad del niño.
En el proceso de
la exploración se conjugan etapas en donde participan cada uno de los órganos
de los sentidos del médico, y procedimientos armados con empleo de tecnología
variada, para obtener datos objetivos y en ocasiones cuantitativos para relacionar
de forma más evidente con el diagnóstico inicialmente elaborado en forma
subjetiva.
En términos
generales, de forma conveniente debemos de ser breves al momento que invadimos
el espacio físico del niño y nos acercamos a tener contacto, ya que entre más
pequeños de edad sea (generalmente a partir de los seis a ocho meses de edad),
es motivo de incertidumbre o temor mayor para ellos.
Así se justifica
por esa razón que el primer paso de la exploración a base de la inspección general,
se inicia desde el momento en que el niño entra por la puerta acompañando de su
familiar, para poder valorar el aspecto afectivo, y comportamiento del niño
además de la actitud del familiar que interactúa mostrando su papel de
interrelación y comportamiento que va modificando en el paciente.
Mientras se
realiza el interrogatorio, se valora el comportamiento del niño con sus
movimientos, conducta, marcha, temperamento y respuestas que van a estar influidas por su
enfermedad o bien por sus condiciones de desarrollo y aprendizaje familiar
hasta el momento. Se captan en ese momento datos como la gravedad de su
aspecto, estados de hidratación, movimientos anormales y otras alteraciones que
se permiten a la distancia media.
Como datos de
inspección general se procede a tomar valoración de sus signos vitales como la
temperatura, frecuencia cardiaca, presión arterial, cantidad de oxígeno en
sangre, peso y talla con instrumental apropiado que permite una captura fácil y
rápida.
Cada médico en
forma personal, puede tener un orden específico y en ocasiones, se puede
realizar de forma primaria, la búsqueda de datos anormales en los órganos o
sistemas que se consideran involucrados en la enfermedad que se sospecha; y con
mayor justificación aún, si hay evidencia que el tiempo es apremiante para
poder tomar decisiones significativas para una atención urgente.
Si se trata de
una revisión de rutina, se podrá proceder a realizar la exploración del niño
siguiendo un orden conveniente para hacerlo completo que vaya en dirección de
la cabeza hacia los pies.
Durante el
proceso de la exploración, se emplean los órganos del sentido del médico y
entre las fases de la exploración, a cada segmento corporal se podrá ir
aplicando maniobras de inspección (vista y olfato), palpación, percusión (tacto)
y auscultación (oído). En la palpación se comprueba la integridad anatómica de
las estructuras corporales y se realiza con un solo dedo, algunos dedos, la
mano o ambas manos. Para la percusión en ocasiones se emplea un martillo de exploración
a fin de facilitar el procedimiento. Trata de ser una fuerza especifica que no
lastime al niño, y pueda generar respuestas a presión especifica (para
comprobar algunos reflejos), o bien ruidos particulares. En algunas partes
corporales se realiza la percusión con los dedos del médico para obtener
información por el sonido, del contenido de algunas cavidades, o del tamaño o
extensión de órganos.
La auscultación
se efectúa con el clásico aparato para oír pulmones y corazón (estetoscopio),
que deberá de estar en temperatura tibia para no generar frío en la piel del
niño.
Cada parte
corporal puede irse revisando con maniobras particulares de movimientos, empleo
de dispositivos mecánicos auxiliares que pueden inquietar al niño por la
incertidumbre de la sensación que pueda
llegar a percibir como el dolor a piquetes, o el contacto en especial del frío
de los instrumentos (por lo que muchas veces el médico, frota sus instrumentos,
y no porque a veces los familiares llegan a pensar que es un movimiento de
limpieza ortodoxo de sus instrumentos), y de ser posible se le explica al niño
para que vaya comprobando la ausencia de estímulos desagradables que pueda
experimentar.
Para poder
realizar de forma adecuada esta exploración, es recomendable contar con la
ayuda del familiar que puede favorecer con ello a que el niño se sienta con
menos temor. Al familiar solo se le orienta por el médico la forma de mantener
la postura adecuada para tenerlo quieto y poder realizar la evaluación rápida y
adecuada de la zona por revisar. Basta en la mayoría de las ocasiones que el
familiar tome al niño de los codos y de las rodillas para poder permitir la
exploración de forma adecuada para el niño y el médico. El lenguaje tranquilo
durante la exploración le dará confianza al niño.
Hay revisiones
que son difíciles de efectuar en algunos niños, como ver la parte interna de
sus ojitos, o simplemente el interior de la boca, pero aquí la experiencia de
cada médico puede facilitar el procedimiento y así para algunos es conveniente
mejor dejar al final la revisión de la boca que puede ocasionar sensación de
vómito al niño.
Se recomienda
para la exploración, que al niño lo lleven con ropa ligera que permita su
revisión fácil y rápida de algunos segmentos corporales, ya que cuando se pretende
revisar el abdomen o genitales de algunos niños resulta que teniendo una ropa
gruesa o amplia inquieta un poco al niño al momento de estarla retirando y se
retrasa el tiempo.
Para la revisión
de la parte profunda de su garganta, es conveniente que la alimentación se haya
proporcionado por lo menos tres horas antes de su consulta. Es muy posible que
un niño alimentado antes de pasar a la consulta, pueda vomitarse con esta
maniobra y dejarle una mala experiencia de esta revisión.
Para la revisión
de genitales, se recomienda siempre que sea la mamá de preferencia quien retire
sus prendas, y se le refuerza al niño(a) que bajo ninguna circunstancia, podrá
ser otra persona quien se lo quite aunque le digan que es un médico.
La
identificación de alteraciones en los procesos de exploración, podrán ir
ofreciendo datos complementarios al médico para ir integrando el diagnóstico de
una enfermedad en particular; o bien, comprobar que no hay alguna alteración en
sus funciones.
Si en algún
momento, alguna maniobra puede despertar inquietud en los padres, con toda
tranquilidad pueden preguntar el objetivo de la misma y el médico podrá dar la
explicación correspondiente.
Una vez que se
tengan todos los datos objetivos de la exploración, el médico hace el análisis
y correlación con los datos aportados del interrogatorio, para poder llegar a
confirmar el diagnostico de forma integral del paciente, y solo cuando sea
necesario, se valdrá de estudios de laboratorio y/o gabinete, para complementar
de forma más eficiente los datos necesarios para asegurar un diagnóstico.
Durante estos
procedimientos de interrogatorio y exploración, cada médico lo realizará en
formas variadas de acuerdo a su personalidad y preparación, que le podrán
permitir al paciente y familiar desarrollar su confianza en la atención. Si no
se tiene la confianza adecuada considere que no habrá adecuada comunicación y
la salud del niño no se verá favorecida.