En toda familia,
el nacimiento de un niño representa un evento significativo, a través del cual
se cumple el objetivo reproductivo de nuestra especie.
El nacimiento
tiene involucrado una serie de procesos orgánicos de adaptación muy precisos,
para poder finalizar en un ser humano que no tendrá problemas inmediatos.
El cerebro del
ser humano es el órgano más importante ya que su función adecuada permite
controlar el desempeño de los demás sistemas.
A diferencia de
las especies animales, en el humano existen funciones que se van desarrollando
de manera gradual, en la medida que el tejido cerebral va aumentando en número
y desarrollándose sus células, en un inicio con migración de la parte inferior a la parte superior de la corteza cerebral, y
posteriormente con la organización de conexiones entre las células nerviosas
(neuronas).
Cualquier
enfermedad que durante el embarazo afecte a la alimentación adecuada del ser en
desarrollo, puede llegar a modificarlo; y
en especial, condiciona en primer lugar sacrificar el acumulo de nutrientes
expresado con deficiencia entonces de peso y talla, para mantener el desarrollo
cerebral sin mucha alteración. Pero si el problema nutricional es muy marcado o
existe enfermedad materna muy seria, viene a continuación de la desnutrición dentro del vientre materno (útero), la limitación en el desarrollo cerebral. De aquí la importancia de
llevar un buen control del embarazo, para asegurar que no existe algo que pueda
comprometer el desarrollo integral del nuevo ser, haciendo revisiones clínicas,
tomando mediciones corporales por medio del ultrasonido como expresión de
bienestar en desarrollo fetal, y en su caso cuando corresponda: realizando y
comprobando resultados de estudios de laboratorio, específicos para asegurar la
salud tanto de la madre como el hijo en desarrollo.
La nutrición en
el interior, depende de los productos
obtenidos de la alimentación materna y del
oxigeno que la madre entrega a través de la circulación sanguínea, que fluye
por su placenta por medio de un mecanismo de permeabilidad (no se mezclan las
sangres) y con los vasos umbilicales ingresan al niño. La circulación en el
interior del niño, por cambios en el corazón, favorece al envío de sangre al
cerebro para tener una oxigenación adecuada considerando su importancia en el
desarrollo. El corazón mismo tiene aberturas en su interior que facilitan esta
circulación. Por otra parte, los pulmones durante el embarazo, se encuentran lleno del
mismo líquido que lo rodea en su cuerpo (líquido amniótico), por tanto, son de mayor
consistencia por tener contenido líquido, y representa entonces un flujo
difícil al paso de la sangre que viene del corazón, y facilita con eso a que la
sangre continúe de preferencia desviándose al cerebro.
Durante los días previos al parto, en el interior de los pulmones del producto, se modifica la función que generaba la formación y acumulación de líquido dentro de los pulmones causando, que el mecanismo previo ahora funcione en sentido inverso, favoreciendo al paso del líquido al interior de la circulación sanguínea y disminuyendo el contenido de líquido en el interior de los pulmones, de forma más intensa con el inicio de las contracciones del útero.
Antes del
nacimiento, las compresiones de la matriz, estimulan al niño condicionando que
se incremente la demanda de oxígeno, y por eso es natural el incremento de su
frecuencia cardíaca Si hay retraso en la expulsión, la función del corazón y
del cerebro puede empezar a deteriorarse y funcionar de forma anormal,
condicionando ya una enfermedad.
Al momento de
nacer, se efectúa una inspiración profunda para llenar de aire los pulmones y
desplazar el líquido contenido en ellos hacia la circulación pulmonar, para ser
llenados de forma conveniente por el aire. Si el niño es de duración de
embarazo normal, no tendrá problemas en mantener sus espacios aéreos finales
abiertos, pero si le falta tiempo, estos espacios a manera de pequeños
globitos, empezaran a colapsarse y empezará su dificultad respiratoria. También
si no se realiza la inspiración profunda de forma adecuada se tendrán
complicaciones.
Con la entrada
de aire a los pulmones, también disminuye la resistencia al paso de la sangre
por ellos y facilita que se cierren las comunicaciones previas en el corazón.
La sangre de esta forma fluye con la oxigenación apropiada al cerebro para
asegurar su bienestar y a los pulmones para tomar el oxígeno ahora proveniente
del medio ambiente.
En este momento
que es tan importante para la función y pronostico del cerebro, es conveniente
que siempre exista personal capacitado en la atención, por si se requiere de
ayuda adecuada, para evitar daño a las células del cerebro, ya que por su
fragilidad basta con tres minutos que no tengan oxigenación adecuada para que
queden con daño permanente o bien con cinco minutos de ausencia de oxígeno para
condicionar su muerte y limitación funcional de acuerdo a la extensión del
daño, que puede dejar como consecuencias: convulsiones, retraso mental o
fallecimiento del recién nacido inmediato o en corto plazo.
Múltiples cambios se generan de forma súbita al momento del nacimiento de un niño. Entre otros de vital importancia, existen los cambios en la producción hormonal ya que durante la vida fetal se mantiene una "relativa tranquilidad" que mantiene al grupo de hormonas con predominio de algunas en particular; pero, al irse empujando al niño al exterior y salir expulsado a un ambiente totalmente extraño, estimula a la liberación de otro tipo de hormonas que le estimulan a desarrollar su adaptación de forma más eficiente.
Se tienen que adaptar también de forma inmediata al cambio de temperatura para no ser alterado sus mecanismos metabólicos por la exposición repentina a una temperatura menor. En la mayoría de las ocasiones, es una prioridad el cubrirlos de forma inmediata al nacimiento para evitar que la disminución corporal de su temperatura no genere alteraciones que puedan causar daño en los primeros días.
Otro factor que interviene al momento del nacimiento, es la exposición a los diferentes microorganismos, en donde hasta el momento, las evidencias establecen con mejor pronostico a los niños nacidos por vía vaginal que los obtenidos por cesárea ante la estimulación del desarrollo inmunológico inducen las que provenientes del canal vaginal materno, empezarán a estimular el sistema inmunológico del recién nacido. En niños con antecedente familiar de procesos alérgicos, esta influencia puede ser factor adicional adverso para poder desarrollar los futuros procesos alérgicos en los niños.
El proceso del nacimiento de la especie humana tiene millones de años de evolución, y de acuerdo a esos principios: cada cambio generado es para superar alguna dificultad previa, con la finalidad de poderse adaptar mejor a las condiciones de riesgo. Es a partir de este punto de la evolución, en donde se puede cuestionar la utilidad o necesidad que existe, de los partos obtenidos dentro de ambiente acuático; y también, cuestionar al paso de los años, si podrá irse generando algunos cambios en la especie humana ante el incremento de las cesáreas (aunque eso quizás nos pueda llevar cientos de años posteriores).
Al momento inmediato posterior al nacimiento del recién nacido, y luego de haberse satisfecho la revisión general de ausencia de alguna enfermedad neonatal, conviene establecer de inmediato el contacto corporal y visual entre el binomio (madre-hijo), a fin de estimular el sistema nervioso del recién nacido que tendrá cambios significativos en sus funciones neurológica, hormonales, metabólicas y emocionales, al volver a percibir los estímulos que tenía dentro del vientre materno (calor, ruidos cardíacos, respiratorios, digestivos), y ahora como un estímulo mayor: el inicio de la lactancia y el apego emocional, que intervienen en la maduración del sistema nervioso -a partir de ese momento y para los primeros años-, con la formación de neurotransmisores especiales, conexiones neuronales, y maduración nerviosa que a la larga influyen para el desarrollo de los diferentes tipos de inteligencia.
La atención de
un embarazo de forma adecuada, requiere de la vigilancia del ginecólogo de
forma eficiente; y conviene que con anticipación los futuros padres, se
aseguren de la presencia anticipada del neonatólogo (pediatra especializado en la atención de los recién
nacidos) o pediatra que estará al momento del nacimiento de la atención del
niño, a fin de tener la tranquilidad que el pronóstico neurológico y de adaptación metabólica del recién
nacido, se asegure en gran proporción por la atención al momento de su
nacimiento; y no en última oportunidad, cuando la función cerebral o la vida
del niño paguen las consecuencias de no haber prevenido todo a tiempo. Puede usted solicitar al ginecólogo alguna orientación especial para la elección del neonatólogo o pediatra al momento del nacimiento; o bien, usted mismo poder plantear la alternativa de solicitar que su médico de confianza realice la atención del recién nacido.