Durante la
pubertad, el cuerpo del niño empieza a modificarse con aparición y desarrollo
de las características propias de su sexo para adquirir el aspecto adulto
futuro. Estos cambios de forma natural, se presentan en edades especiales para
cada sexo. En promedio de edad, se considera que aparecen en forma normal a los
diez años en las mujeres y a los once años para los hombres.
Se considera como
pubertad precoz, a la aparición de los cambios sexuales en una edad previa a lo
habitual. En las mujeres puede presentarse antes de los ocho años de edad; y
antes de los nueve para los hombres.
En las mujeres,
como evidencia de desarrollo puberal se incluirá: desarrollo mamario, crecimiento
de vello púbico y axilar, incremento en su velocidad de crecimiento, inicio de
sangrados menstruales, aparición de acné y eliminación de sudoración con olor
característico (en región axilar).
En los hombres,
los signos de pubertad incluyen: crecimiento del pene y los testículos,
aparición de vello púbico, axilar y facial, incremento en la velocidad de
crecimiento, engrosamiento de la voz, aparición de acné y olor en la sudoración
corporal.
En ocasiones,
alguno de estos signos aparecen de forma aislada y no asocian la progresión de
los otros cambios, por lo que bajo esas circunstancias, pueden ser considerados
como variantes de desarrollo puberal. Estos cambios pueden permanecer estables
e incluso regresar para presentar una pubertad verdadera en forma y tiempo
normales; y en otras ocasiones, puede progresar a una pubertad precoz asociando
el desarrollo de los cambios restantes. Como ejemplo, se puede señalar el
crecimiento que pueden presentar algunos recién nacidos de sus pechos, que nada
tienen que ver con la aparición de las restantes características, ya que de
forma espontánea remite.
La frecuencia de
esta alteración, se presenta en forma estadística con una posibilidad de un
caso por cada cinco mil a diez mil infantes, y con una relación entre mujeres y
hombres en relación de veinte mujeres por cada hombre afectado.
Este tipo de
circunstancias, las personas lo atribuyen al consumo de algún tipo de alimento
contaminado con hormonas (por ejemplo el pollo), pero en realidad su origen se
establece como un trastorno hormonal, que puede ser originado a partir de la
función cerebral; o bien, por liberación de hormonas a partir de algunas
glándulas en especial. En otras ocasiones se combinan las dos causas.
El desarrollo
anticipado sexual trae consecuencias variadas en los niños que la llegan a
experimentar. Entre las alteraciones que se asocian, se describen cambios del
comportamiento condicionando que las niñas se muestren muy irritables, mientras
que en los niños pueden mostrar una conducta más agresiva; y en ambos, se
pueden iniciar asociaciones con instintos sexuales que son inapropiados para su
edad, generando en ocasiones embarazos sorprendentes en edades tempranas.
A nivel social,
entre sus compañeros de grupo, se le someten a burlas entre ellos y pueden
sentirse avergonzados acerca de su aspecto físico que manifiestan. Deberá de
tomarse en cuenta que los niños con estructura corporal obesa, desarrollan
crecimiento mamario que puede ser confundido con un desarrollo mamario anormal.
Aquí la valoración médica establecerá la definición del cuadro y su plan de
manejo.
De acuerdo a su
origen, es posible la existencia de condiciones adicionales que requieran un
tratamiento o estudio especial, ya que puede haber posibilidad que existan
alteraciones tumorales que las generen, enfermedades cerebrales también
asociadas, o como consecuencia posterior de un golpe o infección dentro de la
cabeza; en especial, cuando las características aparecen en etapas muy tempranas
de la vida. Cuando las modificaciones se presentan en promedio por arriba de
los cinco años, la mayoría de las ocasiones no asocian alguna enfermedad
adicional.
Otro
inconveniente relacionado con esta condición, es la limitación en el
crecimiento de los muchachos, ya que generalmente con la finalización de la
pubertad, el crecimiento físico se define y se suspende. Cuando se produce una
pubertad precoz, se corre el riesgo de quedar con una estatura menor, de la que
pudiera haber desarrollado ante una situación de desarrollo normal.
En cuanto se
note el desarrollo de características sexuales en forma temprana, se deberá de
considerar la valoración médica, para evitar todas esas consecuencias que
pueden incluir: desde una talla baja final, un embarazo, o la muerte del niño o
adolescente, por alguna enfermedad tumoral de las glándulas relacionadas.
No deberá ser
motivo de falso orgullo -en especial- para los padres de varones, el notar que
su hijo tiene crecimiento genital anticipado, y cambios de conducta en donde
manifieste sus deseos sexuales. Habrá que insistir que se trata de un niño con
alguna enfermedad poco común, que puede tener consecuencias funestas en caso de
no atender a una posible causa tumoral.
Una vez que se
informe al médico de los cambios notados en el afectado, se podrán considerar
algunos estudios específicos para poder determinar la causa que lo genera, y de
acuerdo a esta definición, corresponderá su tratamiento apropiado.
Entre los
estudios a realizar se podrán efectuar estudios de sangre, orina y de imágenes
corporales. Las radiografías de la mano, tienen importancia por señalar el
avance del desarrollo de los huesos, comparando con la edad cronológica para
establecer si existe discordancia con su grado de maduración y establecer el
momento final del crecimiento definitivo.
En especial,
este tipo de trastorno deberá ser enviado a su estudio y tratamiento, con el
endocrinólogo pediatra, que podrá indicar la administración de medicamento específico,
para evitar el avance de la enfermedad o incluso de revertir el desarrollo
sexual, y detener el crecimiento y la maduración de los huesos, que con el
tiempo podría condicionar una baja estatura a su edad adulta; y con el
tratamiento será adecuada.
Cuando existe
una causa primaria podrá ser valorado por otro tipo de especialistas, pero como
en la mayoría de las ocasiones corresponde a no encontrar causas tumorales,
solo bastará la administración de un medicamento que bloquee a la sustancia que
estimula al desarrollo puberal, para que no estimule la liberación de las
hormonas.
En las niñas, el
tamaño del pecho puede disminuir o por lo menos, no tendrá un mayor desarrollo.
En los varones, el pene y los testículos pueden encogerse de nuevo al tamaño
esperado para su edad. El crecimiento físico sufre disminución en su velocidad
y el comportamiento emocional del niño regresa a condiciones apropiadas para su
edad.
Al niño cuando
se le detecten los cambios, habrá que informarle en forma sencilla lo que le
sucede, señalando que los cambios que manifiesta son normales para niños
mayores y adolescentes, pero que su cuerpo por alguna alteración o enfermedad
ha manifestado ese cambio en forma temprana, con lo que logrará interesarse en
la administración del tratamiento de forma más interesada.
En caso de no
tener acceso a su revisión periódica corporal, durante esos años de su infancia
(cuatro a nueve años de edad), se deberá considerar como cambios relacionados y
signos de advertencia que algo anda mal en su estado emocional: la disminución
en su rendimiento escolar, problemas escolares con actitudes rebeldes o
violentas, pérdida del interés en sus actividades cotidianas y la tendencia
depresiva.
Es importante
señalar que la autoestima que tengan sus hijos durante esta etapa, depende
mucho de su desarrollo y aspecto corporal, y lo que para él pudiera ser también
motivo de orgullo por desarrollar de forma temprana, puede ser motivo de daño
futuro.
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