Yersiniosis

Es la infección digestiva causada por una bacteria conocida como Yersinia. De ella existen once especies, pero solo tres pueden afectar al ser humano. Una de ellas (la enterocolítica) causa alteraciones que pueden confundirse con cuadros de amibiasis, otra (pseudotuberculosis) puede generar un cuadro que fácilmente puede confundirse con apendicitis y la última (pestis) en forma rara, puede generar cuadros epidémicos.
La Yersiniosis es una infección más común en animales de vida salvaje y algunos domésticos. Se considera que el  humano puede ser un anfitrión ocasional.
La variedad enterocolítica hasta en dos terceras partes de su presentación, causa una enfermedad diarreica con moco y sangre más frecuente en los menores de cinco años de edad. La variedad pseudotuberculosa, por producir inflamación de los ganglios cercanos al intestino, producen un cuadro que puede confundirse fácilmente con apendicitis, que en las tres cuartas partes de las ocasiones, se presenta en edades comprendidas de los cinco a los veinte años de edad.   
El animal más importante que funciona como reservorio para esta bacteria, es el cerdo, como portador asintomático en su garganta y desde ahí puede diseminar al resto de su sistema digestivo. Esta bacteria tiene como particular condición, que puede reproducirse en temperaturas de congelación (4 gc), logrando extenderse por continuidad y déficit higiénico en su manipulación refrigerada. Otros animales que pueden ser portadores son las ovejas, cabras y bovinos. La pseudotuberculosis la portan aves, mamíferos salvajes y algunos domésticos, como; roedores y mamíferos pequeños.
La forma de transmitirse esta enfermedad, es por el consumo de alimentos contaminados, contacto con animales infectados o agua contaminada por personas o animales enfermos de esta bacteria. Las mascotas pueden transmitirla en temporadas de otoño e invierno. Una vez ingerido el agente infectante, el tiempo de incubación para el desarrollo de alteraciones digestivas es en promedio de una semana, pero en forma más tardía puede tardar hasta dos semanas en sus manifestaciones.
Existen así clásicamente dos tipos de manifestaciones de esta infección: la Yersiniosis intestinal y el síndrome pseudoapendicular (parecido a la apendicitis). En el cuadro intestinal, se desarrollan como manifestaciones de la enfermedad, fiebre de grados variables, seguido de dolor abdominal y cuadro diarreico. Las náuseas y vómitos pueden aparecer también como datos adicionales. Su inicio a diferencia de otros cuadros de diarrea puede tener evolución subaguda, progresando en forma paulatina en sus alteraciones; y por otra parte la duración del cuadro diarreico, generalmente suele ser un poco más prolongado de las demás causas, con promedio de doce a veinte días y en forma especial, es común la presencia de sangre en las evacuaciones. Así estas particularidades asociadas con el dolor de localización posterior en la región del apéndice pueden permitir la sospecha de este cuadro. Otro punto adicional, puede ser la existencia de molestias en la garganta (en 20% de los casos), que generalmente no se presentan en otros cuadros de diarrea, llegando a confundir en ocasiones, con cuadros mixtos de infección respiratoria superior asociado con cuadro diarreico.
Por el tipo de manifestaciones durante la etapa infantil, es posible que la enfermedad, se pueda confundir con cuadros de amibiasis aguda y diarreas causadas por la bacteria shigella. Solo el médico con su experiencia y algunos estudios de laboratorio, podrá determinar el cuadro de forma más concreta, para su vigilancia y manejo asociado.
Su comportamiento generalmente es benigno si el paciente goza de un estado de salud y nutricional adecuado. Son de riesgo y ameritan manejo especial con antibiótico: los pacientes que la padecen y tienen menos de un mes de vida, los desnutridos, pacientes con cáncer o bajo tratamientos que deprimen la respuesta inflamatoria y/o la inmune. En estos casos debe considerarse sus condiciones generales, para justificar el internamiento hospitalario con empleo de antibiótico específico tomado o por administración venosa.
En caso de no internarse o no recibir manejo antibiótico ideal -esos pacientes referidos de riesgo-, la enfermedad puede progresar a extenderse en forma fácil al resto del cuerpo y en tiempo breve, causando la siembra del germen en diferentes partes corporales (septicemia), con riesgo de producir mala distribución de la circulación sanguínea (choque) y sin manejo apropiado, puede causar su muerte.
La otra variante de la bacteria (pseudotuberculosis) afecta con mayor frecuencia a los varones adolescentes. El cuadro en forma clásica, genera dolor en la región abdominal inferior del lado derecho, fiebre de grados variables, vómitos y cambios en estudios de laboratorio sanguíneos muy similares a un cuadro de apendicitis, pero a diferencia de ese cuadro, se acompaña de evacuaciones diarreicas. En ocasiones, cuando esos pacientes son operados, se nota un enrojecimiento inflamatorio alrededor del apéndice y la zona relacionada con la última parte del intestino delgado, en la parte que se conecta al grueso. Es más compatible cuando por ultrasonido, se notan inflamados los ganglios que se encuentran en la parte posterior de los intestinos (ganglios mesentéricos). Se confirma el cuadro, cuando se desarrolla la bacteria a partir de la toma de una muestra de estos ganglios o del mismo apéndice. Son pacientes que después de la  extirpación del apéndice, siguen quejándose de dolor abdominal.
Como factores de riesgo adicional que puede tener el paciente para el desarrollo de las complicaciones, puede ser la administración de hierro o la introducción de las bacterias por medio de una transfusión de sangre contaminada.
Sus complicaciones no son comunes que se presenten, pero pueden ser clasificadas como: relacionadas con el sistema digestivo y otras que son extra digestivas, las cuales compete a los médicos que están a cargo, vigilar su posible aparición con datos o estudios específicos.
Otras complicaciones pueden presentarse en forma tardía, siendo particular los pacientes con alteraciones inmunológicas ya establecidas o en fase de desarrollo, para manifestarlas. Puede haber inflamaciones articulares con limitación funcional variable, que aparecen varias semanas posteriores a la infección, que pueden durar hasta por tres a cinco meses con autolimitación espontánea. Puede haber formación de nódulos debajo de la piel más frecuente en mujeres jóvenes, con aparición en un mes posterior a la infección y remisión autolimitada. De forma ocasional, pueden causar daño a la tiroides por reacción cruzada.
La mortalidad por esta enfermedad es muy baja (cerca del uno por ciento), que en forma especial es muy dependiente de las condiciones del paciente ya señaladas.
Para prevenir la enfermedad, es necesario separar la cabeza del puerco y realizar un cocido adecuado de su carne antes de su consumo. Efectuar mecanismo de desinfección apropiado del material cortante de la cocina, durante el momento de la preparación de los alimentos, ya que es muy común que el mismo cuchillo que corta la carne contaminada sea el que se utilice para el corte de las verduras que se servirán para el consumo inmediato, contaminando de esa forma a este alimento. Al dejar un material cortante sin su empleo, es conveniente colocarlo en agua con desinfectantes comerciales en la proporción establecida; o por lo menos, en la combinación de agua con cloro ( a un litro de agua se le colocan cinco gotas de cloro) para destruir las bacterias adheridas.
Esta enfermedad no es muy frecuente, pero deberá ser considerada para excluirse, ante niños o adolescentes que puedan ser confundidos con otras causas de diarrea (amibas o shigella), o ante una posible intervención quirúrgica con sus riesgos asociados.

No se deja de insistir siempre en la preparación adecuada de los alimentos, con lavado conveniente de las manos antes de su consumo para evitar enfermedades digestivas…  

No hay comentarios:

Publicar un comentario