La intoxicación es
una alteración del funcionamiento corporal, causado por la presencia en el
organismo de una sustancia química dañina (tóxico), que dependiente de su
cantidad presente y el tiempo de su incorporación al cuerpo, modifica funciones
biológicas específicas y se manifiesta por alteraciones variadas, como: una
entidad con alteraciones súbitas y riesgo de muerte. por alguna causa evidente
o desconocida; o como una serie de manifestaciones variadas progresivas sin
causa evidente.
Se considera que
existen cerca de 80,000 productos químicos y formulaciones que se encuentran
disponibles en forma de medicamentos, productos de limpieza, uso agrícola o
industrial, cosméticos, plaguicidas, etc. que, en proximidad con el ser humano
en desarrollo, establecen que los cuadros de intoxicación sean fenómenos
cotidianos.
Más del 50% de
todas las intoxicaciones generalmente ocurren en los niños menores de cinco
años, y en su mayoría son por ingesta accidental. Más del 90% de todas las
exposiciones tóxicas infantiles tienen lugar dentro del hogar.
En el desarrollo
de las intoxicaciones, participan en general, tres factores específicos:
La edad de la
persona afectada influye por sus particulares etapas del desarrollo. Después de
los nueve meses, el riesgo se establece por la exploración oral que tienen en
predominio. Los menores de dos años no tienen capacidad de poder distinguir las
sustancias seguras de las tóxicas que contenidas en frascos especiales, pueden
ser confundidas como dulces. Del segundo al sexto año de vida, el factor de
riesgo se asocia con la conducta exploradora y desarrollo de movilidad. El
adolescente por su parte, ante condiciones emocionales alteradas y desarrollo emocional
propio, se siente atraído al consumo de tóxicos con intenciones de experimentar
o fines suicidas.
La sustancia
tóxica, que en todo momento no ha tenido un envase especial para poder asociar
con su daño compatible. Su almacenamiento que en la mayoría de las ocasiones se
realiza de forma inadecuada dejándolas en sitios de fácil acceso o con otras
sustancias de uso común. Empleo de sustancias sin una dosificación apropiada
para el peso del paciente o sustancias herbolarias con una alta concentración
de toxico para las condiciones de niño, con mayor frecuencia en los menores de
un año, además del empleo de automedicación por los familiares.
En relación con el
medio ambiente, participan la falta de supervisión frecuente en la actividad de
los niños o adolescentes por adultos con actividad laboral, distracción, nivel
socioeconómico bajo, consumo de drogas o estimulantes en la familia o
compañeros escolares, presencia de contaminantes en el ambiente (plomo,
insecticidas o pesticidas, etc.), condiciones de vivienda o posibilidad de animales
ponzoñosos.
Los cuadros de
intoxicación deben considerarse por su origen, como: de tipo accidental o
intencional, ya que posterior a la resolución de este, se deberá de proteger al
paciente de su posible recurrencia, notificando también cuando el factor
ambiental establezca descuido familiar. En los adolescentes el intento de
suicidio en cualquiera de sus modalidades justifica el internamiento
hospitalario para su atención médica integral a fin de evitar que, al regreso a
su hogar, el adolescente consiga su objetivo final.
Ante la gran
diversidad de sustancias, tóxicos o venenos, es de suponer que cada uno de
ellos tendrá manifestaciones variadas que hacen difícil determinar su causa específica,
además de la respuesta particular de cada paciente. Así se considera de mayor
utilidad en esta ocasión, señalar las características generales que deberán de
orientar a los familiares, para sospechar de un cuadro de intoxicación en forma
general, para acudir de inmediato a la valoración médica para descartarlo o
realizar estudios y/o iniciar su manejo, a fin de evitar el deterioro
progresivo o incluso la muerte en plazo variable. Ante el desarrollo de
intoxicación, varios órganos o sistemas pueden alterarse. Si el tóxico es de
riesgo, su cantidad y tiempo de evolución desarrollará manifestaciones
inmediatas de tipo agudo o potencialmente letales. Las de concentración
progresiva o de menor toxicidad, tendrán alteraciones en tiempo más prolongado
con manifestaciones sutiles de instalación progresiva o poco evidentes. Esas
manifestaciones pueden afectar a uno o varios sistemas orgánicos, que se describen
para tomar en consideración.
En el sistema
nervioso, puede manifestar alteraciones en el comportamiento habitual del
paciente. Puede tener tendencia a disminuir o incrementar su conducta habitual,
con tendencia a la disminución de actividad, apatía, somnolencia o sueño; o por
incremento habrá nerviosismo, irritabilidad, inquietud, dificultad para dormir.
Dolor de cabeza, mareo, alucinaciones, ilusiones, pánico, llanto. En su cuerpo,
se deberán considerar la presencia de movimientos anormales, como:
convulsiones, temblores, rigidez, alteraciones de la marcha o del equilibrio,
debilidad o parálisis, hormigueo, cambios en la sensibilidad (adormecimiento),
ruidos anormales, alteración en olfato y/o vista.
En la función
respiratoria se deberá revisar si existen movimientos respiratorios menos
evidentes (respiración superficial) o de forma excesiva en su frecuencia o
amplitud. Si hay presencia de ruidos anormales durante la respiración, datos de
dificultad respiratoria, escurrimiento nasal excesivo, nariz tapada o
hemorragia nasal.
Del sistema
digestivo, se sospecha si refiere rechazo de alimentos, náuseas, vómitos, dolor
abdominal, distensión, diarrea, estreñimiento, apetito o sed intensas,
salivación, boca y lengua seca, dientes cariados.
En la piel, considerar
los cambios en la coloración y aspecto superficial como el color rojo o rosado,
palidez, sudoración, coloración amoratada, descamación, resequedad y olor
particular (ajo, acetona, frutas, huevos podridos, naftalina, petróleo, etc.
-en la piel o la ropa que porta-), quemadura en los dedos, huellas de punciones
venosas. Como sospecha de mordeduras o picaduras venenosas punciones con
enrojecimiento periférico o en trayecto longitudinal de la extremidad afectada,
deglución difícil.
Es muy difícil poder
identificar la causa específica de forma inmediata, al momento que se presenta
el paciente con las alteraciones variadas. Se justifica ante el riesgo a su
estado vital en el paciente grave que, de ser necesario, se debe iniciar el
manejo particular para las alteraciones orgánicas para estabilizar sus
funciones vitales.
Es muy importante
que se refiera por los familiares el tiempo probable de evolución y las
características de los hallazgos asociados en su domicilio, para definir
maniobras que impidan o limiten la absorción o incorporación del tóxico al
paciente como medida de urgencia, además de la estabilización prioritaria de
sus funciones vitales y metabolismo alterado. Si se sospecha de ingesta de
medicamentos o tóxicos especiales, llevar de preferencia los recipientes con su
contenido para valorar su posible asociación.
Por los datos que
se refieran por los familiares y las alteraciones que el médico detecte en su
revisión al paciente, es posible que, ante la asociación de datos, se pueda
ubicar de forma primaria el mecanismo biológico alterado y en forma secundaria,
establecer la causa primaria para definir con estudios particulares o la
evolución del paciente.
Como medidas
preventivas se sugiere mantener vigilancia constante de los niños en etapa de
exploración, guardar todo tipo de medicamento o sustancias tóxicas fuera de su
alcance, emplear dispositivos con tapones de seguridad especiales y revisar las
condiciones de posible contaminación ambiental (industrias, gasolineras,
solventes, etc.)
Los medicamentos
que en su mayoría consumen los abuelitos y algunos cosméticos, pueden contener
tóxicos letales para los niños, por lo que se exige mayor atención ante su
posible ingesta o referencia específica. al momento de la evaluación médica.
Los cuadros crónicos causan alteraciones que se pueden confundir con
enfermedades de difícil control, con variados tratamientos por diferentes
médicos, que deberán justificar su evaluación como posibles intoxicaciones
crónicas… Si no consideramos, les fallamos.
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